David Saavedra era un joven de Pontevedra que cuando tenía 15 años emprendió un camino que le llevaría al interior del nazismo español. Consiguió salir de él y ahora, tras dos décadas dentro de la extrema derecha de este país, cuenta su historia para que otros jóvenes no comentan el mismo error.
El autor de Memorias de un exnazi (Ediciones B) ha conversado con Ignacio Escolar sobre su historia y ha narrado cómo consiguió salir tras un periodo de ruptura que califica de “atroz”.
Saavedra ha explicado cómo ese “mundo resulta atractivo para un chaval que está un poco perdido”, porque se topan con “un discurso que habla de fuerza, de poder, de honor, de grandeza...”. En su caso, la caída en esta red fue “imparable” y cuando sus padres quisieron intervenir, conscientes de su situación por la estética adoptada, ya fue tarde.
“Cuando los padres lo detectan, ya es tarde. Cuando adopté esa estética de cabeza rapada y botas militares ya estaba totalmente radicalizado”, explica.
El autor del libro narra que ha seguido en contacto con algunos miembros de la “burbuja” (como denomina al grupo del que formó parte durante dos décadas) y ha podido constatar que parte del problema de la radicalización de los jóvenes en estos grupos es “el desconocimiento absoluto a nivel histórico de los fascismos en la Europa del siglo XX”.
La disonancia cognitiva produce esa sensación violenta, de desasosiego, que vemos cuando nuestras ideas se ven comprometidas
“En el colegio no nos dieron nada del fascismo, de Hitler, del franquismo en España…”, recuerda, por eso acaba calando esa otra versión. “Estaba convencido de que había dos verdades, una oficial y una oculta. La de los medios por un lado y la oculta, la de los ”vencidos“ en la segunda guerra mundial”, narra.
David Saavedra cuenta que cuando formas parte de grupos radicales, entra el funcionamiento el mecanismo de “disonancia cognitiva” que impide que aceptes razonamientos que sean contrarios a tus convicciones. “La disonancia cognitiva produce esa sensación violenta, de desasosiego, que vemos cuando nuestras ideas se ven comprometidas”, ha afirmado explicando que la propaganda nazi funciona a “nivel emocional, y no racional”, unos mecanismos que también aplica a otros conceptos como el machismo y que explica en su canal de YouTube.
Saavedra ha recordado como él mismo estuvo a punto de usar las armas y ha advertido que aunque no cree que pueda haber ataques como “parte de un movimiento organizado en España”, es posible que pueda haber “lobos solitarios” que actúen de esta manera. “En EEUU ha habido caso de chavales muy jóvenes que se radicalizaron muy rápido. Eso es posible que pase aquí y pasará , es bastante inevitable”, ha asegurado.
“Me arrepiento de tirar 20 años de mi vida por el retrete”
Preguntado sobre cómo fue el proceso para dejar de ser nazi, Saavedra ha recordado que fue muy duro. Sin querer entrar en detalles, porque le resulta doloroso recordar la época en la que “tocó fondo” ha explicado que fue “un proceso muy largo”. “Esto no es algo que se decida por voluntad propia.. Yo no quería salir de ese mundo, ahí yo creía que era feliz. Esto no es un clic, desgraciadamente no funciona así y a mí me llevó unos cuantos años”, ha recordado.
El autor de Memorias de un exnazi explica que decidió escribir el libro porque su mente necesitaba “un objetivo” y que le salvó ser una persona “curiosa”. “Me arrepiento de tirar 20 años de mi vida por el retrete”, afirma sobre su pasado, a la vez que ve este ejemplar como una forma de hacer algo de valor con todos esos años.