La Academia de Hollywood ha expulsado hoy al productor Harvey Weinstein, envuelto en un enorme escándalo de abusos y acoso sexual. “Lo que está en cuestión es un problema muy grave que no tiene lugar en nuestra sociedad”, ha anunciado en un comunicado la junta de la Academia de Hollywood, encargada de los Óscar y compuesta por 54 miembros, entre los que se encuentran Tom Hanks, Whoopi Goldberg y Steven Spielberg.
El diario The New York Times y la revista The New Yorker han destapado el historial de acosos sexuales supuestamente perpetrados durante décadas por Weinstein, uno de los productores más conocidos y poderosos de Hollywood, cofundador junto a su hermano Bob de Miramax y The Weinstein Company. La noticia relataba que Weinstein se había enfrentado durante décadas a acusaciones de contactos físicos no deseados y acoso sexual y destapaba que alcanzó acuerdos económicos para evitar un juicio con al menos ocho mujeres, incluidas actrices y asistentes. El productor invitaba a mujeres a su habitación del hotel por asuntos de trabajo y les saludaba desnudo, les pedía que le hicieran un masaje o les invitaba a verle duchándose.
Tras conocerse las revelaciones, la Academia de Hollywood emitió un comunicado para rechazar la “repugnante” y “abominable” actitud del productor. Trabajadores de la industria cinematográfica han reconocido que se trataba de “un secreto a voces” en un artículo publicado en The Guardian.
Después de la publicación de la noticia, otras mujeres decidieron hablar sobre el escándalo de Weinstein, entre las que se encuentran Emma Thompson o Jane Fonda. La actriz Emma Thompson ha calificado al productor como un “depredador” y ha asegurado que el escándalo es solo la “punta del iceberg” de lo que sucede en Hollywood, mientras Jane Fonda reconoció que lamentaba no haber hablado sobre los supuestos abusos sexuales cometidos por el productor Harvey Weinstein contra numerosas mujeres tras haberse enterado hace un año. “¿Por qué no hablaron sobre ello? Porque él es poderoso, acosó a jóvenes, la mayoría mujeres que tenían unos veinte años cuando ocurrió, vulnerables, con miedo a que si decían algo o hacían algo, les arruinaría la carrera”, señaló Fonda.