Primer paso firme para hacer realidad uno de los grandes proyectos del alcalde de València, Joan Ribó, como es la conversión del nuevo cauce del Turia en un corredor verde ecológico que conecte el parque del Túria con la Albufera.
El vicealcalde y concejal de Conservación de Áreas Naturales y Devesa-Albufera, Sergi Campillo, anunció este miércoles la constitución de la comisión técnica para abordar el plan de renaturalización de la infraestructura, y a partir de aquí se empezará a trabajar.
La comisión estará integrada por el director general de la Albufera, Joan Miquel Benavent, y por el jefe de sección de paisaje vegetal de Devesa-Albufera, Francisco Collado, en la parte del Ayuntamiento. Además, habrá también representación de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y de la Conselleria de Emergencia Climática, departamentos que deben nombrar a sus representantes en los próximos días, cuando se convocará la primera reunión.
Como explicó Campillo, el nuevo cauce del Túria cumple su función de desagüe en caso de grandes avenidas pero tiene un potencial enorme en cuanto a su renaturalización para los pueblos del Sur y para toda el área metropolitana.
En octubre de 2018 se planteó la posibilidad de darle otros usos medioambientales, como han hecho otras ciudades con sus ríos, desde Madrid hasta Los Ángeles, pasando por el caso del Parque Fluvial del Besòs. “Es una oportunidad para conectar dos parques naturales: el del Túria y el de l’Albufera, además de reparar la enorme factura que pagaron los pueblos del sur con la solución del Plan Sur de València en tiempos de la dictadura”, dijo Campillo.
El presidente de la CHJ, Miguel Polo, cuestionó el pasado mes de abril la viabilidad del proyecto, aunque finalmente a tenor de la creación de la mesa se estudiarán las fórmulas para hacerlo viable.
A grandes rasgos, la idea consistiría en dividir el cauce actual en tres ejes en los que coexistiría un caudal hidráulico entre el azud y el mar que llevaría agua de forma permanente procedente de las depuradoras de Pinedo, Paterna y Quart; otro eje ecológico rodeando este pequeño río con fauna y flora local; y otro social de uso ciudadano con paseos y dotaciones como carriles bici, juegos infantiles o miradores.
Aportaciones de agua a la Albufera
El déficit hídrico estructural que sufre la Albufera es “muy preocupante. Desde hace décadas la cantidad de agua que llega al lago ha ido disminuyendo por la sobreexplotación del río Júcar, hasta poner en peligro la supervivencia de l’Albufera tal como la conocemos hoy”, manifestó el vicealcalde Campillo.
“Por eso desde el Ayuntamiento de València, además de ser la principal administración en inversiones y mantenimiento del parque natural de la Albufera, queremos colaborar con el resto de instituciones que tienen competencias en el lago, la Generalitat y la Confederación Hidrográfica del Júcar (organismo dependiente del Gobierno Central) y por eso hemos sido trabajando en una propuesta para buscar una solución eficiente que no perjudico en nadie (es decir, que no disminuye ninguna concesión en el ámbito de la cuenca), y que puede conseguir que en poco de tiempo llegan los recursos hídricos hídricos necesarios durante los meses que no se cultiva el arroz (durante el cultivo los sobrantes de reguera son suficientes para el mantenimiento del lago y del propio marjal)”, afirmó.
El edil mantuvo una reunión con el director general del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teodoro Estrela; la secretaria autonómica de Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Consellería de Agricultura, Paula Tuzón; el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo; y representantes de las comunidades de regantes de la Acequia Real y de Sueca, para llegar a un acuerdo que dé solución a los problemas hídricos estructurales de la Albufera.
Desde el 2016, y en virtud del diálogo con la Confederación, se ha ido derivando agua a la Albufera de València, unos 12 hectómetros cúbicos anuales, pero según los técnicos del Ayuntamiento, el lago necesitaría unos 74 hectómetros cúbicos anuales, durante los meses en los que no se cultiva el arroz. Cómo explicó el vicealcalde, Sergi Campillo, “nuestra propuesta solucionaría el problema, porque sin tocar agua de ninguna otra concesión, podemos obtener esos 74 hm³, a partir de la modernización de la Acequia Real del Júcar, además del propio cauce del río Júcar en su tramo bajo, y de la dotación invernal de los regantes de la Ribera Baixa que no se usa para el cultivo del arroz”.
La propuesta fue explicada durante la reunión, y tanto la Confederación, como el Ministerio y la Conselleria la han valorado de manera “muy positiva y se han comprometido a estudiarla”. De hecho, la próxima semana habrá una nueva reunión entre el personal técnico para acabar de trabajar en la propuesta.
El vicealcalde Sergi Campillo explicó también la importancia de esta propuesta para el futuro del entorno al lago porque “es una propuesta que va encaminada también a salvaguardar los intereses agrícolas, gracias a la introducción de agua dulce en el sistema. La disminución del cordón dunar, la restinga y la subida del mar debido al cambio climático y por efecto de los temporales amenazan con salinizar l’Albufera, y esto supondría el final del cultivo del arroz al marjal porque el arroz es un cultivo tremendamente sensible a la salinidad”. La introducción de agua dulce, por lo tanto, es absolutamente urgente.