La pandemia golpeó con fuerza a los festivales de cine, eventos multitudinarios que con la covid debían analizar su supervivencia. Mientras que algunos como Cannes, Venecia o San Sebastián siempre tuvieron claro que la presencialidad era un factor esencial de un certamen, otros como Berlín y Sundance apostaron por internet como salida a una situación que nunca se imaginaron. Mientras que la Berlinale lo mantuvo de forma temporal, Sundance ha decidido convertirse en el primer gran evento que siga con un modelo mixto. Mientras que los pases presenciales han vuelto a Park City, (sede del festival creado por Robert Redford), y serán la apuesta fundamental de Sundance este año, también los espectadores que vivan en Estados Unidos y la prensa de todo el mundo podrán seguir el certamen desde internet para descubrir las joyas indies que marcarán los próximos meses.
Un festival que se ha convertido en un sitio clave para que las plataformas vayan a comprar películas de corte independiente que luego triunfarán incluso en los premios. Sundance fue donde se presentó CODA, que terminaría ganando el Oscar a la Mejor película el año pasado, pero también fue donde se vio nacer la carrera de directores como Quentin Tarantino o Steven Soderbergh. Esta edición mantendrá la tónica dominante de las últimas citas con una apuesta por la diversidad racial, el cine LGTB, y el cine político que no descuidará apuestas por géneros como el terror o el fantástico.
El cine español comienza el curso igual que en 2022, con presencia en Sundance. En aquella ocasión fue Cerdita, el debut de Carlota Pereda que tanto daría que hablar. Ahora lo hace con Mamacruz, dirigida por la venezolana Patricia Ortega y protagonizada por Kiti Mánver como una ama de casa que redescubre la sexualidad pasados los 70 gracias al imaginario religioso. Además, dos coproducciones, La pecera y Slow, que cuentan con participación española. Todas compiten en la sección World Dramatic Competition.
Otra conocida del cine español es Maite Alberdi, que enamoró a todos con su documental El agente topo y que vuelve con La memoria infinita, otro documental dispuesto a conquistar a la gente. Una película que cuenta la historia de amor entre la actriz Paulina Urrutia y el comunicador Augusto Góngora, juntos desde hace 25 años. Hace ocho que a él le diagnosticaron alzhéimer, y ella se ha convertido también en su cuidadora. Un filme con el que vuelve a hablar de la vejez.
Los documentales son parte esencial del festival de Sundance. Desde ellos ofrecen retratos políticos y comprometidos de realidades de todo el mundo, y de personalidades conocidas. El año pasado fue allí donde se vio la serie de no ficción sobre Bill Cosby. En esta ocasión hay tres trabajos documentales que prometen dar que hablar. Little Richard: I Am Everything, que se centra en los orígenes queer del rock and roll a través del músico. Still: A Michael J. Fox Movie, en el que el actor de Regreso al futuro contará su historia y cómo convive con el párkinson; y Pretty Baby: Brooke Shields, en el que la estrella reflexionará sobre cómo fue una adolescente sexualizada por la industria del entretenimiento.
A la caza del pelotazo
Sundance ha demostrado en los últimos años que es un buen sitio para que las plataformas vayan a cazar sus próximos pelotazos. Escondida en Sundance estaba CODA, y desde entonces todas acuden a ver si consiguen un nuevo fenómeno del cine indie. En esta edición ya hay varios títulos que tienen todos los ojos puestos en ellos. El primero es Cat Person, que tiene en su favor varios elementos. La directora es Susanna Fogel, guionista de una de las mejores comedias recientes, Súper empollonas. La protagoniza, precisamente, Emilia Jones, la estrella de CODA. Por si fuera poco se basa en la pieza de ficción más exitosa publicada en The New Yorker. La han descrito como un thriller con toques de comedia sobre la relación de una adolescente con un treintañero.
Ojo también con Theater Camp, proyecto personal de Ben Platt, actor de musicales muy popular que escribe, produce y protagoniza este filme sobre un aula de teatro que tiene todo a favor para ser el gran crowd pleaser de la edición, ese título que emociona a todos y las distribuidoras y plataformas acaban pegándose por él. Además, tiene a Will Ferrell como productor. Quienes ya tienen distribuidor, y uno potente son You Hurt my Feelings y All the Dirt Roads Taste of Salt. La primera es una comedia de Nicole Holofcener, guionista y autora de Sobran las palabras y que ha participado en varias de las series más importantes de los últimos años. Confía en su actriz fetiche, Julia Louis-Dreyfus para hablar de una pareja en crisis cuando ella escucha a él hacer una crítica destructiva a uno de sus trabajos como escritora.
La segunda es el debut de Raven Jackson en la dirección, pero cuando Barry Jenkins la ha apadrinado y producido (como ha hecho este año con Aftersun, una de las joyas indies de la temporada), es que hay algo en esa ópera prima que habla de la vida de una mujer negra en Mississippi durante décadas. La que también tiene distribución es otra de las más esperadas, Infinity Pool, nueva obra de Brandon Cronenberg, hijo del director de Videodrome que llega con Neon, misma compañía que convirtió a Parásitos en un éxito. Su tráiler, oscuro y perturbador, promete una crítica al turismo hedonista.
Uno de los actores más esperados este año en Sundance será Jonathan Mayers, que se encuentra a un paso de ser una de las estrellas del Hollywood de los próximos años ya que ha sido fichado como Kang en toda la nueva fase del universo cinematográfico de Marvel. Aquí llega con una propuesta mucho más autoral, Magazine Dreams, donde se convierte en una estrella de culturismo en un filme con el que quiere demostrar su talento más allá de superproducciones.
Ha despertado curiosidad lo nuevo de William Oldroyd, que desde que debutara con la estupenda Lady Macbeth hace siete años no había vuelto a dirigir y que ahora adapta la novela de Otessa Moshfegh Mi nombre era Eileen con Thomasin McKenzie y Anne Hathaway como protagonistas.
El cine queer también tiene siempre presencia entre la programación de Sundance, y hay dos filmes que están concentrando la atención. La primera es Passages del siempre interesante Ira Sachs. Un filme que cuenta el triángulo amoroso que surge cuando un matrimonio entre dos hombres decide abrir su pareja y uno se acuesta con una mujer. Franz Rogowski, Ben Whishaw y Adèle Exarchopoulos son los vértices de una de las joyas de esta edición. Gael García Bernal, por su parte, interpreta a un personaje real al que se denominó el ‘Liberace’ de la Lucha Libre al desafiar un área dominada por los heterosexuales en Cassandro, título que ya pertenece a Amazon Prime Video. Películas que comenzarán su agenda en enero, pero que desde entonces irán estrenándose en salas y plataformas cuando hagan el ruido necesario en la nevada Park City.