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Cinco estrellas se comieron la gala

Lupita Superstar

Marta Peirano

1. Lupita Superstar

No hay discusión: ha nacido una estrella. Pero no es sólo eso. Si la entrega y la humildad genuinas aún tienen algún valor en Hollywood, Lupita Nyong'o no se merecía un Oscar sino siete. “No se me escapa ni por un momento que tanto de la felicidad que hay en mi vida existe gracias a un gran dolor en la vida de otro”. Y ese momento que hasta los más veteranos malgastan recitando listas de compromiso, mientras los espectadores rezan para que se les olvide alguien principal, como el marido, el coprotagonista o el director, conjuró algo que ya no abunda en la fábrica de sueños: un momento de emoción verdadera.

Imposible escuchar su pequeño discurso sin compartir parte de esa alegría y de esa pena; las únicas caras secas de la sala parecían embalsamadas en botox. Y aún más imposible no reír al verla bailar más tarde delante de Pharrell Williams.

2. Reincidente J-Law

Las malas lenguas de Twitter han acusado a Jennifer Lawrence de tropezarse a propósito cuando estaba en la alfombra roja, con la oportunista intención de revivir el momento más mediático de su corta y alegre existencia: cuando se derramó como un cisne ebrio por la escalinata del Dolby mientras corría a recoger su primer Oscar.

Basta ver el vídeo para darse cuenta de que las malas lenguas salivaban de envidia. De haberlo ensayado a conciencia, la última novia de América se habría limitado sincopar de manera elegante, en lugar de echarle el garfio a la pobre muchacha que caminaba delante suyo, y a la que por poco arranca el cogote mientras perdía en batalla desigual contra los tacones, la falda de tubo y la ley de la gravedad.

3. Brad Pitt: soy pizzero

Ayer Brad no era estrella sino el productor de la película favorita de la noche y es probablemente por eso que se puso morado a comer los trozos de pizza que Ellen Degeneres repartió entre los invitados. Y tan es la magia del cine que eran tres pizzas para toda la sala y aún sobró. Por magia y por precaución, porque ningúna de las invitadas sentadas entre la primera y la decimoséptima fila hubiera sido capaz capaz de ingerir una alcaparra sin lesionar a un vecino.

Brad, que iba de smoking, comió a sus anchas y hasta ayudó repartir platos de plástico entre sus colegas. La cara de Angelina Jolie, aún la más bella de las mortales, cuando la besa en su cabello fragante con los morros todavía chorreando queso constituye la secuela perfecta a Mr & Mrs. Smith. No puedo esperar a ver lo que dicen las dos arpías de Go Fug Yourself.

4. Cumberback contra U2

El feo más atractivo del cine lo tiene todo: elegancia, talento, papeles de villano sociópata y sobre todo mucho saber estar. Como por ejemplo cuando estaba detrás de los U2, que posaban con sus respectivas señoras y decidió aliñar la instantánea con un salto de orangután.

Things we learned from the Oscars: Cumberbatch can JUMP!
pic.twitter.com/HftWnjDGq1



Como explicó un televidente más tarde, el actor no estaba saltando sino cayendo del tejado. Hay trece teorías acerca de cómo sobrevivió...

5. Leo DiCaprio, el buen perdedor

Cinco veces nominado, cero veces premiado, lo de Leonardo DiCaprio empieza a parecer la maldición del Titanic, con perdón. Si quedó decepcionado, se lo guardó en el fondo del alma antes de levantarse a besar a su compañero de reparto Matthew McConaughey en El Lobo de Wall Street. Aunque, siendo tan buen actor, es muy probable que la procesión vaya por dentro...

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