“En el tema de la moratoria de permisos para nuevos apartamentos turísticos estuvimos trabajando más de un año sobre el estudio que nos iba a posibilitar aprobarla, tal y como marca la ley. El PP lo ha dejado en un cajón porque la señora alcaldesa, María José Catalá, prefiere estar del lado de los especuladores y de los que no creen en la vivienda como un derecho, sino como un activo con el que especular a costa del sufrimiento de las familias”. La portavoz municipal del PSPV y exconcejala de Urbanismo, Sandra Gómez, se pronunció en estos términos en la entrevista publicada recientemente en elDiario.es. El mencionado estudio, al que ha tenido acceso esta reacción, es contundente en cuanto a los problemas que está generando la falta de control sobre este tipo de alojamiento viene proliferando con fuerza en València en los últimos años y propone tres medidas concretas para ordenar el sector.
Fuentes socialistas afirman al respecto que dejaron el documento listo para iniciar la evaluación ambiental del cambio de planeamiento para que el PP la pudiera aprobar en la primera junta de Gobierno del nuevo mandato, algo que de momento no ha sucedido. En Madrid, sin embargo, donde también gobierna el PP, recientemente se ha aprobado una suspensión de las licencias municipales en las zonas más problemáticas y se han endurecido las sanciones, con multas de hasta 30.000 euros.
Preguntada este lunes por la problemática y los problemas de convivencia que se están generando, Catalá comentó que están haciendo “una reflexión sobre cómo limitar la saturación que hay en algunas zonas de la ciudad y cómo perseguir la actividad ilegal”, algo que aseguró que ya están realizando: “Tenemos cuatro nuevos equipos de inspección, pero vamos a aplicar nuevas medidas de carácter urbanístico para controlar la actividad, algo que ya se anunció en el último pleno”.
El informe municipal propone establecer una “moratoria de dos años de prohibición de cualquier apartamento turístico”, plazo en el que se modificarían las normas urbanísticas. El documento está a su vez basado en otros informes de Exceltur, la Universitat de València y Castro Consulting. Basándose en los datos de los citados documentos, se proponen las siguientes medidas: “Establecidas en los estudios realizados las ratios por barrio entre el número de plazas hoteleras y la población, los barrios en los que se registran problemas son, en general, los que superan el umbral del 20 plazas turísticas por cada 100 habitantes. Son barrios como Sant Francesc, El Mercat, La seu, La Xerea, el Carmen o el Cabanyal. La propuesta que se realiza implica establecer en 20 plazas turísticas por cada 100 habitantes el límite en barrios de uso predominante residencial”.
En segundo lugar, se propone “establecer como límite el 10% de la edificabilidad residencial por manzana que se puede dedicar a uso de alojamiento turístico, impidiendo la concentración de viviendas turísticas en una parte del barrio y permitiendo una distribución homogénea de la actividad hotelera”.
Además, se establecen medidas para garantizar una superficie suficiente destinada al comercio de barrio: “Garantizar la pervivencia del comercio de barrio implica impedir que actividades de mayor rentabilidad copen el espacio disponible. Para ello se establece un límite de la superficie de las plantas bajas por manzana que se pueden destinar a alojamientos turísticos”.
Por último, se proponen medidas para establecer un control previo a los hoteles de gran tamaño ya que tratándose de áreas de uso dominante residencial, “una de las cuestiones a considerar es el impacto que puede suponer la implantación de un establecimiento hotelero de cierta envergadura”.
Según el informe, “en general, el tamaño medio estándar de los hoteles comerciales se sitúa entre las 100 y las 300 habitaciones, considerándose de gran tamaño los que superan las 300 habitaciones, de tamaño medio los que se encuentran entre las 100 y 300 habitaciones y de pequeño tamaño los que no alcanzan las 100 habitaciones. La capacidad media de los hoteles urbanos es de 65 habitaciones”.
