CaixaForum Madrid propone un paseo imprescindible por la historia del arte del siglo XIX y el XX a través de sesenta obras maestras de artistas desde 1811 hasta el año 1971 procedentes de la Phillips Collection.
Nombres como los de Manet, Monet, Degas, Van Gogh, Cézanne, Matisse, Picasso, Braque, Pollock, O'Keeffe o Rothko figuran en la lista de los 44 artistas presentes en la exposición “Impresionistas y modernos” de la Phillips Collection, que este año celebra su 95 aniversario.
Con una colección formada en la actualidad por 4.000 obras, el museo creado por Duncan Phillips (1886-1966) en Washington está considerado en todo el mundo como un importante fondo de arte impresionista, moderno y contemporáneo.
Las sesenta obras maestras han sido organizadas en un montaje similar al de una rueda que permite entablar seis conversaciones plásticas, desde 1811 hasta 1971.
Estas seis secuencias permiten, en opinión de la conservadora de la colección y comisaria de la muestra Susan Behrends Frank, que el visitante se encuentre con las ideas fundamentales de los diferentes movimientos y escuelas representadas.
Nieto de un magnate del acero e hijo de un hombre de negocios, Duncan Phillips reunió un conjunto de pintura moderna en un momento en el que no existían manuales para determinar lo que resistiría o no el paso del tiempo.
A Phillips, según la comisaria, “le interesaban las conexiones entre las obras de arte y estaba dispuesto a arriesgar respaldando a jóvenes artistas de diferentes temperamentos estéticos”.
Por ello, coleccionó obras que eran importantes por sus propios méritos y no porque representasen a una escuela de pensamiento, estuviesen de moda o llevasen una firma famosa.
“Hoy, en el siglo XXI, la Phillips Collection sigue fiel a su misión como pequeño museo íntimo combinado con un centro de experimentación”.
Susan Behrends Frank recordó que el que creó Duncan Phillips fue el primer museo de arte moderno en Estados Unidos y por ello se convirtió en un lugar muy frecuentado por los jóvenes artistas americanos.
“Quería crear un Museo del Prado norteamericano para que los artistas pudieran contemplar las grandes obras maestras y fueron muchos los que encontraron su inspiración en esta colección”.
El primero de los ámbito cronológicos que abarca la exposición es el dedicado al “Clasicismo, romanticismo y realismo”, en el que se contemplan pinturas como “La pequeña bañista”, de Ingres; “En el río Stour”, pintado por John Constable en los últimos años de su vida; y “El Ballet español” de Manet, junto a obras de Corot, Courbet o Delacroix.
A mediados de la década de 1860, el realismo dio paso a los impresionistas franceses, entre ellos Claude Monet y Alfred Sisley, presentes junto con Berthe Morisot y Odilon Redon. Destacan también en este segundo espacio “Bailarinas en la barra”, de Edgar Degas; “Casa en Auvers”, de Van Gogh; o “El camino de Vétheuil”, de Monet.
El recorrido por “París y el cubismo” se inicia con “La habitación azul” de Picasso, artista del que también se muestra “Corrida de toros” y “Mujer con sombrero verde”.
Junto a las del genio malagueño, obras maestras de Braque, Juan Gris, Modigliani, Raoul Dufy o Pierre Bonnard, artista este último del que se muestran varias obras en el ámbito “Intimismo y arte moderno”, junto a “Interior con cortina egipcia”, de Matisse.
En “Naturaleza y expresionismo” se muestra cómo el expresionismo ensalza la reacción emocional individual del artista ante el mundo a través de obras de Kandinsky, Georgia O'Keeffe y Oskar Kokoschka.
El último espacio es el dedicado al “Expresionismo abstracto”, que, aunque asociado a artistas norteamericanos como Pollock o Rothko, también tuvo representantes como Nicolas de Staël, de origen ruso, y la portuguesa Maria Helena Vieira da Silva.