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Cómo adaptar 'Lectura fácil' de Cristina Morales y no traicionar en el intento

La novela 'Lectura fácil' vive una adaptación simultánea a diferentes medios

Laura García Higueras

18 de noviembre de 2022 22:13 h

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Nata, Marga, Patri y Àngels son cuatro mujeres con distintos grados de discapacidad intelectual que viven juntas en un piso tutelado. También son las protagonistas de Lectura fácil, la combativa y férrea novela por la que Cristina Morales ganó en 2019 el Premio Nacional de Narrativa. Tres años después, el contundente libro suma tres nuevas vidas en forma de obra de teatro, serie y cortometraje ideados respectivamente por Alberto San Juan, Anna R. Costa y María Pérez Sanz; que se han enfrentado al desafío de adaptar el complejo volumen.

“Que una sea remunerada por su trabajo es una victoria. Una recompensa a tantísimo tiempo de precariedad en el mundo literario”, afirma a este periódico la escritora. Eso sí, su implicación y opinión sobre los proyectos han sido muy diferentes. Si bien en la función de San Juan, que acaba de estrenarse en el Teatro Valle-Inclán (Centro Dramático Nacional) de Madrid, ha asesorado al creador y participado como coreógrafa con su colectivo de danza Iniciativa Sexual Femenina; Costa le pidió que no interviniera en el proceso.

“La novela me inspiró mucho”, explica la también creadora de Arde Madrid a este medio, “pero tenía claro que más que una adaptación al uso sería un punto de partida con los personajes. Se lo planteé así a Cristina y le dije que necesitaba libertad total”. La serie, titulada Fácil, llegará el próximo 1 de diciembre a Movistar Plus+ y, según indica la directora, “se diferencia mucho del libro en que Morales es durísima y muy tajante con las instituciones. Les he dado más humanidad dentro de que ellas hacen su trabajo. No está la rigidez del sistema que plantea la autora”.

No obstante, sostiene que el punto de vista sigue siendo el de las mujeres con discapacidad. Morales, sin embargo, opina que no; y lo hizo público este verano en una columna en la revista Rockdelux en la que calificó la ficción como “nazi”. “La novela se cuenta desde las usuarias, y por tanto víctimas, de los servicios sociales. En la serie desde el de las trabajadoras sociales, en concreto una. Se busca que el espectador empatice con ella más que con sus víctimas”, lamenta la granadina en conversación con elDiario.es, “eso acarrea que se trate la discapacidad de manera patologizada. El anarquismo del personaje de Nati está absolutamente caricaturizado, se la trata como histérica. El punto de vista es prosistema”.

Morales afirma que le “sorprende” que se hubiera “dado al vuelta a lo más importante de la novela, que es la traslación y deslocalización del punto de vista desde los lugares de poder a los de no poder”. Además de que, “por enésima vez, el discurso lo sostienen, exponen y desarrollan aquellos que tienen poder”.

Para Costa, la sorpresa fue encontrarse con el duro texto de la escritora en una revista. “Hicimos un pase privado de la serie y me dijo que le había gustado, que le parecía un buen producto y se había muerto de risa con Marga”. Igualmente opinó que “Nati le parecía una caricatura y que las mujeres que representaban a la institución estaban demasiado blandas”. Escuchar estas valoraciones provocó que recibiera el artículo “un poco a traición”. “No me pareció que fuese buena compañera”, añade. No obstante, indica que Morales “tiene que estar en su papel de hater, conservando su estética de reivindicarlo todo. Era muy raro que se posicionara del lado de la serie que es más amable”.

La directora ya se había pronunciado sobre la polémica en la presentación de Fácil en el pasado Festival de San Sebastián, donde fue preguntada por el citado texto. “De lo que único que puede hablar es de lo que ha cobrado”, replicó entonces sobre la autora. No han vuelto a dirigirse la palabra.

“Su respuesta fue una bomba de humo para evitar hablar del contenido de la serie”, considera Morales, “no deja de ser irónico porque pareciera que Anna R. Costa está haciendo un voluntariado en Movistar, que trabajara gratis. Y solo faltaba que una no pueda hablar libremente sobre las obras de otros creadores. Se podría firmar una cláusula de confidencialidad según la cual no tuviera derecho a decir en público lo que verdaderamente pienso. Pero eso también se paga, están a tiempo”. La autora opina que la reacción de la directora fue “excepcional”. “No se suele dar una pataleta de ese calibre. Le presto mi pañuelo para que llore”, añade.

Una 'versión libre' más fiel a la novela

La aproximación de San Juan a la novela es más parecida al texto, algo de lo que Costa ha sido testigo. “Alberto y yo somos superamigos. Me ha ido pasando las versiones. Ha hecho una adaptación superfiel de la novela”, expresa la guionista. El actor declaró en la presentación de la obra el pasado miércoles que su interés por llevarla a las tablas nació durante su lectura del libro. “Estaba lleno de posible acción teatral”, aseguró. El segundo motivo por el que se decidió a sacar adelante el proyecto fue el “interés personal” por el tema que aborda, que según indicó “no es tanto la llamada discapacidad o diversidad funcional; sino la incapacitación general que padecemos el conjunto de la población a la hora de gobernarnos a nosotras mismas”.

