“Conjunto de versos que se añaden como remate a ciertos poemas. Adición brillante al período final de una pieza de música. Repetición final de una pieza bailable”. Estas son las definiciones que la RAE ofrece de la palabra “coda”, que también es el título de la película que tiene muchas papeletas para ganar el Oscar este domingo. Los espectadores que han ido a verla han pensado que ese nombre tiene que ver con las canciones y el sonido, parte fundamental del filme, pero realmente es un juego de palabras que esconde mucho más y que muestra hasta qué punto la sociedad se ha olvidado de la comunidad sorda. CODA es el término que se utiliza para referirse a los niños oyentes de padres sordos (Child of deaf adult). Una palabra que se usa en todo el mundo pero a la que no hemos prestado ninguna atención hasta ahora.
Esa dualidad del término también deja muy claro por qué es importante una película como Coda, que ha dado espacio y visibilidad a un grupo de actores sordos que interpretan en lengua de signos. Con ella se están rompiendo barreras y se están dando referentes a una comunidad que hasta ahora había tenido pocos. En la Asociación de Sordos de Madrid, Coda es un pequeño fenómeno. Se ha hablado mucho de ella, se comenta por los pasillos y todos coinciden en lo especial que sería que el filme de Sian Heder ganara el premio a la Mejor película.
Lázaro Contreras lleva en la asociación mucho tiempo y es el responsable de las actividades culturales. Crea obras de teatro, cortos, es actor, y organiza festivales de cortometrajes para personas sordas. Tiene dos hijos. Los dos son CODA, así que sabe de lo que habla. Confiesa que ha visto fragmentos de la película pero que no la ha podido ver entera todavía, pero tiene muy claro por qué el Oscar seria algo histórico y también algo que cambiaría la forma en la que la gente les mira... y hasta se refieren a ellos. Porque ni siquiera en eso se acierta. Casi todo el mundo les llama sordomudos, lo que es un error.
“Las personas sordas estamos hartas de que la sociedad no nos conozca, nosotros tenemos una discapacidad invisible. Yo hablo en lengua de signos, disfruto hablando con lengua de signos, y cuando la gente nos ve, dice: 'una persona sordomuda'. Yo les digo: 'yo puedo hablar, el mudo eres tú'. Lo que no puedo hacer es oír, es un problema conceptual. Si Coda ganase el Oscar esto supondría una mayor difusión en la sociedad y nos empezarían a conocer mucho mejor. Además, a las personas sordas les aumentarían las oportunidades en el mundo laboral”, cuenta Lázaro Contreras.
Su compañera Isabel de las Heras, artista, dibujante y creadora de Oreja Voladora —proyecto de humor gráfico en el que lleva más de 10 años—, confiesa que se emocionó muchísimo cuando vio Coda. “Se me ponían los pelos de punta”, recuerda y confía en que el Oscar sea para la película, algo que la pondría “muy contenta”. “A partir de ese momento tendremos más facilidad para que nos contraten en cine, y habría mas visibilidad para las personas sordas, porque la gente vería que una persona sorda puede ser actor y daría muchísimas ventajas para la comunidad sorda”, apunta.
En Coda no solo se visibiliza a la comunidad sorda, sino que habla de un problema real, el de los hijas e hijas que sí que oyen (Codas) y que han tenido que ser intérpretes de sus padres desde muy pequeñas. “Tienen que llamarla para todo, para tener accesibilidad, para una llamada, para una entrevista… Dependen de ella, y eso que se ve en la película describe a la perfección la realidad, y es un tema psicológico para ellos, porque esa persona se enfrenta desde muy pequeña a ese tipo de situaciones. Ahora hay cada vez más calidad en la interpretación y hay más servicios, pero antes no había y lo hacían niños pequeños, y psicológicamente les afectaba”, subraya De las Heras.
Me puso los pelos de punta. Si 'Coda' gana el Oscar tendremos más facilidad para que nos contraten en cine y habría mas visibilidad
Quien parece que tiene asegurado el Oscar es Troy Kotsur, el actor sordo que da vida al padre de familia y que sería el primer actor sordo en lograrlo. Destacan que se nota que es una persona sorda de verdad en “sus expresiones, sus movimientos… se ve que es una persona sorda pura”. Aquí radica una de las principales diferencias con La familia Bélier, la película que adapta. Coda es un remake de este éxito francés que fue muy criticado por utilizar a actores que no eran sordos. Solo uno lo era realmente.
Otro elemento que la gente desconoce es que la lengua de signos de cada país es diferente. La que se usa en Coda no es la misma que se veía en La familia Bélier, y no es la misma que usan los sordos en España, como explica Lázaro Contreras, que recuerda que “la comunidad sorda francesa se enfadó mucho”. “La película tuvo mucho éxito, más de siete millones de espectadores, pero no les habían dado oportunidad a las personas sordas. Es como si contrataras a un actor blanco y le pintaras la cara de negro para interpretar a un cantante de jazz. En Coda todos son actores sordos con experiencia en teatro, mientras que en La familia Bélier eran actores copiando la lengua de signos de un intérprete, por eso Coda nos ha hecho recuperar la esperanza”.
Como actor y especialista en cine, Contreras destaca algo de Coda, la presencia de Marlee Matlin, la actriz que ganó el Oscar por Hijos de un dios menor en 1986 y la primera (y de momento única) persona sorda en lograrlo. “Para toda la comunidad sorda ella es un referente y gracias a ella nosotros estamos más motivados para trabajar en el mundo del cine. Troy Kotsur ha ganado todos los premios que han dado hasta ahora y ojalá gane el Oscar. Tiene mucho mérito que una persona sorda se lo lleve. Hay muchísimos actores sordos buenísimos y conocidos, pero luego siempre las películas dudan si contratarles. Tenemos que luchar hasta conseguir que lo hagan, porque las personas sordas podemos hacer cualquier cosa menos oír”.