Peste porcina africana: cada vez más cerca de la epidemia global

La FAO alerta de la posible propagación de la peste porcina africana desde China

Jordi Sabaté

En 1957 un avión procedente de las colonias portuguesas en África aterrizó en Lisboa con restos de comida, entre ellos carne de cerdo, que fue desechada a un vertedero. A partir de este hecho comenzó en la península Ibérica un brote de peste porcina africana que se extendió por los países del sur europeo y casi décadas en ser controlado. Adicionalmente supuso un duro golpe para la economía española, ya que implicó el bloqueo a la exportación de carne y derivados del cerdo durante muchos años, especialmente en mercados como el de Estados Unidos. El motivo fue que aquella carne estaba infectada y comieron de ella jabalíes.

Ahora, en un mundo donde el comercio está mucho más globalizado, la amenaza retorna y hace temblar a la Unión Europea, pero también a gigantes como China, y lo hace desde la Europa del Este, desde donde un nuevo brote se ha extendido por la antigua Unión Soviética y se ha situado a las puertas del Báltico, donde amenaza a las repúblicas letona, lituana y estonia, pero también a Polonia, Alemania o Dinamarca, el primer productor porcino europeo junto con España, donde por el momento no se contabilizan casos aunque hay preocupación.

Empezó en Georgia en 2007

Si este brote se convierte en pandemia mundial, podría mermar la producción de carne de cerdo a escala planetaria durante años, creando una crisis económica y alimentaria de grandes dimensiones, según asegura la propia Unión Europea, que sitúa su origen en Georgia en 2007. Es en este país post-soviético donde, tras largas décadas de ausencia de esta enfermedad vírica que no afecta a humanos pero fulmina a los cerdos -ya que hay que sacrificarlos para evitar el contagio- reapareció en una serie de granjas.

La lentitud de los veterinarios georgianos en determinar la enfermedad unida a la falta de control sanitario sobre el comercio de cerdos entre distintas repúblicas de la zona, propició que pronto ejemplares infectados en el país llegaran a Ucrania vía Rusia y de ahí se extendieran en los siguientes años de Este a Oeste hasta situarse a las puertas de la Unión Europea, en las fronteras con Polonia y Rumanía. Se sabe de su presencia en los citados países y se conoce que en Bulgaria hace pocos días se han dado los primeros casos. También se detectó en Hungría en mayo pasado.

Pero la peste porcina africana también ha avanzado hacia el norte por los bosques de Polonia debido a que los jabalíes, parientes directos de los cerdos, también contraen la enfermedad y debido a su nomadismo, los individuos resistentes a la misma pueden transportarla entre fronteras, esquivando así los controles sanitarios. De este modo ha entrado en Alemania, donde los granjeros piden la caza de 170.000 jabalíes para evitar que el virus llegue a las granjas. Por el momento, el gobierno alemán ha autorizado la caza durante todo el año para reducir las poblaciones.

Dinamarca y China, amenazadas

En Letonia, otro país productor y exportador, el problema ya ha pasado a ser preocupante, afectando a su economia. Pero la mayor alarma se da actualmente en Dinamarca, primer productor europeo de carne de cerdo, que teme el libre paso de los jabalíes de Alemania a su territorio, por lo que está construyendo una valla a lo largo de la frontera con este país.

Por otro lado China, el mayor productor mundial y que sirve a Estados Unidos pero también intercambia piezas de carne o ejemplares con Europa, también se ha visto afectada por el brote vía el comercio aéreo y naval y ya se cuentan numerosos casos en las atestadas granjas chinas. Por lo pronto el precio de la carne de cerdo china ha caído en picado.

Pero si la enfermedad se descontrola podría suponer un duro golpe tanto para la economía china como para las países cercanos del Sudeste Asiático, a los que podría extenderse la peste. La FAO ya ha advertido de las consecuencias de dicha extensión, que podría llegar a Corea e incluso Japón, y que podrían ser desastrosas.

Preocupación en España

Aunque por el momento España se mantiene alejada de este nuevo brote, hay preocupación entre los veterinarios; por la extraordinaria resilencia de virus, capaz de vivir en la carne congelada, de modo que restos importados pudieran acabar sirviendo de alimento a jabalíes o a otros cerdos en granjas ilegales. El ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha elaborado este año un plan adaptado al nivel de riesgo.

Pero también porque existe un mercado de importación de jabalíes para caza desde el este de Europa que se resiste a los controles y que podrían traer la infección directamente al campo ibérico, ya fuera por contacto con el cerdo español en las dehesas o porque los cazadores tuvieran a su vez granjas de cerdos, ya que la ropa puede albergar el virus.

Además, se suma en el sur de Europa el que las garrapatas son transmisoras del virus desde el jabalí a los cerdos. Un eventual brote que se extendiera de nuevo por nuestro país podría suponer un duro golpe a uno de los sectores más productivos, potentes y significados del campo español, teniendo consecuencias de difícil previsión desde el punto de vista económico.

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