Documenta Madrid llega con una edición cargada de películas en las que se entremezclan política y género, de una manera u otra. Desde la mirada de la juventud afgana que rapea, la guerrilla china activista, la primera persona mexicana o el baile ucraniano de unas vecinas de Chernobil, seis directoras muestran a diversas mujeres cuya historia personal es también historia social contemporánea. He aquí cinco documentales para no perderse durante este festival.
Chernobil es un nombre estigmatizado. Muerte, radiación y desastre. Treinta años después de la mayor tragedia en la historia de la explotación civil de la energía atómica, Holly Morris y Anne Bogart siguen a Hanna Zavorotyna, Maria Shovkuta y Valentyna Ivanivna, tres residentes de Chernobil que se abren paso entre la maleza que se apodera de sus antiguas casas en un acto que parece suicida -el suelo y el agua de la zona contiene una de las tasas de radioactividad más altas del mundo- pero tiene mucho de heroísmo: no han renunciado su espacio y, por tanto, a su vida.
Las abuelas de Chernobil
The Babushkas of Chernobyl muestra como el desastre medioambiental que supuso la fuga de Chernobil dejó de lado la historia humana. Tras la evacuación, alrededor de 1.200 habitantes decidieron regresar a lo que conocían. De ellos, sobrevive una comunidad de 130 personas, la mayoría ancianas. Son las abuelas de Chernobil, ancladas a una tierra y a una identidad que -por lo que parece- les ayuda a sobrevivir.
Sonita
SonitaUna de las joyas del festival es la historia de Sonita, una refugiada indocumentada afgana que vive en un centro de acogida de Teherán. El documental, dirigido por Rokhsareh Ghaemmaghami nos muestra la progresión de la muchacha desde sus catorce años, en los que la protagonista, enamorada musicalmente de Rihanna y Michael Jackson, demuestra su incipiente relación con la música y sus sueños: Sonita quiere convertirse en una estrella del rap y tiene el talento para hacerlo. En el refugio, que es a su vez escuela, actúa frente a sus compañeras y acaba sus jornadas en una habitación minúscula con su hermana y su sobrina.
Pero el documental pronto adquiere un giro inusitado: al refugio llega la madre de Sonita, con un mandato que es una obligación. Sonita debe casarse y con la dote aliviar las penurias económicas de la familia. Ahí es cuando la película presenta, además de un sujeto y un tema interesantes, una pregunta fílmica: ¿debe involucrarse la directora en salvar a su protagonista? El documental, que sigue a Sonita a lo largo de tres años, nos mostrará la evolución de la muchacha desde los primeros instantes del reconocimiento de una voz propia hasta la madurez activista que le exige que adopte una realidad que le supera.
Hooligan Sparrow
Hooligan Sparrow
En otra afrenta entre activismo y documental, Hooligan Sparrow denuncia la situación del abuso sexual infantil en China a través de los periplos de Ye Haiyan y sus compañeras que denuncian el caso de seis niñas en Hainan, al sur del país, que fueron violadas por el director de su escuela. Las protestas de las activistas las convierten inmediatamente en enemigas del estado. La directora Nanfu Wang, al seguir el día a día de Haiyan, se ve envuelta de lleno en la peligrosidad que entraña hacer campaña en favor de los derechos de las mujeres en China.
“De repente, empezaron a seguirme hombres del servicio secreto vestidos de civil, me vi atacada por turbas de gente e interrogada por oficiales de la seguridad nacional. La policía confiscó mi cámara y borraron la tarjeta de memoria simplemente por estar en la puerta de un juicio”, dijo la directora en la presentación de su documental en Londres. Mención aparte debería llevar la propia historia de Wang, una artista sin formación académica que huyó de la pobreza en un pueblo remoto chino hasta llegar a Nueva York.
Hooligan Sparrow, que lleva por título el sobrenombre con el que es conocido Haiyan -algo así como “el gorrión violento”- llega tras su éxito en el Festival de Sundance.
Tempestad
TempestadTras Ausencias, dónde una joven madre narra su dolor y su incertidumbre cuatro años después de haber perdido a su esposo y a su hijo en un secuestro, la directora y guionista Tatiana Huezo regresa con otra fuerte pieza sobre la realidad mexicana. Tempestad es la historia de una protagonista a la que jamás vemos, pero también oímos contar su situación en primera persona: es una madre joven sale de la cárcel, una pagadora, una mujer inocente que cumple cárcel por otra persona a cambio de dinero en un sistema corrupto. Una víctima con la que la policía tranquiliza a la opinión pública y así el narcotráfico sigue su curso.
La historia de esta joven que relata su viaje a una prisión controlada por el crimen organizado se entremezcla con la de una artista de circo que ha perdido a su hija. La obra de Tatiana Huezo tiene un hilo conductor constante: el de narrar con las voces de sus protagonistas las miserias y horrores, para así dejar claro que cada testimonio importa, cada relato es una historia personal, y que este no puede ser borrado.
Plaza de la Soledad
Plaza de la SoledadLa directora y fotógrafa Maya Goded se hizo famosa a través de sus retratos de los vecinos de La Merced, uno de los barrios más conflictivos del Distrito Federal. Goded se convirtió, antes que en retratista, en amiga de los habitantes del barrio, lo que le permitió un acceso sin límites a los protagonistas.
Con el tiempo, Goded advirtió que la fotografía no era suficiente para narrar el día a día, y planteó una pregunta a Carmen, Lety, Raquel y Esther, cuatro vecinas de La Merced: ¿qué haría falta para contar su historia? Y ellas pusieron el resto. En Plaza de la Soledad encontramos a cuatro mujeres en un espacio supuestamente marginal, que han pasado la cincuentena, atravesadas por la prostitución y que se muestran aquí en toda su dignidad y lucha por cambiar el futuro. No solo el suyo, sino el de todas las que vendrán.