Top mantra

A Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, siempre se le ha atribuido la autoría de la frase de que “una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad”.

Y nada más lejos de mi intención la de crear un paralelismo entre la política comunicativa del Tercer Reich y el Gobierno de España, todo y que cuando uno percibe la emisión de determinados mensajes de dudosa solvencia, al menos le hacen dudar.

Sirva como ejemplo el intento de sembrar la duda permanente en torno a la sentencia del 11-M, en donde desde hace bastante tiempo se viene insistiendo de manera machacona con el mantra “de que no está todo aclarado” con la intención de al menos confundir las audiencias, en torno a una supuesta teoría conspirativa. Es por lo que cabría preguntarse: ¿Esta lógica argumental del mensaje la podría estar aplicando el Gobierno en torno la situación económica el País? ¿A alguien le suena el mantra de “existe un leve mejoría”?.

Con unos ingresos fiscales estancados, una deuda pública de un billón de euros, 100.000 millones por encima de 2012, y un escenario que ronda los 6.000.000 de personas desempleadas, el Gobierno habla de una “leve mejoría”. ¿Es esto razonable? ¿Es creíble?.

Sin duda alguna, nadie se atrevería a pensar que la ciudadanía es influenciable por determinados mensajes o mantras que no se corresponden con la realidad. ¿Estamos seguros?.

Hace algunos días visionamos un documental dirigido por Jordi Évole, en el que se argumentaba una especie de teoría conspirativa en torno al 23-F para afianzar la democracia en nuestro país y reforzar el papel del Rey. No exento de polémica, el documental pretendía poner el foco sobre nuestra capacidad de ser influenciables por los medios de comunicación, más en concreto a la emisión de determinados mensajes o mantras que se emiten desde estos de manera no azarosa.

La otra noche salí a tomar algo con un amigo, y coincidí con un camarero al que conocía de aquellos años en los que compartía estudios y trabajo. El hecho es que empezamos a conversar sobre cómo veía a la gente y cuál era su percepción respecto al consumo. A lo que nos respondía “que percibía una leve mejoría”. He de decir que la respuesta no me sorprendió. Por lo tanto me tocó volver a preguntar: “¿Y a ti cómo te va?”. Su respuesta clara y rasa fue: “Bueno… ¡A mí mucho peor!”.

Sin duda la opinión de una persona no es representativa, pero, ¿existe realmente una leve mejoría o por el contrario lo que existe es una intencionalidad de emitir un relato por parte del Gobierno que no se corresponde con la realidad? ¿Es posible imaginar un escenario en el que con unos ingresos fiscales estancados, una deuda pública de un billón de euros, y 6.000.000 de personas desempleadas, estemos experimentando “una leve mejoría”?

Lo creamos o no, “el documental” nos lo están pasando. Eso sí, esta vez sin créditos.

Porque… ¿a ti cómo te va?