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Kava, la bebida de las islas del Pacífico que calma la ansiedad y no da resaca

Después de una semana de duro trabajo y estrés, mucha gente sale para relajarse y tomar unas copas. El alcohol tiene efectos analgésicos y calmantes, pero también desinhibidores y euforizantes, eso sí, siempre en dosis moderadas. Por encima de una copa al día, e incluso con menos, los efectos sobre la salud física y mental empiezan a pasar factura. 

No hay muchas alternativas a la droga social más utilizada. Sería estupendo disponer de una bebida con las propiedades del alcohol, pero sin sus efectos negativos para la salud (y sin resaca). Pues bien, la bebida existe y tiene el exótico nombre de kava. 

El kava, a veces conocido como kava kava, es una planta originaria de las islas del Pacífico Sur, donde durante miles de años los pueblos nativos la han convertido en una bebida ceremonial y social elaborada con las raíces de la planta. Su nombre científico es Piper methysticum. El principio activo del kava son las kavalactonas, que representan entre el 3 y el 20% del peso seco de la raíz de la planta. La bebida de kava produce relajación, reducción de la ansiedad, una ligera euforia y sentimiento de felicidad, y lo más importante, no deja resaca. En muchas naciones polinesias, el kava se ha convertido en símbolo de amistad y paz.

Esto ha hecho que la bebida se haya hecho popular en Estados Unidos, donde se pueden encontrar bares de kava donde se puede consumir esta bebida. Te costará mucho encontrar estos bares en España, o en otros países europeos. ¿Qué está pasando?

Los controvertidos efectos secundarios del kava

Los estudios científicos hasta la fecha sugieren que las kavalactonas que contiene el kava puede tener efectos muy positivos en el organismo. Un estudio controlado demostró que es efectiva contra el trastorno de ansiedad y el insomnio, ya que actúan sobre los circuitos de GABA, el neurotransmisor de la relajación en el cerebro. Una exhaustiva revisión de estudios encontró que el kava podría ser una alternativa a los ansiolíticos y antidepresivos.  

También se ha comprobado que puede proteger a las neuronas de daños y reducir la sensación de dolor. Además se ha visto que puede proteger contra determinados tipos de cáncer, aunque de momento solo se ha experimentado en ratones. La Organización Mundial de la Salud considera que el consumo moderado de kava en su forma tradicional, es decir, como suspensión acuosa de raíces de kava, presenta un “nivel aceptablemente bajo de riesgo para la salud”.

Sin embargo, a partir de 2001 empezaron a aparecer casos de hepatotoxicidad (daños en el hígado) en personas que consumían extractos de kava en Australia, Estados Unidos y Alemania, algo que nunca se había observado entre los nativos del Pacífico Sur. 

En 2002 la Unión Europea impuso una prohibición temporal a las importaciones de productos farmacéuticos a base de kava, que se revocó en 2014, después de que un informe de la FAO indicara que no había señales de hepatotoxicidad. Aún así, hoy en Alemania los preparados de kava se venden con receta, siguen prohibidos en el Reino Unido y, hasta 2018, en Polonia se perseguía su posesión con penas de cárcel.

Lo que ocurrió es que la bebida de los nativos no tenía nada que ver con la versión que estaban tomando los alemanes y estadounidenses. La receta original de kava se preparaba masticando las raíces hasta conseguir una pulpa, que después se disuelve en agua. Hoy en día ya no se mastica sino que, de forma más higiénica, se tritura la raíz en un recipiente metálico y se mezcla con agua. 

Sin embargo el kava se comercializó en Europa, Australia y EE UU en forma de extractos disueltos en alcohol, y es en esta forma en la que resulta tóxica para el hígado. Además, podrían estar usando raíces en mal estado, que contienen toxinas procedentes del moho, o extractos que no proceden de la variedad “noble” del kava, o de partes de la planta que no son la raíz. 

Aunque el kava ha sido exonerado, es muy probable que a día de hoy no los encuentres en tu herbolario. Si la consigues, seguramente será en forma de cápsulas, que contienen el extracto de la raíz seco. Es una buena opción para las personas a quienes no les gusta el sabor de la bebida o el té de kava.  

Es importante fijarse en la concentración de kavalactonas. Por ejemplo, una cápsula puede contener 100 mg de extracto de raíz de kava estandarizado con un 30% de kavalactonas. Los expertos recomiendan una ingesta diaria de kavalactonas no superior a los 250 mg, mientras que la dosis mínima eficaz probada en los experimentos es de 70 mg.

En definitiva, se trata de una bebida con numerosos beneficios para la salud, pero por su exotismo y desconocimiento hay un cierto riesgo de adulteración. Con un poco de suerte, en los próximos años será más habitual relajarse y celebrar las grandes ocasiones con kava.

* Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

¿En qué se basa todo esto?