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La ruta de la almadraba: cinco pueblos de Cádiz para degustar el atún del Estrecho

Foto: Kevin Walsh

Elisabeth G. Iborra

¿Qué es una almadraba?

La Costa de la Luz es famosa por sus kilométricas playas de belleza salvaje pero, más allá del paisaje, en altamar se pueden apreciar unas boyas coloradas que sirven para demarcar la zona donde los pescadores calan sus redes con el fin de atrapar a los atunes que vienen migrando desde el Atlántico hasta el Mediterráneo. Es lo que se conoce como la 'levantá' de la almadraba.

Raúl García, experto en pesca de WWF-Panda, considera que la almadraba “es una arte milenario que estaba extendido por todo el Mediterráneo hasta hace relativamente poco tiempo”. Asegura además que “es una arte pasiva y por tanto tiene claramente limitada su capacidad de pesca en función de la abundancia que haya”. Como testigo presencial de la 'levantá', García reconoce que “las imágenes son muy impresionantes”, pero no cree que “actualmente la almadraba que sea más cruel que otras pescas si la hace bien y se respetan al máximo las normas”.

200 formas de comer el atún

La almadraba es un acontecimiento que condiciona la economía y la cultura gastronómica de buena parte la de la costa gaditana. En consecuencia, en la época de pesca el atún abunda en los menús de los restaurantes de la zona y se dan distintos certámenes gastronómicos. Son inimaginables las sorpresas que ofrecen cada año los chefs y se pueden llegar a probar hasta treinta tapas distintas en un fin de semana. 

Hay que tener en cuenta que al atún se le llama 'el cerdo del mar', ya que se aprovecha todo de él. Por otro lado, hay contabilizadas hasta 200 maneras diferentes de prepararlo: crudo, semicrudo, guisado, a la plancha, frito, rebozado, estofado, en manteca para desayunar, etc. A esta gran versatilidad culinaria ayuda la amplia variedad de cortes -más o menos gruesos o en carpaccio, a tacos, en filetes, en transversal, etc.- y las mezclas con ingredientes exóticos para el paladar medio, como el chocolate, el jengibre, el cilantro o las algas. 

A continuación te ofrecemos cinco pueblos de Cádiz donde además de disfrutar de su singularidad y su arquitectura, podrás degustar en sus restaurantes interesantes recetas que tienen como base el atún. 

Barbate, la primera 'levantá'

En el pueblo de las conservas del atún por excelencia (visitas gratuitas a Herpac y La Chanca para llevarte sus productos enlatados), tuvo lugar ya el 26 de abril la primera 'levantá' y su consiguiente semana del atún. Si bien, permanentemente, queda ahí El Campero, el mejor restaurante especializado en atún de la provincia. Su propietario posee La Taberna, en Zahara.

Pero si lo que queremos es playa, Barbate no se queda atrás. Las del municipio se extienden salvajemente hasta Los Caños, la zona hippy (véase La Jaima) más ambientada en verano, que se prolonga hasta la casi desconocida playa de Zahora, mucho más glamourosa, con chiringuitos como el Sajorami Beach, pero también con la macrodiscoteca de la provincia, el Ohju

Zahara no se apellida 'de los Atunes' por azar

Del 10 al 15 de mayo, el pueblo con ocho kilómetros de playas alucinantes, desde la lujosa cala de los Alemanes pasando por la asilvestrada Atlanterra, se llena de actividades culinarias como talleres de cocina o exposiciones. La misión aquí es recorrer todos los restaurantes, más de 30, para probar todas las tapas posibles, a cual mejor y más rompedora, y rellenar el cupón para su concurso posterior.  

Antonio Hoteles, La Tasca, La Sal, El Vapor o La Morada triunfaron en 2015, pero los demás lucharán por ganarles este año. Si vas más pasado el certámen, pide las tapas que concursaron y tendrás un éxito asegurado, ya que tienen la experiencia de ocho ediciones.

Vejer de la Frontera y El Palmar

Desde Zahora se arriba a El Palmar, la playa de moda en esta costa, por sus chiringuitos y sus escuelas de surf. Allí se recomienda comer en La Cervecería y pasar a los cafés y cócteles para disfrutar del atardecer con dj en directo en El Cartero. Puedes cenar después en los columpios de La Torre

Pero El Palmar es la playa de Vejer, un pueblo blanco que se ilumina colina arriba, cuya arquitectura habla de su historia, y, que, aprovechando el tirón del archiconocido El Califa, está destacando como meca gastronómica por todos los bares y restaurantes que van abriendo con originalisimas propuestas, como Las Delicias, un antiguo teatro que ahora da conciertos mientras cenas, a imitación del Utopía, en Benalup. 

Conil, la ruta más divertida

Esta belleza de pueblo -con 7 kilómetros de playas de arena fina y prensada, entre acantilados que conducen hasta las inigualables calas del Aceite y de Roche- extiende su XX Ruta Gastronómica desde el 6 de mayo hasta el 6 de junio. Sus restauradores calculan servir unas 11.000 tapas durante todo el mes, ofreciendo no sólo las que presentan como novedad a su concurso solidario, sino muchas otras recetas ya bien trabajadas. 

Txicote, Feduchy y La Gloria nunca decepcionan. Y la noche prosigue con el flamenco de bares como El Tablao de la Torbellino, siguiendo por La Tertulia y El Sitio, si no se quiere bailar en los pubs de la calle Peñón desaforadamente hasta altas horas de la madrugada. 

Tarifa, chill out para desconectar

Si bajas a Cádiz del 9 al 12 de junio, aún tendrás tiempo de vivir la IV Ruta del Atún de Tarifa, que se celebra en prácticamente todos sus restaurantes. La gracia de este pueblo milerario está en ir de terraza en terraza: ya sea de tapas en bares como El otro Melli, Petit Bistró o Casa Antonio; o de mojitos en chiringuitos resguardados del viento, como el BienStar o el Tangana -en la espléndida playa de Valdevaqueros- el Agua o el Arte Vida -en la playa de Los Lances. 

La cuestión, por el día, es tirar tu cuerpo en una hamaca y entregarte al 'chill out' en cuerpo y alma; mejor si puede ser desnuda en la playa de Bolonia o en Punta Paloma. De camino hacia esta magnífica playa, en el Paraje Betijuelo, hay que subir a deleitarse en el restaurante y mirador El Tesoro. Por la noche, de vuelta a la ciudad del viento, hay cientos de bares, pero todo el mundo acaba en el Café del Mar o el Mombassa

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