“#StopCruceros”. Bajo este hashtag, entidades vecinales, sociales y ecologistas de cinco de las ciudades con puertos que están entre los más importantes de España se concentrarán este sábado 19 de junio a partir de las 11.30 horas para pedir al Gobierno central que vuelva a limitar “la entrada de cruceros en los recintos portuarios por razones sanitarias frente a la COVID-19, de salud pública y de emergencia climática”.
Las ciudades en las que se llevará a cabo la movilización son Barcelona (11.30 horas en la plaza de Sant Jaume), Palma (11.30 horas Escales de la Seu), València (11.30 horas frente al edificio del Reloj del Puerto), Tarragona (11.30 horas en Escales Reials del Port), A Coruña (12.00 horas en el Obelisco) y Vigo (12.00 horas en la Estación Marítima).
La protesta está coodinada por Ecologistas en Acción y ya se han adherido casi medio centenar de organizaciones. En el caso de València, entre otras, participan la Comissiò Ciutat-Port, Fridays For Future València, Associació Veïnal de la Malva-rosa, Aliança per l'Emergència Climàtica de València, Intersindical Valenciana, Federació d'Ensenyament de CCOO del País Valencià, Asociación Cultural Olivereta Patraix (ACOPA), Podem València, AVV Rei En Jaume (Alboraia), Amics del Carme, EntreBarris València y la Associació de Veïns i Veïnes de Natzaret.
Según el manifiesto de adhesión, “España es el segundo país europeo con más emisiones de gases de efecto invernadero procedente de los barcos y el primero más contaminado por cruceros hasta que el sector cesó su actividad por la pandemia en 2020”. En 2019, “11 millones de cruceristas llegaron a bordo de 4.236 cruceros, concentrándose especialmente en las principales ciudades de la costa Mediterránea y Canarias”.
Además, añade que Barcelona y las Baleares recibieron 3,1 y 2,6 millones de pasajeros; y las Palmas y Santa Cruz de Tenerife 1,4 millones y 1 millón de pasajeros respectivamente. Les siguieron ciudades Cádiz y Málaga con más de 470.000 cruceristas y Valencia con 435.600.
En el caso de València, destaca el documento que “se proyecta además la ampliación norte del puerto para barcos contenedores y una nueva terminal para cruceros y ferries en el muelle de Levante, junto al barrio de Nazaret”, una infraestructura envuelta en polémica ya que el proceso administrativo está en fase de investigación por el Tribunal de Cuentas.
“El Puerto de Barcelona acaba de otorgar una concesión a MSC para construir una nueva terminal de megacruceros en el muelle Adossat. A Coruña está situada a tan sólo 40 km del Corredor Marítimo de Fisterra, donde navegan 40.000 barcos anualmente, y plantea ampliar los atraques de cruceros con la desafectación de los terrenos portuarios pegados a la ciudad, lo que incrementaría las emisiones poniendo en alto riesgo la salud de la población”, afirma el manifiesto.
Por este motivo, “ante la reciente resolución del Gobierno central que ha levantado el veto a los cruceros desde el 7 de junio, las organizaciones piden al Gobierno español que rectifique y mantenga la restricción 1 por razones sanitarias, de protección a la salud pública y en cumplimiento de las obligaciones climáticas”.
Las organizaciones consideran la actividad de cruceros incompatible con la protección de la salud y el medio ambiente, por ser un turismo de altas emisiones contaminantes (SOx, NOx y Partículas ultrafinas), extractivista en el uso intensivo de recursos naturales, que causa enormes impactos sobre las poblaciones destinatarias (turistificación) y los ecosistemas marinos (daños a cetáceos) y litorales.
Denuncian así “la operación de maquillaje verde de los cruceros y los puertos con falsas soluciones tecnológicas como el gas natural licuado, el biometano o el hidrógeno verde; que además de ser inviables, tendrían enormes impactos climáticos, sociales y ecológicos”.
Así mismo instan “a las administraciones autonómicas y locales a situarse al lado de la ciudadanía y el interés común, en virtud de sus competencias sobre medio ambiente, salud y turismo, utilizando todos los medios a su alcance para oponerse a las ampliaciones portuarias y al turismo de cruceros”.
Una actividad que “pone en riesgo nuestra calidad de vida y la salud del planeta, que genera enormes desigualdades”. Una actividad que “es superflua en un contexto de profunda crisis ecosocial y energética, que sólo favorece a los cuatro oligopolios que controlan el mercado global que acumulan beneficios astronómicos cada año a costa de evasión fiscal, la salud, el planeta y la explotación laboral”.
Asimismo, las organizaciones hacen un llamamiento especial a la ciudadanía para que tomen conciencia de los impactos del turismo de cruceros y en general, del turismo de masas centrado en la hipermovilidad: “No sólo por constituir un elemento de riesgo para la propagación y los rebrotes de la COVID-19, también por los impactos irreversibles sobre nuestra salud y la del territorio”. Por ello, piden la implicación activa de la ciudadanía para que opten por unas vacaciones en favor de la economía local y respetuosas con el medio ambiente.