Su primera propuesta fue que Morales se encargara de escribir el guion, ella lo declinó por falta de tiempo y fue él quien finalmente se encargó del libreto. “Le fui enviando las versiones. Siempre ha sido muy respetuosa y me ha dicho pocas cosas”, comentó San Juan. “Desde el primer momento me hizo muchas preguntas sobre aspectos concretos de la novela, también para amplificarla. Ha habido mucha comunicación todo el rato y ha estado muy pendiente de mi parecer”, afirma al respecto la escritora, que ha estado igualmente involucrada como coreógrafa.

“Estamos muy contentas porque nunca habíamos trabajado para una producción tan grande”, reconoce sobre la labor de Iniciativa Sexual Femenina, “hemos tenido espacio para experimentar con personas que, salvo Desirée Cascales, no son bailarines profesionales. Nuestro objetivo no era crear nada virtuoso con ellos, sino que hubiera una coherencia entre lo que la pieza de teatro dice y cómo se mueven los personajes a los que representan”. En conjunto, la autora avanza que lo que más le gusta de la obra son “las escenas sexuales”, que para ella son “el corazón de la historia”. Estas incluyen la práctica de una felación.

Una actriz en ambos proyectos

Además de compartir el punto de partida, la obra y la serie cuentan con Anna Marchessi en su elenco. La actriz interpreta un papel distinto en cada proyecto: Ángeles en la función y Patri en la ficción. En ambos títulos es la única de las cuatro intérpretes con discapacidad, en su caso física. En la obra está acompañada de Estefanía de los Santos, Carlota Gaviño y Pilar Gómez; mientras que, en la serie de televisión, de Natalia de Molina, Anna Castillo y Coria Castillo. En la producción de Movistar Plus+ aterrizó en mayo de 2021 y en la representación, en marzo de 2022; después de que San Juan la viera en Supernormales en el Teatro Valle-Inclán. De su reparto reclutó a Marchessi y a su compañero en Lectura fácil Marcos Mayo.

“En mi cabeza jamás lo he concebido como lo mismo y eso me ha ayudado a trabajar los personajes”, señala a elDiario.es sobre su implicación en ambas producciones. En la novela no se sumergió hasta que fichó por la función. “En la serie se nos desaconsejaba leerla, ya que al estar solo inspirada en ella podría condicionar negativamente a la hora de preparar a Patri”, recuerda. “Alberto sí nos lo pidió. Me pareció muy interesante porque no habla tanto de la discapacidad sino de la opresión que sufrimos todos por parte del sistema, tengamos o no discapacidad. Por eso resuena tanto en tanta gente”.

Sobre la polémica generada, afirma: “He preferido no meterme mucho. Antes de que Cristina escribiera el famoso artículo ya le había preguntado si había visto la serie. Se limitó a decirme que le había gustado mi trabajo”. Respecto a lo ocurrido después, expresa que “escapa” a su control y considera que las opiniones de Morales y Costa “son lógicas y respetables”.

La importancia (o no) de la opinión de la autora

Morales asegura que, más allá de estos dos casos, seguirá abierta a que se adapten sus publicaciones. “La experiencia con Movistar ha sido dura y no ha sido satisfactoria, pero eso no significa que no vaya a haber otras productoras y directores de mayor sensibilidad y profesionalidad”, argumenta y pone como ejemplo el cortometraje La niña Mártir, en el que María Pérez Sanz ha adaptado su libro Últimas tardes de Jesús (Anagrama, 2020). “Es delicadísimo y divertidísimo”, manifiesta sobre la pieza estrenada en el pasado Festival de Gijón, “no se puede hacer tabula rasa de que voy a deplorar cualquier adaptación de una obra mía”.

Respecto al trabajo con la plataforma, Costa comparte que escribió “cinco versiones hasta conseguir que aprobaran la serie”. “Las primeras les sorprendieron y les gustaron, pero las veían muy duras para su público. El proceso ha sido un poco Berlanga. Yo digo que más que adaptarme a Movistar ha sido ver cómo se la colaba. Lo hemos conseguido y están contentos porque ahora tienen una serie que nunca hubiese sido un proyecto suyo. De repente tienen algo muy punky, atrevido y que habla de cosas que movilizan al espectador. Hay una reivindicación muy heavy primero como mujer y luego como mujer discapacitada”.

A la hora de elegir el casting, le dijeron que no podrían tener a cuatro protagonistas “con discapacidad intelectual” porque a nivel de producción “suponía unos tiempos, un dinero y flexibilidad que a día de hoy no pueden sostener”.

El montaje de San Juan ha sido producido por el Centro Dramático Nacional y Bitò. El actor y director considera que no hay que dar relevancia de más a la valoración de Morales sobre la traslación de sus libros a otros formatos. “Quizás el resultado no le guste, y no es tan grave”, afirmó a elDiario.es, opinando tajante sobre las críticas emitidas por la escritora hacia la serie: “Una vez Anna R. Costa compra los derechos de Lectura fácil puede hacer lo que le de la gana con ella”. “¿Pero qué más da lo que opine Cristina Morales de la adaptación de la obra?”, añadió, “espero que le guste la obra, a mí me encantaría, pero si no, qué le voy a hacer. Parte de su libro, pero es otra cosa”.

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