Para evitar casos como el macrohotel de las naves de Guala, “se establece que los establecimientos hoteleros, incluyendo todas sus modalidades y tipologías, que sobrepasen la capacidad de 150 habitaciones o unidades de alojamiento, se deberán localizar en parcelas expresamente calificadas por el planeamiento urbanístico como terciarias”. Esto hace que “cualquier establecimiento de mayor tamaño que quiera implantarse en una zona de uso residencial, deberá tramitar previamente un cambio de planeamiento para calificarlo como terciario, donde el Ayuntamiento podrá valorar de manera previa a la solicitud de licencia si se reúnen las condiciones o no para conceder el cambio de uso”.
Subidas en los alquileres residenciales de hasta un 10%
El informe aporta datos interesantes. Por ejemplo, del estudio realizado por la Universitat, en concreto, por la Cátedra Modelo Económico Sostenible València y Entorno (MESVAL), “partiendo de datos de 2022 resulta que el impacto de las viviendas turísticas en los precios de alquiler de vivienda es de un 3’30% de media en la ciudad; pero si observamos el impacto en las zonas turísticas de la ciudad como Ciutat Vella o el Cabanyal, alcanza hasta el 10%, lo que supone un impacto alto”.
Del estudio realizado por Castro Consulting, resulta que, entre los vecinos que han manifestado su opinión, la percepción mayoritaria es que, si bien se ha generado empleo en cierta medida, “éste es de baja calidad, requiere baja cualificación y se dirige fundamentalmente a la hostelería y servicios hoteleros”. Por contrapartida, la percepción general es que los efectos del crecimiento de la oferta de alojamiento turístico en los barrios más afectados son: “La transformación del comercio del barrio, el encarecimiento del acceso a la vivienda y de la vida en general, la emigración de los vecinos y potenciales residentes a otras zonas y el aumento de los problemas de convivencia entre residentes, comerciantes y turistas”.
Según Visit València, portal oficial del Ayuntamiento, la ciudad cuenta con 10.286 alojamientos turísticos anunciados en diferentes plataformas y que la Agencia Valenciana de Turismo solo tenía 5.747 registrados a 31 de diciembre de 2023, es decir, 4.539 están funcionando de forma irregular, la mayoría sin la compatibilidad urbanística que otorga el Ayuntamiento si cumple todos los requisitos. Las cifras de nuevas viviendas turísticas, además, se han disparado un 40% desde enero de 2023 hasta la actualidad, mientras que el registro oficial de la Agencia solo han subido en un año un 2,4%. Con todo, la patronal de Apartamentos Turísticos AVAEC cuestiona estos datos y asegura que el funcionamiento de la base de datos de Visit Valencia es erróneo.
El PSPV alerta de la proliferación en bajos comerciales
La portavoz del Grupo Municipal Socialista, Sandra Gómez, ha exigido a María José Catalá que “deje de ponerse de perfil y pase a la acción porque la realidad es que ante su inacción, las comunidades de vecinos se están organizando para frenar la proliferación de apartamentos turísticos en los bajos comerciales de los barrios de la ciudad”.
Los apartamentos turísticos siguen expandiéndose por todos los barrios, con especial incidencia en los de las familias trabajadoras sin que Catalá tome medidas serias y rigurosas que lo impida. Así ha recordado que, de acuerdo con los propios datos del Ayuntamiento, la ciudad ha experimentado aumentos de hasta el 106% en Benicalap y Ciutat Fallera, del 68,9% en Rascanya y Torrefiel, del 65% en la Olivereta o de un 98% en Saïdia y Marxalenes.
Compromís pone el foco en la subida de los precios
La portavoz de Compromís Papi Robles aseguró recientemente, ante el informe publicado por el INE que sitúa a València como la ciudad donde más ha subido el precio del alquiler, que “València lidera el crecimiento del precio del alquiler en toda España y tenemos una alcaldesa y un presidente de la Generalitat decididos a no actuar, a no hacer absolutamente nada”.
Además añadió que desde la oposición han tendido la mano con decenas de propuestas, semana a semana, y el PP no quiere ni sentarse a hablar: “La alcaldesa está desaparecida del Ayuntamiento. Desaparecida de la gestión. Sólo aparece para recoger la vara de mando e ir de procesión, que está muy bien, pero mientras ella hace eso, los vecinos y vecinas claman al cielo preguntándose cómo van a pagar el alquiler y si su gobierno piensa actuar en algún momento”.