Cambio de temporada: así tienes que lavar y guardar el nórdico para que no se estropee

A la hora de almacenar un nórdico es importante no aplastarlo.

Elena Segura

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Con el calor el nórdico pasa de ser un cálido refugio para las dentelladas del invierno a un auténtico estorbo que nos deja incómodos y pegajosos. Está claro que con el aumento de las temperaturas queremos evitar el nórdico y recurrir a una alternativa más fresca, pero surge la incógnita de cómo almacenar nuestra ropa de cama de invierno. Un nórdico puede ser bastante frágil y si no tenemos cuidado a la hora de lavarlo y guardarlo, corremos el riesgo de estropearlo de cara a la próxima temporada.

Antes de hacernos cargo de nuestro nórdico, debemos tener en cuenta de qué tipo es, ya que puede determinar el tratamiento que necesite. Todos tienen en común que deben ser aireados y agitados con regularidad para garantizar la integridad de su estructura. Es importante que, pese a los consejos aportados en este artículo, sigamos al pie de la letra las instrucciones de lavado del fabricante:

  • De plumón: son ligeros y abrigados, recogiendo bien el calor con un peso reducido. La pluma puede ser de oca, que retiene mejor el calor gracias al gran tamaño de sus plumas, pero que es más clara; o de pato, menos aislantes que las de oca pero más asequibles.
  • Sintético: los rellenos nórdicos sintéticos están hechos de materiales artificiales como el poliéster. Estos rellenos están diseñados para imitar las propiedades de los rellenos de plumas naturales en términos de aislamiento térmico. Son una muy buen opción para quieren no quieren usar un edredón de plumas de ave.
  • Mezcla: es un poco más pesado y no tan suave como el que solo está hecho de plumas, pero suele dar muy buen resultado.

Por lo general, un nórdico sintético soporta una menor temperatura en la lavadora que uno de plumas, por lo que deberá ser lavado a no más de 40 grados, mientras que uno de ave puede aguantar hasta 60.

Debes asegurarte de que tu lavadora tenga la capacidad suficiente para soportar el peso de un edredón, de no ser así, siempre puedes acudir a una lavandería. Una lavadora con una capacidad de 5 kg puede soportar un nórdico de 140 x 200 cm. Sin embargo, también hay que tener en cuenta el grosor del edredón. Lo ideal es elegir una máquina con una capacidad de unos 10 kg. Debe quedar mucho espacio y la ventana debe cerrarse fácilmente después de introducir el edredón. Si el edredón es demasiado grande para tu lavadora, corres el riesgo de que el nórdico no se limpie bien, ya que por su peso el tambor de la lavadora no podrá dar vueltas completas. Cargar la lavadora en exceso, además, puede provocar que el aparato se estropee.

Cómo limpiar el nórdico

Antes de lavarlo, asegúrate de que tu nórdico no tenga ningún agujero. De tenerlo, cóselo: una rotura del nórdico, por pequeña que sea, podría provocar que su relleno acabase desperdigado por todo el tambor de la lavadora. Si tu edredón tiene manchas persistentes, no dudes en limpiarlo con los siguientes trucos:

  • Vinagre blanco: si la mancha es de grasa, vierte una pequeña cantidad de vinagre blanco sobre ella y déjala durante unos minutos. Un lavado posterior con agua jabonosa eliminará la mancha.
  • Alcohol: para el resto de manchas, un poco de alcohol a 70º será suficiente. El tratamiento con peróxido de hidrógeno o con lejía diluida también es una alternativa eficaz.

Una vez en la lavadora, recuerda usar detergentes suaves y evita los suavizantes, que apelmazan el relleno.

Cómo guardar el nórdico

Una vez hayas lavado el edredón, asegúrate de que esté completamente seco, ya que retiene humedad con facilidad. Si tu nórdico admite la secadora, no dudes en usarla. De no ser así, extiéndelo al sol sobre una superficie plana, aireándolo de vez en cuando.

Ya seco, solo queda guardarlo. En primer lugar debes tener en cuenta que las bolsas de vacío no son para nada recomendables, puesto que pueden hacer que las plumas del nórdico se rompan al comprimir el relleno. Cuando esto ocurre, la capacidad de dar calor del edredón se ve seriamente comprometida y reducida, por lo que pierde calidad. Además, las bolsas de vacío son de plástico y esto hace que pueda producirse humedad por condensación. Solo en el caso de los edredones sintéticos se puede usar este tipo de bolsas de vacío, aunque debe ser como último recurso.

Es preferible que el edredón se guarde en una funda de tela transpirable. De no tener una, puedes poner papel de seda sobre la superficie en la que vas a almacenar el nórdico para que no coja humedad. Recuerda que no debe guardarse estrujado o aplastado por otras cosas. Lo más recomendable es que no se le ponga nada encima y que tampoco se introduzca a la fuerza en un hueco demasiado pequeño.

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