Qué es el ‘silent walking’: los beneficios de salir a caminar desconectando realmente

Andar es un ejercicio de bajo impacto que aporta muchos beneficios

Elena Segura

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En la era de las tecnologías, el ruido incesante y las conversaciones perennes en persona, por teléfono o desgastando nuestros dedos para rellenar la cajetilla de texto, estar en silencio se ha convertido en lujo difícil de encajar y para el que parece que cada vez estamos menos preparados.

Nos hemos acostumbrado a someter a nuestro cerebro a estímulos casi de forma permanente, sin darnos cuenta del poco tiempo que pasamos con nosotros mismos, sin ninguna contaminación acústica que nos distraiga.

Es probable que si estás habituado a salir de vez en cuando a dar un paseo o si eres de las que se calza las zapatillas deportivas día sí día también para correr por el parque de al lado de tu casa, tengas la costumbre de llevar contigo el móvil -ya no damos un paso sin él-, es posible que no te falte un reloj inteligente para saber exactamente qué distancia has recorrido, cuántos pasos has dado y en cuánto tiempo, y por supuesto, unos auriculares inalámbricos para poder escuchar mientras tanto tu playlist favorita o ese podcast que no te ha dado tiempo a disfrutar en otro momento del día.

Y todo eso está también muy bien, en función de tus objetivos y tus preferencias. Pero parar de vez en cuando y dejar de medirlo todo, de estar pendiente de todo lo que pasa en las redes sociales o de la información y no darle al play para escuchar nuestra música favorita puede aportarnos muchos beneficios.

Es lo que propone el 'silent walking'; o lo que es lo mismo, caminar en silencio; una especie de meditación en movimiento al estilo de los monjes budistas. Pendiente solo de nosotros mismos, de la naturaleza y de los sonidos que nos envuelven cuando nos encontramos en medio del campo, en el parque, el bosque o la ribera de un río. Solo caminar, y dejarse llevar, activando nuestras endorfinas y nuestro metabolismo.

Beneficios de caminar a diario

Por si no lo sabías, caminar es una de las actividades físicas con más beneficios tanto para nuestra salud como para el control del peso. Numerosos estudios han constatado que dar entre 9.000 y 10.000 pasos diarios hace disminuir más de un tercio el riesgo de muerte y en un 20% el de padecer enfermedades cardiovasculares. En determinados grupos de edad, a partir de los 60 según la Organización Mundial de la Salud (OMS), caminar 30 minutos al día es suficiente para obtener múltiples beneficios:

  • A pesar de ser una actividad de bajo impacto, caminar es una fórmula perfecta para quemar grasa y calorías.
  • Es muy beneficioso para activar y mantener fuerte nuestro sistema cardiovascular.
  • Ayuda a reducir el colesterol perjudicial.
  • Nos permite mantenernos activos y aumentar nuestra resistencia.
  • Mejora nuestras articulaciones.
  • Es positivo para tener una buena postura.
  • Y es bueno también para nuestra mente: es un potente antidepresivo, nos permite mantener a raya el estrés y el insomnio.

En este último punto, cómo nos puede ayudar emocionalmente salir a caminar un rato a diario, el 'silent walking' tiene mucho qué aportar, ya que a las ventajas que ya tiene de por sí dar nuestro paseo, le añadimos la de realizar una especie de meditación en movimiento. Si es en plena naturaleza, mejor que mejor.

En una época en la que nos falta el tiempo para todo y la rutina deja pocos huecos sin obligaciones, el 'silent walking' nos permite unir en una misma actividad ejercicio físico y espiritual. Caminar y meditar al mismo tiempo. Aprovechar ese rato para desconectar de todo el ruido, las preocupaciones y los problemas. Porque no, para meditar no hace falta estar sentado sobre un cojín en posición de loto y nuestras manos sobre las rodillas con nuestros dedos haciendo el gesto de Chin mudra.

Dejarte arropar por los primeros o los últimos rayos de sol, escuchar el sonido del agua corriendo por el cauce del río, o del gorjeo de los pájaros en los árboles. Puede ser también un momento de agradecimiento o, simplemente, de estar presente.

Ventajas de una meditación en movimiento

Al igual que cuando comenzamos una práctica de yoga, puedes proponerte antes de tu paseo un objetivo, tratar de dejar la mente en blanco, y aplicar algunos ejercicios de respiración para tener más beneficios. Sea de la forma que sea, la meditación dinámica es una fórmula muy efectiva para resetearnos. Te contamos algunos de sus beneficios:

  • Es una fórmula idónea para aquellos que ven en sentarse a meditar un reto inalcanzable; además nos permite vincular sin esfuerzo una consciencia plena con la actividad física y el deporte.
  • Nos va a ayudar a fomentar la calma, y a huir de la ansiedad y el estrés. Además, va a mejorar sin duda nuestra capacidad de concentración tanto en ese momento como en nuestra vida en general si realizamos la práctica con constancia.
  • Aunque te parezca increíble, este tipo de prácticas tiene beneficios en nuestra microbiota y sistema nervioso al mantener niveles más bajos de estrés.

Como ya te hemos avanzado, es importante seguir algunas pautas de respiración y, evidentemente, no ir con prisas, ya que no nos serviría de ejercicio de relajación. Intenta recrearte en cada paso, avanzar lentamente y disfrutar del momento.

Dentro de estas modalidades de meditación activa, se realizan también danzas meditativas o paseos en grupo pero sin ruidos y sin mantener conversaciones. Otras de las prácticas más conocidas de meditación en movimiento son el Tai Chi o el Chi Kung, en las que es necesario mantenerse muy concentrado en la respiración y el movimiento.

Para empezar, puede ser recomendable hacerlo en sesiones cortas pero regulares, para ir acostumbrándonos a esos ratos en silencio.

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