Objetivo: la Luna
A pesar del momento dulce por el que atraviesa la animación española, con estrenos como Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo (Javier Fesser, 2014) o Pos Eso (Samuel Ortí Martí, “Sam”, 2014) y su condición de país invitado en la última edición del prestigioso festival de Annecy, “el mejor año está todavía por venir”. Lo declara a eldiario.es Enrique Gato (Valladolid, 1977), alma creativa de Lightbox Entertainment.
Gato es una voz autorizada en el género. Las aventuras de Tadeo Jones (2012), su primer largometraje, logró recaudar 45 millones de dólares en todo el mundo, 37 más que los presupuestados para su desarrollo, y se convirtió en la película de animación más taquillera de la historia del cine español. Este viernes estrena, tras cuatro años de intensa producción, Atrapa la bandera, con la que pretende ir “un paso más allá”.
“Estamos intentando conseguir asentar una industria y abrir camino para que muchas pelis se puedan estrenar en muchos más países”, sostiene el director. Gato confía en el mercado: “Para el año que viene están previstos al menos cinco grandes proyectos animados desarrollados íntegramente en España, lo que supone trabajo para muchísima gente. En 2016 pueden estar moviéndose en España entre 60-70 millones de euros”.
Su nueva película es el reflejo de este gran estado de forma: Atrapa la bandera es la primera película española de historia, no sólo de animación, que logra un acuerdo de distribución con una multinacional, una “major”, en la jerga del cine. Paramount Pictures se encargará de hacer que la película llegue a salas de más de 100 países.
La sinopsis contribuye a su difusión: un inverosímil grupo de astronautas formado por dos niños, un anciano y un camaleón, viajarán a la Luna para impedir que un villano jactancioso y megalómano robe el pendón que la expedición de Armstrong colocó en la superficie del satélite en nombre de toda la humanidad. Richard Carson III pretende demostrar que el primer alunizaje fue un completo fraude, aunque sus motivos reales sean otros: quiere hacerse con las reservas de helio 3, una nueva fuente de energía de la que ambiciona ostentar el monopolio mundial.
Para la realización del film, Gato y su equipo estuvieron asesorados por los astronautas Miguel López-Alegría y Alan Bean, el cuarto hombre en pisar la Luna. Además, obtuvieron el permiso de la NASA para visitar sus instalaciones y documentarse. La agencia estadounidense dijo sí en cuanto comprobó que su imagen no saldría malparada.
El arduo proceso creativo de Atrapa la bandera se muestra en una exposición complementaria en el Espacio de la Fundación Telefónica de Madrid (c/ Fuencarral, 3), en activo hasta finales de septiembre. Dividida en dos grandes ámbitos (“Fabricar un sueño” y “Creer en la Luna”), explica en primer lugar los pasos seguidos por Lightbox Entertainment durante los 62 meses –de julio de 2010 a junio de 2015- de preparación del film: un gran panel segmenta las etapas fundamentales del desarrollo y las desmenuza para el público. En la segunda parte, se realiza “un tributo a la exploración espacial” y al hito de la llegada a la Luna. Numerosos objetos de la colección privada de Jordi Gasull, guionista con Goya por Las aventuras de Tadeo Jones, pueblan las vitrinas y adornan las paredes.
La sala de la Fundación Telefónica enseña también fragmentos en bruto de la película, sin terminar, y redunda en el doblaje. Dos de los personajes principales, la heroína Amy y Richard Carson III, tienen las voces inconfundibles de Michelle Jenner y Dani Rovira, respectivamente. Ambos reconocen a eldiario.es lo mucho que les divirtió participar en el proyecto.
Para Jenner, Atrapa la bandera es uno más de sus trabajos como dobladora. Hija de doblador, Jenner tiene el oficio en la piel desde los seis años. Ha sido la voz de Hermione Granger en cuatro películas de la saga sobre Harry Potter y ha intervenido también en Las aventuras de Tadeo Jones, entre otros muchos proyectos. “El doblaje es otra rama de la interpretación, que se basa en la creación de personajes”, sostiene la veterana actriz, de quien Enrique Gato ensalza su voz juvenil y segura.
“Hay muchas cabezas giradas hacia España”
“Hay muchas cabezas giradas hacia España”Richard Carson III es uno de los puntos fuertes de Atrapa la bandera, un entretenimiento muy bien hecho que encantará a todos los públicos. Este villano es más bien la consecuencia de su origen social: tiene el temperamento de un niño grande al que le fascinan los juguetes, la robótica; sobrecoge por su despiadada inconsciencia, por la indiferencia de quien nunca se ha molestado en preocuparse por nadie que no sea él mismo. Su maldad emana de su propio egoísmo, de su avaricia, del deseo de ser un buen hijo. Dani Rovira le presta voz sin excesos de divo.
Rovira interviene en su segundo film como actor de doblaje, tras Lluvia de albóndigas 2 (Cody Cameron y Chris Pearn, 2013). Sobre su labor, reconoce “haber llegado a mesa puesta, cuando ya todo el trabajo estaba hecho”. No obstante, defiende firmemente a su personaje: “Siempre he sido más de Mar Lenders que de Oliver Atom, de Vegeta que de Goku. Sin un villano no puede haber una buena película”.
Atrapa la bandera ha costado 10,5 millones de euros de presupuesto, adelantados mayormente por Telefónica y Telecinco. La cifra es una ganga con respecto a, por ejemplo, los 175 millones de dólares de Inside Out.
“Está sucediendo una cosa muy curiosa”, cuenta Gato, “siempre estamos quejándonos de no tener ni de lejos los medios que tiene el cine estadounidense para hacer cine de animación, porque trabajamos con presupuestos que son la décima parte de los de sus películas, pero resulta que nuestra rentabilidad está llamando mucho la atención en el extranjero. Hay muchas cabezas giradas hacia España y cada vez más asociaciones entre Hollywood y España para rodar películas”.
La razón, para el director, es evidente: España está compitiendo en la misma liga que esas películas, que además se distribuyen internacionalmente. “Ese ha sido nuestro mayor acierto en años”, puntualiza. Las impactantes escenas de Atrapa la bandera, su ritmo y su expresividad, el cuidado en sus detalles y la ambición con la que ha sido desarrollada, dan la razón al cineasta.
Gato termina su reflexión con una esperanza: “A mí lo que me gustaría es que la financiación siguiera llegando de España, no convertirnos en sucursales de estudios de EEUU”. La animación española va por el buen camino. Houston, sin problemas.