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València rechaza limitar los alquileres como zona tensionada pese a que los precios duplican el índice de referencia del Gobierno

La escalada de precios de la vivienda de alquiler sigue imparable en València, lo que hace muy complicado hoy en día acceder a un piso en la capital, donde se cerró el mes de diciembre con un coste medio de 14,55 euros el metro cuadrado, un 17,1% más que en diciembre de 2022. La subida media interanual en la Comunitat Valenciana fue del 14,6% y en España del 5,7%, según el portal inmobiliario Fotocasa, especialista en el mercado de vivienda de segunda mano y de alquiler.

El pasado 13 de marzo entró en vigor el sistema estatal de referencia de precios de alquiler de vivienda que establece un índice que permite a las administraciones autonómicas intervenir en el mercado inmobiliario. El sistema ofrece un rango de valores de precios de alquiler de viviendas, como referencia, a título orientativo, para la fijación de la renta en los nuevos contratos de arrendamiento de vivienda. La regulación implica establecer un tope en el precio del alquiler para las viviendas gestionadas por grandes tenedores (propietarios de 5 o más inmuebles urbanos) y para las nuevas viviendas que se incorporen al mercado. 

Los pequeños propietarios también se ven afectados ya que deberán limitar el aumento de precios de los nuevos contratos a la subida del IPC. Además, establece beneficios fiscales a aquellos propietarios que pongan su vivienda en el mercado dentro de los intervalos marcados por el ministerio considerados como asequibles, entre otras medidas.

En el caso de València, según el mencionado índice publicado por el ministerio, el precio medio del metro cuadrado estaría en 7 euros, es decir, la mitad de lo que se está pagando actualmente en la ciudad, lo que da una idea de la magnitud de la burbuja que se está generando.

La aplicación efectiva de los índices que obligaría a los nuevos contratos a ir adaptándose a estos precios es voluntaria de forma que si una ciudad quiere aplicarlos, debe solicitar la declaración de zona tensionada a través de su Gobierno autonómico. Hasta ahora tan solo Catalunya lo ha solicitado.

En València, aunque la alcaldesa María José Catala abrió la posibilidad de estudiar esta opción el pasado mes de enero, quedó descartado en el pleno del pasado miércoles 27 de marzo. Durante la sesión, tanto Compromís como el PSPV instaron al concejal de Urbanismo del PP, Juan Giner, a solicitar la declaración de la ciudad como zona tensionada ante el desorbitado precio de los alquileres, una opción que fue rechazada de plano por Giner, en presencia de Catalá.

El edil del PP aseguró que no van a participar “de políticas intervencionistas en materia de vivienda” y avanzó que pedirá al Gobierno español “una verdadera política de incentivo fiscal en el alquiler y en la compra de vivienda por el infierno fiscal que hay”. “A corto plazo vamos a activar todos los solares, estamos ya impulsado dos sectores como son el PAI del Grau y el PAI de Benimaclet, con 5.000 viviendas, sumadas a las 1.000 públicas previstas, y, en tercer lugar, ya lo anunciará la alcaldesa, a medio plazo vamos a impulsar nuevos sectores”, dijo.

El concejal de Compromís, Ferran Puchades, le recordó que “la situación del mercado de alquiler y de compra de vivienda ha llegado a límites inadmisibles” y apuntó a que en el cuarto trimestre de 2023, la variación del precio del alquiler residencial en València entre el último trimestre de 2019 y el mismo de 2023 ha sido de un 38'7%, pasando de un precio medio del alquiler de 938 euros a 1.531euros. Pero el dato más significativa es que de este incremento, un 27% se ha producido sólo durante el último año 2023, pasando el precio medio del alquiler de 1.201euos a 1.531euros.