Hace unas semanas se hacía público el caso de Carlos Molina, un joven de Puerto de Sagunto que padece síndrome de Asperguer -un transtorno neuro-biológico severo del desarrollo que provoca crónicas incapacidades en lo social, conductual y comunicacional de diferente grado en función del paciente- cuya solicitud para un puesto de trabajo en la localidad valenciana de Benifairó de Les Valls no fue tenida en cuenta por padecer este transtorno.
Tras las alegaciones presentadas, el pasado jueves 22 de diciembre se volvió a reunir la comisión de baremación -compuesta por sendos representantes sindicales de UGT y CCOO, un técnico municipal y un representante del Servef- para atender el recurso y proceder a la valoración de la solucitud de Carlos.
No obstante, la comisión considera que “no existe discriminación, ya que se declaró la no aptitud del candidato basándose en el 'Certificado de capacidades a efectos de demanda de empleo' aportado por Carlos en el que ”certifica que en relación la discapacidad del interesado procede 'evitar tareas que supongan (...) atención directa al público'“, ya que explican que el puesto a ocupar, de refuerzo administrativo en las oficinas municipales, ”al igual que todos los puestos existentes en el ayuntamiento de Benifairó de Les Valls, comporta funciones de atención al público, que se consideran incompatibles con las tareas a realizar“.
La comisión de selección procedió finalmente a la baremación de la solicitud de Carlos Molina, que obtuvo la máxima puntuación entre los cuatro candidatos -con un total de 66,476 puntos, dos puntos y medio más que el segundo candidato-. Sin embargo, como ya aclaró el alcalde de la localidad, Antoni Sanfrancisco (PSPV), la decisión de descartar la candidatura de Carlos estaba justificada por el puesto a desempeñar, de atención al ciudadano, que no se ajusta a sus particularidades.
Diego Molina, padre de Carlos, lamenta que el alcalde no se haya retractado de sus declaraciones, así como que desde el consistorio mantengan la actitud “discriminatoria”. Por ello, insiste en que, aunque el proceso todavía no se ha concluido y la elección final no se ha producido, no considera que éste sea el mejor ambiente laboral para su hijo, aunque mantiene su intención de recurrir a la vía judicial para reclamar una indemnización que, en caso de que la justicia les dé la razón, donarán a alguna organización de carácter social.