El dolor está solo en tu cabeza, así puedes controlarlo
Decirle a alguien que se acaba de machacar un dedo del pie que el dolor es solo mental, es probablemente una mala idea, te pueden mandar a algún sitio muy desagradable. El dolor es algo muy real, pero aún así, la frase es cierta: está en nuestra cabeza, y eso quiere decir que tenemos cierto control sobre él.
El dolor es una señal de alarma, y se dispara cuando hay daño en los tejidos. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que algo va mal, y cambiar así nuestro comportamiento para evitarlo. El fuego nos quema la mano, y el dolor nos hace apartarla.
Sin embargo, ¿de dónde viene el dolor fantasma que sienten las personas en miembros que ya no están ahí, porque han sido amputados? O más sorprendente, ¿cómo es posible que el dolor tenga una intensidad diferente según nuestro estado de ánimo, aún cuando el daño recibido es el mismo?
Todo nuestro cuerpo está lleno de “sensores”, terminaciones nerviosas que detectan cambios en la temperatura, presión o cambios químicos. Se llaman “nocireceptores” (de “nocivo”), porque alertan cuando estos cambios alcanzan niveles potencialmente dañinos. Aun así, estos nervios no son los que causan el dolor, únicamente envían la señal. La señal llega al cerebro, que decide si el cambio en la presión o la temperatura es peligroso, y “fabrica” el dolor. Los anestésicos no actúan sobre el cerebro, solo impiden que estos nervios envíen sus señales. Así podemos someternos a una operación quirúrgica sin sentir dolor.
La sensación de dolor no viene, pues, de la mano quemada. Es el cerebro el que evalúa, no solo la señal que le llega de los nervios, sino las experiencias pasadas, historia personal, miedos, creencias, así como nuestro entorno y quién nos acompaña. Ya hay experimentos que han podido comprobar el papel de todas estas influencias externas e internas. En palabras del famoso neurólogo Ramachandran, “el dolor es una opinión”.
En un estudio con personas que sufrían de dolor crónico en las manos se utilizaron unos binoculares. Al hacer aumentar el tamaño aparente de sus manos, también aumentó el dolor. Por el contrario, poniendo los binoculares al revés, y haciendo así que las manos aparecieran muy pequeñas y lejanas, consiguieron disminuir la sensación de dolor. Algo parecido ocurre con el dolor fantasma de los miembros amputados: una terapia muy efectiva consiste en recrear un miembro virtual usando un espejo o incluso sin espejo, solo mirando al miembro que sí existe, y el dolor disminuye o desaparece.
El cerebro también puede inventarse el dolor por completo. En un caso aparecido en el British Medical Journal, un obrero llegó a urgencias con un clavo de 15 centímetros en el pie, que había traspasado su bota de seguridad, refiriendo un dolor insoportable cada vez que los médicos tocaban el clavo. Se le anestesió y se retiró el clavo y la bota, descubriendo así que el pie estaba indemne: el clavo había pasado entre los dedos sin provocar ninguna herida.
Nuestras creencias afectan al dolor percibido: si pensamos que algo puede hacernos daño, entonces el dolor será mayor. En un estudio se hizo que los voluntarios tocaran una barra de metal muy fría. La sensación es difícil de distinguir, así que a algunos de ellos se les dijo previamente que la barra estaba muy caliente. Quienes pensaban que se estaban quemando sintieron más dolor. En otro experimento se colocaban electrodos falsos en la cabeza de los voluntarios, y se les comunicaba que la prueba podía provocar dolor de cabeza. Como no, el 25% dijo que tenía dolor, aunque no se les estaba haciendo nada.
Al revés, los soldados heridos y retirados del frente en la segunda guerra mundial decían experimentar mucho menos dolor que el que correspondería a sus heridas. Una posible explicación es que estaban felices de haber podido abandonar el campo de batalla.
El miedo al dolor y sus consecuencias determinan también la intensidad del dolor. En otro experimento se sometía a los participantes a un ejercicio intenso que provocaba dolor. Cuando mayor era su catastrofización (miedo a que el dolor no termine nunca) y su kinesiofobia (miedo a lesionarse haciendo ejercicio), mayor era el dolor percibido.
Cómo controlar el dolor
En definitiva, el dolor no está tan relacionado con el daño de los tejidos, y sí con la percepción del daño. El consenso parece ser que cuanto mayor sea la sensación de seguridad, menor será el dolor percibido. Los dolores de espalda crónicos pueden mejorar con una terapia cognitiva funcional, llamada así porque se trata de convencer al paciente de que el dolor no está relacionado con el daño, y guiarlo para que poco a poco pueda moverse con confianza. De este el cerebro percibe que puede hacer el movimiento y no sufrir daños, proporcionando seguridad y disminuyendo el dolor.
