Tirón de orejas de Mazón a Vox y a su conseller de Educación: “Reconocemos la autoridad científica de la Acadèmia Valenciana de la Llengua”

“Quiero ratificar el absoluto respeto a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y por supuesto todo el mundo, y yo el primero, reconocemos, faltaría más, su autoridad académica y su autoridad científica, faltaría más. Lo único que digo es que creo que durante los últimos años han hecho falta gestos de integración y de sensibilidad. Creo que el valencianismo social y político se ha sentido en los últimos años demasiado alejado de la Acadèmia y lo único que pido es que también tenga esa sensibilidad, creo que debemos de tenerla todos”.

El presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón, se pronunció así este lunes después de que la semana pasada el conseller de Educación, José Antonio Rovira, afirmara que la AVL no tiene “la verdad absoluta”. Un día antes, la cuenta oficial de la Conselleria de Agricultura que dirige José Luis Aguirre, de Vox, publicó un tuit en un valenciano no normativo y repleto de faltas de ortografía. El departamento de Agricultura borró de madrugada el mensaje ante el aluvión de críticas y de chanzas por el texto. En concreto, la cuenta oficial de la Generalitat Valenciana publicó un mensaje para difundir que el conseller de Vox “analisa en el Grup Tragsa l'eixecució de proyectes en marcha” (sic).

Preguntado sobre este mensaje, Mazón ha asegurado que “la Generalitat Valenciana en sus comunicaciones oficiales se expresa según las normas de la AVL”.

Precisamente fue el PP durante la época de Eduardo Zaplana al frente del ejecutivo autonómico, padre político de Mazón, el que creó la AVL para pacificar el conflicto lingüístico. El organismo se creó mediante la Ley 7/1998, que la declaró institución de la Generalitat Valenciana, de carácter público, con personalidad jurídica propia y que ejerce sus funciones con autonomía orgánica, funcional y presupuestaria para garantizar su objetividad e independencia. Sus funciones son las de determinar y elaborar la normativa lingüística del valenciano, y velar por la lengua.

El presidente consideró que es “bueno” que todos hagan “una reflexión” en cuanto a “la sensibilidad” y “el cariño” y “los gestos” hacia personas en la Comunitat Valenciana, “que no son pocas, que en estos últimos años se han visto más alejadas de algunas instituciones, como puede ser la propia AVL”.

Mazón insistió en que en la Comunitat “es parla valencià”, que es “la denominación que tiene” la lengua propia, y no puede entender ni va a “tolerar” ni a “consentir” que desde dentro de la Comunitat o desde fuera se diga que aquí se habla “algo distinto” a lo que señala el Estatut.

Aseveró que “se han acabado” los tiempos en los que desde el Consell se decía si alguien “es valenciano de primera o valenciano de segunda, o si es más valenciano o menos” por hablar más a menudo valenciano o no, o por hablar valenciano de una forma u otra en función del lugar de residencia o de lo que le han enseñado los padres.

“No se es menos valenciano por no hablar valenciano en la Comunitat Valenciana, ni se es menos valenciano por hablar el valenciano que se habla en una zona que el que se habla en otra zona”, insistió Mazón, quien agregó que todos los valencianos lo son “de primerísima división” y tienen “plena capacidad” para defender la denominación, el Estatut y las señas de identidad.

Reunión con la presidenta de la AVL

Mazón destacó que las instituciones y las administraciones deben ser “sensibles”, no solamente con los que están de acuerdo con ellas, sino con los que pueden no estarlo, “porque ahí está la concordia”, y por ello ha llamado a la presidenta en funciones de la AVL, Verónica Cantó, para reunirse el 11 de septiembre con el fin de abrir “una etapa de sensibilidad”.

Así, señaló que espera que se pueda iniciar una etapa “de más sensibilidad de la que se ha tenido hasta ahora, en base a la integración, en base a gestos, que no están reñidos con la autoridad académica”, porque no se puede seguir permitiendo que haya parte de ciudadanos en la Comunitat que “no se sientan protegidos o avalados por su propia Academia”.