C.M.D., el niño de cinco años de Silla con TEA (Transtorno del Espectro Autista) permanecerá en su colegio y el de su hermana, el CEIP Reyes Católicos. Así lo ha decidido la jueza de lo Contencioso Administrativo número 2 de València al estimar el recurso presentado por la familia del niño en contra la decisión de la Conselleria de Educación de trasladarlo al Centro de Educación Especial Miguel Burguera, en Sueca, a 27 kilómetros de su localidad.
La familia alegó vulneración de derechos fundamentales del menor con esta decisión, alegato que ha sido recogido en la sentencia. De esta forma el fallo del tribunal ha sido declarar la resolución “contraria a derecho, y en consecuencia, anularla y dejarla sin efecto por haber vulnerado el derecho a la igualdad, reconocido en el artículo 14 de la CE, en relación con el artículo 27 de la misma, en el ejercicio del derecho a la educación”.
En su argumentación la jueza explica que de la normativa “se desprende como principio general que la educación debe ser inclusiva, es decir se debe promover la escolarización de los menores en un centro de educación ordinaria, proporcionándoseles los apoyos necesarios para su integración en el sistema educativo si padecen algún tipo de discapacidad”. Por ello destaca que “la Administración educativa debe tender a la escolarización inclusiva de las personas discapacitadas y, tan sólo cuando los ajustes que deba realizar para dicha inclusión sean desproporcionados o no razonables, podrá disponer la escolarización de
estos alumnos en centros de educación especial“.
Ante estos razonamientos el fallo de la magistrada ha reconocido el derecho del niño “a permanecer escolarizado en su centro ordinario con los apoyos especializados que necesite durante toda la jornada escolar”, apoyos especializados que no ha tenido el niño hasta ahora en el colegio, como se ha indicado desde la familia.
La abogada de la familia, Sandra Casas, se ha felicitado del fallo afirmando que “este es el camino a seguir, se han de poner los medios para la inclusión con normalidad”. Casas ha afirmado que “la inclusión de los niños con diversidad puede ser la salvación del sistema educativo de la diversidad humana, así aprenderemos a respetarnos sin importar nuestra condición”. La letrada explica que “para que nuestros hijos no miren extrañados a un niño con parálisis cerebral cuando lo vean por la calle, lo mejor es que lo vean como uno más en su clase”.
Contra esta resolución cabe la interposición de un recurso de apelación ante el mismo tribunal y ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJCV.