El ayuntamiento de Valencia está que trina con la Conselleria de Economía por el caos de los horarios comerciales. Los errores de la Generalitat han convertido en papel mojado el acuerdo entre el alcalde Joan Ribó y los comercios para restringir a solo dos zonas la apertura en domingo con el consiguiente cabreo del concejal de comercio, Carlos Galiana.
El anuncio de El Corte Inglés de que volverá a abrir el primer domingo de julio su establecimiento en Nuevo Centro ha sido la gota que ha colmado el vaso. Galiana, con sutileza, ha dejado clara que la marcha atrás en la regulación de horarios -y la solución para volver al pacto entre consistorio y grandes empresas del sector- es responsabilidad de Economía.
“En el Ayuntamiento estamos reparados para negociar de nuevo con las grandes superficies comerciales cuando la Conselleria nos indique que así podemos hacerlo, pero de momento son ellos los que deben indicar cuáles son los próximos pasos, ya que el Ayuntamiento ya hizo sus deberes cuando correspondía”, dice Galiana en un comunicado.
El concejal de comercio se desmarca del caos de los horarios y exige a sus compañeros de Compromís -Economía tiene un conseller de ese partido, Rafa Climent- soluciones. La Generalitat debe “regular y establecer cuanto antes” el marco para que los ayuntamientos ordenen los horarios. “A día de hoy desde la administración municipal aún no podemos iniciar la negociación de una nueva propuesta”, lamenta Galiana.
Historia de un desaguisado
Un centro comercial de Valencia (Arena, junto al estadio del Levante) y otro de Alicante (El Corte Inglés) recurrieron por vía administrativa la decisión avalada por la Dirección General de Comercio, gestionada por Compromís, sobre la apertura de grandes superficies en domingos y festivos. La resolución del recurso correspondió a otro departamento de la Conselleria de Economía, la secretaría autonómica, dirigida por una independiente elegida por el PSOE, María José Mira.
Las relaciones entre ésta y sus compañeros de gobierno (el conseller, Rafa Climent, y su equipo) son hostiles desde hace meses. En ese contexto, Mira solicitó a los abogados de la Generalitat un informe sobre el recurso de las grandes superfícies. El dictámen fue claro: no se justificó suficientemente la restricción horaria y, sobre todo, no se escuchó a los afectados por la decisión.
Comercio exigió a Mira que tumbara los recursos alegando que el informe no era vinculante. La secretaria autonómica pidió uno complementario a los servicios jurídicos de la conselleria, que se expresaron en parecidos términos a los de sus colegas de la Generalitat. Fuentes del Consell explicaron que, con esos antecedentes, no estimar los recursos hubiera sido temerario: allanaría el camino para una victoria ya en el juzgado de Arena y El Corte Inglés y, en el peor de los casos, podría suponer un delito de prevaricación.
A la espera de que se resuelva el entuerto, se ha vuelto a la normativa anterior, mucho menos restrictiva con las grandes superficies. Arena, por ejemplo, ya abre los domingos. Otro tanto hará El Corte Inglés de Nuevo Centro, también en Valencia. Tanto la Generalitat como el ayuntamiento quieren restringir la libertad horaria para proteger a los trabajadores de los centros comerciales forzados a trabajar en domingo y, en el marco de un nuevo modelo productivo, promover el comercio pequeño y de proximidad.
En ello está trabajando la conselleria de Economía. El ayuntamiento, como recuerda Galiana, “ya hizo sus deberes en el momento que correspondía”.