Por lo general se habla del estrés como algo terriblemente perjudicial, pero en realidad la respuesta ante el estrés es un mecanismo natural de supervivencia que nos ha permitido sobrevivir hasta ahora. Cuando teníamos que escapar de un oso, pasar una noche a la intemperie en un frío helador o pasar tres días sin comer, la respuesta de nuestro organismo ante el estrés nos mantenía con vida.
El problema surge cuando el estrés no es puntual, sino continuo, y no es un oso, sino las facturas, el jefe, las peleas con nuestra pareja o la incertidumbre generada por una pandemia. El estrés crónico está asociado a todo tipo de enfermedades, desde la obesidad hasta el cáncer, pasando por las enfermedades cardiovasculares y la depresión.
El estrés es inevitable y en realidad, necesario para una buena salud. El “eustrés” o estrés positivo ocurre cuando nos enfrentamos a un desafío, mental o físico, y lo superamos, reforzando nuestros sistemas en el proceso. Pero esto solo ocurre cuando nuestro organismo tiene una respuesta adecuada. Aquí es donde entran los adaptógenos, hierbas que teóricamente pueden ayudarnos a responder mejor al estrés.
Según los estudios realizados, los adaptógenos pueden combatir la fatiga, mejorar el rendimiento mental, aliviar la depresión y la ansiedad y salir del episodio de estrés reforzados, en lugar de solo sobrevivir a él.
A todo GAS
Cuando el organismo se enfrenta a una fuente de estrés pasa por tres fases, conocidas como el síndrome de adaptación general, o GAS por sus siglas en inglés, descrito por primera vez en 1950:
- Alarma: la primera respuesta es el shock, que deja paso a la adrenalina, que dispara la respuesta de “echar o huir”.
- Resistencia: pasada la primera alarma se segrega cortisol, la hormona del estrés, que aumenta la concentración de glucosa en sangre, combustible rápido para hacer frente a la amenaza.
- Agotamiento o recuperación: en el primer caso, los recursos químicos del cuerpo para enfrentarse a la amenaza se agotan y si se mantiene la fuente de estrés puede haber daño permanente o muerte. Si por el contrario se ha eliminado la fuente de estrés, se inicia la recuperación y regeneración de los tejidos.
Hay muchos ejemplos de este proceso. Puede ser el cuerpo luchando contra un virus o una sesión de ejercicio especialmente dura: en todos los casos se pasa por las fases descritas. Los adaptógenos son sustancias que reducen la respuesta de alarma y potencian el estado de resistencia, con lo que hacen más difícil que se produzca el agotamiento. En otras palabras, modulan la respuesta de estrés, “aplanan” la curva, haciendo que la respuesta sea menos elevada al principio y la recuperación sea más rápida.
La Agencia Europea del Medicamento publicó una revisión de estudios para clarificar qué podía denominarse adaptógeno, concluyendo que estas sustancias son diferentes a los estimulantes. Un estimulante produce un aumento de la capacidad de realizar esfuerzos, físicos o mentales, pero luego sobreviene una caída de la capacidad. Sin embargo los adaptógenos inducen una respuesta que no es estimulante de por sí, sino que en su lugar previene el agotamiento, con lo que no hay “bajón” más tarde.
Hay abundantes estudios que indican que ciertas plantas tienen estos efectos en la respuesta de estrés a nivel molecular. Los adaptógenos aumentan los niveles de una proteína llamada Hsp70 que actúa dentro de la célula protegiéndola del estrés oxidativo, y evitando además la apoptosis, o muerte de la célula en situaciones de estrés.
Adaptógenos en tu herbolario
¿Qué adaptógenos funcionan? Diversos estudios han podido comprobar efectos adaptogénicos en algunas plantas muy conocidas. En todos los casos son efectos moderados, pero aun así observables:
- Gingseng: tiene un efecto moderado contra la fatiga y mejora ligeramente las capacidades cognitivas.
- Rodiola Rosea: el extracto de rodiola es uno de los adaptógenos más estudiados y es efectivo para controlar el estrés, disminuir la fatiga y mejorar la cognición.
- Ashwagandha: el extracto de la raíz de esta planta reduce la ansiedad, el cortisol y aumenta el rendimiento deportivo.