La otra forma estudiada de reducir el dolor es la distracción. Cuando estamos ocupados, el cerebro produce endorfinas, opiáceos internos que reducen la sensación de dolor. Esto se pudo comprobar en un experimento en el que se pedía a los participantes que hicieran un ejercicio difícil de memoria, recordando números, mientras se les aplicaba calor a un nivel doloroso. La distracción disminuía el dolor, pero cuando se les inyectaba naloxona, un medicamento que bloquea la acción de los opiáceos endógenos, el dolor era el mismo aunque estuvieran haciendo cuentas.
Algo parecido ocurre con algo tan sencillo como apartar la vista. Cuando nos ponen una inyección, dolerá más si miramos que si no miramos. En un experimento se consiguió aumentar el dolor percibido tan solo mostrando imágenes en las que se pinchaba una mano.
Entre la seguridad y la distracción, estar enamorados también puede modular el dolor. Al mostrar fotografías de su persona amada a los voluntarios de un estudio, el dolor percibido disminuía.
¿En qué se basa todo esto?
Visual distortion of a limb modulates the pain and swelling evoked by movement
Aquí informamos que, en pacientes con dolor crónico en las manos, aumentar su visión de su propia extremidad durante el movimiento aumenta significativamente el dolor y la hinchazón provocada por el movimiento. Por el contrario, al reducir su visión de la extremidad, el dolor y la hinchazón provocados por el movimiento disminuyen significativamente. Estos resultados muestran un efecto de arriba hacia abajo de la imagen corporal en los tejidos corporales, lo que demuestra que el vínculo entre la imagen corporal y los tejidos es bidireccional.
La condición del espejo provocó un número significativamente mayor de movimientos de la extremidad fantasma que la condición de control, no atenuó el dolor ni las sensaciones de la extremidad fantasma más que la condición de control.
Trauma and Pain: A Fragile Link
La percepción del constructor de la amenaza de lesión había activado los sistemas de facilitación del dolor ascendente y descendente dentro del sistema nervioso central que habían exagerado los procesos cognitivos, de evaluación, expectativa, temor y catastrofismo, y habían modular la experiencia y la expresión del dolor.
El estudio actual proporciona evidencia de que el miedo al dolor puede evaluarse antes de la lesión. Además, apoya que después del dolor, la catastrofización del dolor y la kinesiofobia se asocian de forma independiente con el dolor y la discapacidad. En general, estos datos sugieren que el momento de la evaluación psicológica puede ser una consideración importante en los entornos clínicos.
Situational and psychophysiological factors in psychologically induced pain.
La frecuencia de los informes de dolor en los sujetos que no estaban conectados al estimulador simulado pero que todavía se les pedía que informaran sobre el dolor fue del 25%, lo que fue significativamente menor que la frecuencia de los sujetos a los que se les dijo que habría estimulación en la cabeza. Las calificaciones de dolor aumentaron a medida que aumentaron las configuraciones del estimulador simulado. Los sujetos que informaron dolor tuvieron significativamente menos respuestas electrodérmicas a los tonos que les indican que se preparen para una tarea de tiempo de reacción. Los resultados sugieren que el dolor puede producirse en ausencia de estimulación periférica. El dolor no parece deberse a un engaño intencional o la falta de un estándar para la comparación, pero está fuertemente influenciado por señales ambientales.
Relationship of significance of wound to pain experienced
No hubo una relación confiable entre la extensión de una herida patológica y el dolor experimentado. No se encontraron diferencias significativas entre el dolor de una lesión repentina y el de una enfermedad crónica. La intensidad del sufrimiento está determinada en gran medida por lo que el dolor significa para el paciente.
The meaning of pain influences its experienced intensity.
Al confirmar la hipótesis de que el significado de dañar el tejido influye en la experiencia del dolor, a los participantes a quienes se les dijo que la barra estaba caliente calificada como más dolorosa que a los participantes a los que se les dijo que estaba fría.
La terapia funcional cognitiva basada en la clasificación produjo resultados superiores para el dolor crónico de espalda baja no específico en comparación con la terapia manual tradicional y el ejercicio.
Attention Modulates Spinal Cord Responses to Pain
Tomados en conjunto, nuestros resultados muestran que la experiencia reducida de dolor durante la distracción mental está relacionada con un proceso espinal e involucra la neurotransmisión de los opioides.
Viewing a needle pricking a hand that you perceive as yours enhances unpleasantness of pain.
Por lo tanto, las experiencias dolorosas remotas al ver pinchazos con agujas, junto con la información dada antes de una inyección, determinan de manera diferente el impacto de ver un pinchazo en la percepción del dolor.
Preoccupation in an early-romantic relationship predicts experimental pain relief
Los resultados sugieren que la preocupación con una pareja romántica durante la etapa temprana del amor romántico predice el alivio del dolor al ver las imágenes de la persona amada.