Los vecinos toman la palabra en las Juntas de la era Ribó
No llegó a ser una asamblea, pero no hubo corsé, ni ataduras. La Junta de Distrito de Exposición en Valencia era la primera en inaugurar el nuevo modo de funcionar impulsado por el tripartito municipal. Y como pionera, como ensayo de un reglamento en visos de hacerse nuevo, gozó de una apertura inédita. Aunque como a todo experimento inicial aún le faltaron flecos que abordar. Al tiempo.
Lo primero fue constituir la Junta. Presidida por el edil de València en Comú y portavoz municipal Jordi Peris, arrancó eligiendo a los portavoces de ella. Por Compromís Jaume Ferrà, por el PSPV Carlos de la Cruz, por València en Comú Josualdo Navarro, por el PP Carlos Andrés López y por Ciudadanos Maite Lozano. Eran los pasos previos, el protocolo antes del ejercicio directo donde los vecinos pudieran interrogar y exponer sus preocupaciones sin cortapisas.
En esos comienzos, se crearon cuatro comisiones. Una más de las que tendrán de forma unitaria las siete Juntas de Valencia. Aunque su nombre y el número de ellas se adaptarán a las necesidades de cada ente. Cultura y educación; bienestar social y salud; urbanismo e inversión para los barrios; y actividades económicas, comercio y huerta fueron las que se crearon a propuesta del gobierno local. Tras la petición de Ciudadanos de que se formara una sobre sanidad, se acordó incluirla en la de bienestar social. Se aprobaron por unanimidad de todos los grupos e incluso con “la visión positiva de los cambios” por parte de los populares.
Una vez creadas las comisiones y adjudicados los representantes políticos que las integran, se anunció que estas son abiertas. Es decir, que cualquier persona puede inscribirse a través de un formulario repartido en la reunión y colgado en internet en la comisión que le interese. Y así, participar en ella. “La de urbanismo por la inmediatez con la que necesitamos saber qué inversiones reclaman las Juntas para incorporar las que podamos a los presupuestos tienen que tener un trabajo especial”, espetó Peris.
El concejal explicó a los presentes la nueva dinámica con la que el consistorio busca “agilizar y fomentar una participación más directa en las Juntas”. Expuso que habría cinco minutos de debate entre los grupos políticos con 2 minutos más de réplica. Y que a continuación intervendrían con dos minutos por persona aquellas que lo quisieran. Justo, a preguntas del público –que pudo tomar la palabra en cualquier momento, casi a modo de asamblea- anunció que las Juntas continuarían con la periodicidad trimestral heredada.
Fiscalización ciudadana
Para preguntar por el nuevo formato, hablaron varias personas. Sin embargo, destacó –pese a que no lo hiciera para preguntar- una representante del 15-M del barrio de Russafa, que no pertenece al distrito de la Junta que recoge los barrios de Orriols, San Lorenzo, Exposición, Mestalla, Jaume Roig, Camí de Vera, Ciutat Universitària y Benimaclet. “Es muy fuerte que pueda intervenir el público”, pronunció emocionada. “Veo una cámara para grabar las sesiones, que fue nuestra reivindicación, y me enamoro”, expresó casi llorando. Su intervención fue fuertemente aplaudida.
A las críticas por la censura y que pidieran identificación por parte de ésta activista, el vocal del PP respondió que “en esta Junta nunca ha pasado”. La afirmación fue respuesta por una mujer que afirmó ser vecina del barrio de “toda la vida”: “A mí sí que me pedían el DNI para entrar aquí. Y en las actas, cuando las subían, se omitían asuntos”. Otra vecina interrogó a Peris “como se va a evaluar el consejo”. E indicó al edil: “El reglamento es mejorable”.
El presidente de la Junta contestó alegando que precisamente querían sugerencias para mejorar un reglamento “que queremos cambiar entre todos”. “Queremos descentralizar a los barrios, ya que se agrupan a muchos con problemáticas distintas”, “queremos que el consejo lo integren no solo políticos, también entidades civiles y asociaciones vecinales”, fue su declaración de intenciones, las consignas reivindicadas por el ejecutivo local de Joan Ribó.
Intervinieron siete personas, entre ellas representantes de EU del distrito o de la Asociación de Vecinos de Benimaclet, quienes dieron su lista de prioridades a Peris como el PAI Benimaclet este, la construcción de otro centro de salud, limpieza de calles, ser un barrio con limitación a 30 Km la circulación, la negación al derecho al descanso…Reclamaciones que junto con qué pasa con la Fe Vieja, el cumplimiento de la ordenanza de terrazas o la suciedad por los excrementos de los perros fueron las protagonistas.
Peris rindió cuentas ante esa fiscalización ciudadana al gobierno local. Y de las problemáticas, sugerencias y propuestas que surgieron nuevas, el también edil de innovación anunció que “se trasladarían a la concejalía correspondiente”. Un intento de política de abajo a arriba. Pese a las limitaciones y al camino en forma de mejoras que le queda recorrer, la clásica aspiración de la izquierda echó a andar.