- Eleuterococo: aumenta el rendimiento cardiovascular, pero el efecto no es consistente y podría proteger al cerebro de daños.
- Cordyceps: aunque se vende como afrodisíaco, el efecto observado es una elevación del umbral de lactato, es decir, de la capacidad aeróbica.
- Astrágalo: estimula la producción de células T, reforzando el sistema inmunitario y reduciendo la inflamación.
Por desgracia, con la excepción de la rodiola, en general los efectos son muy dispares. Esto ha llevado a la Agencia Europea del Medicamento a estipular, en el mismo documento, que la denominación adaptógeno no puede usarse comercialmente hasta que la evidencia sea más firme, pero también considera que los estudios realizados justifican plenamente investigaciones más profundas sobre los efectos de estas plantas.
Los resultados indican que los adaptógenos pueden realmente ayudar en situaciones de estrés, físico o mental. Puede que los efectos no serán precisamente espectaculares, pero hay que tener en cuenta que tampoco habrá efectos secundarios adversos dignos de mención.
¿En qué se basa todo esto?
Los efectos del estrés crónico en la salud: nuevos conocimientos sobre los mecanismos moleculares de la comunicación cerebro-cuerpo
Si el individuo percibe un estímulo nocivo como demasiado intenso, o su duración como demasiado larga, puede fracasar en su intento de afrontarlo e incurrir en una inadaptación. En este caso, la respuesta al estrés no se resuelve en un estado de equilibrio (ya sea similar o nuevo, es decir, adaptado, en comparación con el estado anterior al impacto del estrés), los parámetros neuroendocrinos siguen alterados y puede producirse la enfermedad.
Good Stress, Bad Stress and Oxidative Stress: Insights from Anticipatory Cortisol Reactivity
Estrés bueno, estrés malo y estrés oxidativo: Perspectivas de la reactividad anticipada del cortisol
Por lo tanto, este estudio apoya el modelo emergente de que la exposición al estrés crónico promueve el daño oxidativo mediante la activación frecuente y sostenida del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal. También apoya el modelo menos estudiado de “eustress”, según el cual los niveles manejables de estrés en la vida pueden aumentar la resistencia psicobiológica al daño oxidativo.
Efectos de los adaptógenos en el sistema nervioso central y los mecanismos moleculares asociados con su actividad protectora del estrés
Además, varios ensayos clínicos demuestran que los adaptógenos ejercen un efecto antifatiga que aumenta la capacidad de trabajo mental en un contexto de estrés y fatiga, en particular en la tolerancia al agotamiento mental y el aumento de la atención. De hecho, recientes estudios farmacológicos de varios adaptógenos han proporcionado una justificación de esos efectos también a nivel molecular.
STRESS AND THE GENERAL ADAPTATION SYNDROME
EL ESTRÉS Y EL SÍNDROME DE ADAPTACIÓN GENERAL
Esto se ha denominado “Síndromes de Adaptación General” (S.A.G.). Se desarrolla en tres etapas: la “Reacción de Alarma” (A.R.), la Etapa de Resistencia, y la Etapa de Agotamiento.
REFLECTION PAPER ON THE ADAPTOGENIC CONCEPT
DOCUMENTO DE REFLEXIÓN SOBRE EL CONCEPTO ADAPTOGÉNICO
Los estimulantes que aumentan la actividad del sistema nervioso simpático, pueden producir una sensación de euforia y pueden utilizarse para aumentar el estado de alerta y la capacidad de concentración en tareas mentales. Se informa de que los fitonutrientes estimulan el sistema nervioso mediante mecanismos que se afirma que son diferentes de los de los estimulantes, y que se asocian más bien a la regulación metabólica de diversos elementos del sistema de estrés y a la modulación del acoplamiento estímulo-respuesta.
Eficacia basada en pruebas de los adaptógenos en la fatiga, y mecanismos moleculares relacionados con su actividad protectora del estrés
El punto de acción clave de los fito-adaptógenos parece ser su efecto regulador y mimético del estrés sobre la proteína “sensor de estrés” Hsp70, que desempeña un papel importante en la supervivencia y la apoptosis de las células.