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Si echamos un vistazo a la cesta o armario de las toallas, puede que descubramos que, sencillamente, guardamos demasiadas. Incluso, muchas que están viejas, muy usadas o que no utilizamos nunca. Por supuesto: no queremos tirarlas y que acaben en el vertedero, agravando el descalabro ecológico. Por eso, aquí van seis ideas prácticas y hasta solidarias para lograrlo.
1. Transformar una toalla vieja en una funda para la tabla de planchar
Aunque planchar no suene a la actividad más excitante, en ocasiones se impone la necesidad. Y tener a mano una tabla de planchar decente nos facilita la tarea. Pero las fundas de estos accesorios suenen quemarse, desgastarse o romperse con el tiempo.
No cunda el pánico, porque una toalla vieja puede resolvernos la papeleta, de forma sencilla y sin tener que comprar una funda nueva para nuestra tabla de planchar. Y es muy sencillo: cualquier toalla de tamaño grande, tipo de ducha, que sea acolchada, será una estupenda funda para la tabla de planchar. Tal cual, sin mayor preparación.
Ahora bien, si queremos que la funda, además de práctica, nos resulte cómoda de utilizar, podemos añadir a la toalla transformada en funda de la tabla de planchar una goma elástica para que se ajuste mejor.
2. Hazte un puf o butaca sin respaldo con toallas viejas, ¡a mitad de precio!
Vuelve el puf, si es que alguna vez se fue. Y regresa o se mantiene en nuestras casas por méritos propios. Esta práctica butaca, sin asas ni respaldo, nos ayuda a amueblar espacios y convertir rincones tristones en lugares muy acogedores, sin apenas esfuerzo.
Pues bien: si nos gusta la idea, y tenemos unas toallas viejas o que ya no usamos en casa, es el momento de echarles el guante. Porque podemos utilizar todas esas toallas para crear el relleno de un puf totalmente gratis.
Y merece la pena: mientras que una butaca sin respaldo, con relleno, puede costarnos cerca de 40 euros (o bastante más), ahora es sencillo comprar solo la funda, por menos la mitad, incluso por una tercera parte del dinero.
¡Y rellenarla con todas esas toallas que guardábamos sin usar! No solo toallas: también nos sirven las sábanas viejas. Si nos gusta la idea, aquí van otras cinco formas de reutilizar las sábanas viejas.
3. Dona las toallas viejas a una protectora de animales
Una idea sencilla y solidaria. La mayoría de las asociaciones protectoras de animales, que ayudan a perros y gatos mientras que encuentran un hogar y familia que los quiera como merecen (¡y hay tantos!) aceptan encantadas donaciones de textiles como toallas; y también sábanas, cojines o mantas.
Los voluntarios de las protectoras de animales utilizan las toallas y demás textiles para proteger las zonas donde duermen los gatos y perros en adopción, para limpiar y mantenerlos limpios, o para secar a nuestros compañeros perrunos cuando se mojan después de un paseo.
Existen muchas protectoras de animales en España, y seguro que tenemos una cerca de casa: basta con acercarnos y preguntar. Y, por qué no, plantearnos adoptar, de forma responsable, uno o dos gatitos, o un perro al que dar un hogar y mimar como merece.
4. Juguete mordedor para tu perro con una toalla: ¡felicidad peluda!
Y si vivimos con un perro, o nos planteamos adoptar un amigo peludo, una toalla nos puede resultar útil para fabricar un sencillo juguete mordedor. A los perros les suele encantar mordisquear, y jugar al tira y afloja; y una toalla cortada en tres tiras, y trenzada con seguridad, resulta un modo económico de jugar con nuestro perro o perrita, ¡y lograr que mueva el rabo de pura felicidad peluda!
5. Toalla vieja: ¡usémosla para un picnic!
Cuando nos planeamos comer al aire libre, en una zona arbolada o un área recreativa, una toalla vieja nos puede resultar más que útil y socorrida. Hay más usos para los textiles viejos: aquí van cinco cosas divertidas que podemos hacer con nuestros pantalones vaqueros.
6. Dos toallas viejas: ¡una grande para la playa o piscina!
Y si te encuentras entre quienes necesitamos espacio en la playa o piscina, y nos gusta tumbarnos con amplitud para leer o tomar el sol al aire libre, tampoco hace falta que gastemos dinero en una toalla grande, que será, cara. Algo tan sencillo como coser dos toallas viejas o que no usamos es suficiente para tener una gran toalla de piscina o para la playa. ¡Cómoda y totalmente gratis!
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