Una de las cosas buenas que tienen las plantas es que, además de darle un montón de vida a tu casa, hay muchísimas de ellas que sirven para acompañar tus platos favoritos. Cierto es que el otoño es el fin de temporada para muchas de las plantas “culinarias” como el tomate, pimiento o calabacín pero hay otro grupo que no solo podrás cultivar con éxito en esta época, sino que también podrás hacerlo en pequeños espacios. ¿Vemos qué plantas puedes utilizar y cómo cultivar tus propias ensaladas?
Cómo cultivar tus ensaladas
Aunque sembrar tus propias plantas de hojas comestibles es más fácil de lo que parece, lo primero que debes tener en cuenta son las condiciones climáticas del lugar donde vives. Sobre todo lo referente a las heladas, ya que si decides tener estas plantitas en el balcón o la repisa de tu ventana, las bajas temperaturas no serán un buen aliado para tener éxito. Muchas de las plantas de hoja, como la albahaca o el cilantro son plantas de clima cálido, lo que quiere decir que cuando las temperaturas bajan por debajo de ciertos umbrales, su crecimiento se ralentiza o se detiene por completo. Si en el lugar donde vives sueles tener este problema, lo mejor es cultivarlas dentro de casa. Elige zonas donde reciban las condiciones que necesitan como estanterías, repisas o bancos auxiliares donde puedas tenerlas bien controladas. Si a tus plantas de la cocina les da algún rayo de sol directo, mejor que mejor. Si vives en ciudades donde las temperaturas son muy suaves en otoño e invierno podrás cuidar tus plantas perfectamente en un balcón o en un patio bien iluminado. La mayoría de plantas que te vamos a proponer pueden vivir en semisombra o sombra, sobre todo las de hojas muy tiernas: con unas pocas horas de sol directo al día podrán crecer sin problemas.
En ambos casos, siémbralas en macetas pequeñas de 4 litros, en jardineras de 20 litros o en cualquier recipiente que quieras, siempre que tenga agujero de drenaje. Recuerda que regar bien es tan importante como que la temperatura sea la adecuada, así que procura que el sustrato no se seque del todo y tampoco la riegues si no lo necesita de verdad.
Paso a paso de la siembra
Para poder disfrutar de este tipo de plantas desde el principio lo más sencillo es plantarlas directamente de semilla. Podrás encontrarlas en cualquier centro de jardinería o en internet. Para ello sigue estos sencillos pasos:
- Utiliza un sustrato de calidad. Bastará con uno universal, poroso, capaz de retener cierta cantidad de agua y que posea un pequeño porcentaje de nutrientes disponibles para que la planta pueda vivir con garantías. Si utilizas sustratos reutilizados de otras plantas que lo han pasado mal, quizás te encuentres alguna sorpresa inesperada en forma de enfermedad (hongos).
- Siembra directamente las semillas en el sustrato. Haz un pequeño surco donde puedas colocarlas y cúbrelas unos 2-3 cm. Es importante que queden en contacto con el sustrato pero sin que quede demasiado apelmazado, ya que puede que la semilla se encuentre con obstáculos que no le permitan buscar la luz en estos primeros días de vida y crecer de forma óptima. Cuando crezcan, retira las que estén muy juntas (aclarado) de forma que no compitan entre sí en el futuro.
- Hidrata las semillas. La mejor forma es con un pulverizador, directamente al sustrato. De esta forma evitarás desparramarlas como lo harías regando con una regadera, pudiendo quedar expuestas en la superficie, reduciendo considerablemente la probabilidad de éxito de que lleguen a buen puerto.
Cuando veas asomar las miniplantitas (plántulas) evita que el sustrato se seque del todo. Piensa que estas pequeñas plantas no tienen el sistema de raíces todavía muy formado, así que son muy propensas a deshidratarse en estos primeros días.
Cinco plantas de hojas comestibles
Aunque la lista de plantas comestibles que podrás tener en casa es enorme, tanto si dispones de sol como si no, te proponemos algunas de nuestras plantas favoritas:
- Menta: además de preparar tus deliciosos mojitos, esta planta es capaz de aliviar los síntomas ocasionados por las malas digestiones. Además, tiene cualidades antisépticas, analgésicas, antiinflamatorias y estimulantes. Plántala en solitario, ya que como esté cómoda se reproducirá a sus anchas invadiendo todo el espacio que encuentre en el tiesto. Vive mejor en semisombra o sombra.
- Orégano: este ingrediente imprescindible en las pizzas también ayuda a combatir los espasmos intestinales y las flatulencias, así como a estimular el apetito. También es muy rico en antioxidantes y posee cualidades antimicrobianas y antisépticas. Eso sí, necesita pleno sol y no pasar frío ya que perderá sus hojas. Si lo tienes en exterior, corta a ras y volverá a brotar cuando lleguen las buenas temperaturas. Necesita un suelo ligero, neutro o alcalino, bien drenado y un poco pobre.
- Rúcula: es una de esas plantas que podrás sembrar a voleo y directamente en el sustrato. A los pocos días verás como ya asoman las primeras hojitas, pudiendo cosechar a tu antojo para completar tus ensaladas. Hazlo segando las plantas, sin arrancarlas, es una buena forma de tener siempre disponible hojitas de rúcula. Ten en cuenta que el exceso de sol hace que su sabor sea amargo ( con 3-4 horas son felices). Los canónigos tienen cuidados similares, así que puedes intentarlo también con ellos.
- Espinaca: las hojas se pueden ir cosechando poco a poco, e incluso cuando aún son muy pequeñas (baby). A esta planta no le importa nada pasar algo de frío, aunque necesita, al menos, 3-4 horas de sol. Si pasa más sed de la deseada se inducirá la “subida de flor” (quiere terminar su ciclo). Así que ten la regadera cerca. Pruébalas mezcladas con otras verduras de sabor más suave o con toques dulces. Plant perfecto.
- Albahaca: es una planta muy sensible al frío, con lo que la mejor idea es cultivarla desde la primavera y durante todo el verano. Aunque, por qué no, si la proteges bien (y dispone de buena iluminación), podrás disfrutar del sabor de sus brotes durante todo el año. No esperes tener grandes matas dentro de casa, pero alguna ensalada caprese podrás hacer. Además del frío, es una planta que detesta el exceso de humedad. Lo mejor es hacerlo espaciadamente. Si pasa sed verás que sus ramitas se ponen algo pochas. Riégalas y verás como al poco tiempo volverán a lucir perfectas.