Alimentos con aloe vera, ¿dan lo que prometen?

Foto: Bstad

Marta Chavarrías

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Planta de quemaduras, de los primeros auxilios o planta medicinal. Estos son algunos de los nombres con los que se conoce el aloe vera, una planta utilizada por su valor medicinal desde hace varios miles de años. Hasta hace poco, el material vegetal se ha usado especialmente como ingrediente importante en cosméticos, como base de productos como lociones solares, champús o cremas de afeitar.

Una revisión sobre las cualidades cutáneas del aloe vera confirma, por ejemplo, que tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y analgésicas cuando se aplica tópicamente. Ahora, su uso ha ganado popularidad en los últimos años sobre todo por su uso en la medicina alternativa y su irrupción en el terreno de la alimentación.

Y es que esta planta se ha aventurado y ha entrado con fuerza en los pasillos de alimentos de supermercados en forma de jugos, yogures, bebidas, etc., con afirmaciones en sus etiquetas que van más allá de aliviar los problemas de la piel. Este tipo de productos abren la puerta a cuestiones como, ¿tiene los mismos efectos cuando se aplica en la piel que cuando se unta en una tostada? Y, sobre todo, ¿son seguros?

¿Qué es el aloe vera?

El aloe vera, originaria de la Península Arábiga, también se conoce como el lirio del desierto porque es una planta que necesita muy poca agua para crecer. El gel, como veremos, consiste en un 99% de agua, lo que permite que la planta sobreviva en regiones áridas. Las investigaciones que se han hecho sobre las particularidades de esta planta dicen que tiene unas 75 partes activas.

Estas incluyen vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas y ácidos salicílicos. Si se observa con detenimiento una hoja de aloe vera se pueden apreciar claramente tres capas: una de gel transparente más interna, con un 99% de agua y un 1% de nutrientes; la capa media, de látex y savia amarga y amarilla; la capa más externa, la piel verde de la hoja, con un papel importante en la protección y síntesis de carbohidratos y proteínas.

El látex de aloe, que se encuentra en la segunda capa, por ejemplo, ha demostrado tener un efecto laxante muy potente (gracias a unas sustancias llamadas las antraquinonas). Antes de 2002, este látex se usaba en Estados Unidos como un laxante de venta libre, hasta que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) lo prohibió porque su seguridad no estaba establecida a largo plazo.

¿Se puede comer?

Una búsqueda rápida en Internet nos lleva a afirmaciones del estilo que “las bebidas de aloe vera alivian la acidez estomacal”, “mejoran la digestión” y “aumentan los nutrientes”. Muchos otros productos como refrescos, yogures, mermeladas, dulces, helados y suplementos indican que el jugo de aloe vera puede ayudar con la alcalinidad y la desintoxicación.

Las bebidas de aloe vera, por ejemplo, vienen en todas las formas y tamaños, pero algunas son menos aloe vera y másazúcar y agua. Incluso si un jugo de aloe vera fresco lleva una etiqueta que dice que puede ayudar a reducir el azúcar en la sangre, por ejemplo, esto se tiene que probar antes de agregarlo. ¿Están todas estas afirmaciones a la altura de las expectativas?

Según un estudio publicado en Journal of Food Science and Technology, muchos jugos de aloe se combinan con otras bebidas, como jugo de fruta o de té. En la mayoría de los casos, y tras los procedimientos a los que se someten, muchos de los llamados productos de aloe contienen muy poco o casi ningún ingrediente activo. Reclamos de este tipo deben ser probados por ensayos clínicos, verificados y certificados por las autoridades reguladoras que garanticen la seguridad de los productos de aloe vera.

¿Qué dicen las autoridades?

En este sentido, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que es la encargada de elaborar los informes científicos sobre las sustancias que se usan como alimentos en la Unión Europea, habla de los derivados de hidroxiantraceno (HAC), una clase de compuestos presentes de forma natural en varias especies botánicas, incluidas las que se usan en los complementos alimenticios para mejorar la flora intestinal.

Los HAD están presentes en vegetales, especias, hierbas y otras plantas, incluida el aloe vera. En 2013, la EFSA ya emitía los resultados de un estudio en el cual planteaba la cara y la cruz de los efectos de los HAC: por un lado, decía que los derivados de hidroxiantraceno en los alimentos pueden mejorar la función intestinal pero, por otro lado, desaconsejaba el uso y consumo a largo plazo en dosis altas debido a posibles problemas de seguridad.

En 2018, otra opinión científica de la autoridad alimentaria planteaba algunas preocupaciones de seguridad para los HAC en complementos alimenticios por el efecto de genotoxicidad (puede causar daño en el material genético) y carcinogenicidad. Continuaba, por tanto, sin contrastar los efectos positivos del aloe vera como ingrediente.

La normativa española no considera el aloe vera como un alimento, aunque sí está catalogado como un ingrediente botánico, lo que permite que se encuentre en productos como mieles, yogures o zumos. ¿Por qué, si no está considerado como alimento, se encuentra en alimentos? Porque sí es posible usarlo “como ingrediente siempre y cuando cumpla con la legislación de aplicación a los productos alimenticios en los que se utiliza”, admite la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN).

Esto es así siempre que no contenga aloína, uno de los compuestos de la planta que, a partir de dosis altas que aún se están investigando, puede provocar diarrea y reducir la absorción de los nutrientes. Tampoco se han establecido por el momento una ingesta segura de esta sustancia para personas. De todo ello se concluye que todavía se necesitan más investigaciones para validar la integridad de las propiedades terapéuticas del aloe vera incorporadas en el procesamiento de productos alimenticios.

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