La obsesión por los nudos y por colgar todo de cuerdas de los años 70 ha vuelto, gracias al retorno de las manualidades de todo tipo. Entre ellas, las que tienen la cuerda como protagonista, como el macramé y otras técnicas.
La cuerda añade “textura a nuestros hogares”, dirán interioristas y demás entendidos de la decoración. Pero si nos ponemos en plan práctico, y con el ahorro como objetivo, además, la cuerda nos permite sacar partido a objetos cotidianos y baratos.
1. Cestas de cuerda
Un humilde cordón de algodón puede convertirse en una cesta con toque natural y estilo chic. Para empezar, carga tu pistola de encolar con pegamento. Puedes saltarte este paso, y utilizar el bote de pegamento tal cual. Pero este artilugio facilita bastante las cosas, ya que proporciona un acabado más limpio. Es decir: te puedes ahorrar más de un pegote.
Primero, cruza dos trozos de cinta de tela a la base de un macetero de plástico. Y fíjalos con un trozo pequeño de cinta de adhesiva. Aplica pegamento en el extremo de tu cuerda, y a lo largo de unos cinco centímetros, para que se fije con mayor facilidad. Es recomendable no escatimar producto, pero también, conviene intentar obtener un acabado limpio.
Retuerce ligeramente la cuerda, para obtener una espiral plana de unos cinco centímetros al inicio; y colócala en la base de tu maceta, en el cruce de las dos cintas.
Continúa pegando, enrollando y envolviendo el macetero, aplicando una ligera presión a cada capa de cuerda, de modo que quede bien adherida a la inmediatamente anterior. Si quieres cambiar de color, y utilizar varios cordones de tonos diversos, solo necesitas cortar la cuerda. Pero intenta que la incisión resulte recta (sin ángulo); así puedes pegar el siguiente color directamente al extremo.
Repite todo el proceso con los colores y las cuerdas que escojas. Una vez que la cesta tenga el tamaño que quieres, para: no necesitas llegar al final del macetero. Haz un corte recto en la cuerda, cubre el extremo de pegamento, y aplica presión para que permanezca en el lugar deseado. Deja que el pegamento seque (sobre una hora).
Retira tu molde de plástico o macetero. Para ello, flexiona con cuidado su borde; y sácalo. Si la cesta de cuerda se rompe, no te agobies: solo necesitas aplicar un poco más de pegamento. ¡Y ya la tienes!
2. Posavasos y manteles individuales
Necesitas cuerda, pegamento y un trozo de fieltro para que sirva de molde. Para los posavasos, recorta círculos de fieltro de unos 10 centímetros (cm) de diámetro. Ahora solo necesitas aplicar pegamento en el extremo de la cuerda, colocarla en el centro del círculo; y comenzar a enrollarla.
Como antes hemos explicado para crear la cesta, continúa pegando y envolviendo o enrollando la cuerda, y aplica presión a cada capa de cuerda para que quede bien pegada a la anterior. Sigue hasta llegar al final de tu círculo. ¡Ya tienes tu posavasos de cuerda!
Si en lugar de posavasos, quieres crear manteles individuales con la misma técnica, recorta un círculo de fieltro de un diámetro superior, entre 30 y 40 cm. Por lo demás, el procedimiento es el mismo: enrolla, pega y ¡listo! [Hace un tiempo te contamos ideas para transformar una manta sosa en otra muy apetecible].
3. Asas para caja de madera
Las cajas de madera están casi tan de moda como la decoración con cuerda, si no más. Pues bien: esta idea nos permite mezclar las dos tendencias de forma económica y, sobre todo, práctica; porque podrás llenar tu caja con lo que quieras, y moverla cómodamente de sitio con las asas.
Primero, la caja de madera: sirve una de esas cajas de vino de este material, o cualquier otra. Haz dos agujeros en dos laterales opuestos de la caja, separados entre sí unos 12 cm; y con un diámetro similar al grosor de la cuerda. Corta dos trozos de cuerda de unos 30 cm cada uno: necesitas que el cordel sea más largo para anudar las asas, y que queden en su sitio.
Introduce los dos extremos de cada cuerda en los agujeros, y haz tres nudos en cada uno (que queden en el interior), con el fin de que queden bien sujetos. Aplica pegamento cada vez, para sujetarlos mejor todavía. Repite para hacer la segunda asa. ¡Y ya tienes tu caja de madera con asas de cuerda!
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