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“Paul Naschy una vez rechazó una coproducción porque en el guion describía a Drácula durmiendo en una cama normal”

Joaquín Torán

José Antonio Pérez Giner (Valencia, 1934) es una leyenda entre los amantes del cine fantástico en castellano. A principios de la década de los setenta del pasado siglo, fundó junto con el ya fallecido productor Ricardo Muñoz Suay, el sello Profilmes, que marcó toda una época. En la empresa llegaron a trabajar directores como León Klimovsky (dentista argentino reciclado a cineasta), Carlos Aured o Armando de Osorio, y tuvo como actor fetiche a Jacinto Molina, el mítico Paul Naschy. Profilmes rivalizó con las producciones de Roger Corman en Estados Unidos y de la Hammer en Inglaterra.

Acude al festival de cine fantástico Nocturna a recibir un galardón a toda su carrera. La proyección de La noche de Walpurgis (1971), la película más famosa sobre el hombre loco Waldemar Daninsky, el personaje más célebre de Paul Naschy, antecede al evento.

Me gustaría empezar esta entrevista pidiéndole que defina, con sus propias palabras y según su propia experiencia, qué es el fantaterror.

Es todo el cine de “terror”. Los estadounidenses lo llaman “HORROR” porque el terror, para ellos, abarca los “thrillers”.

¿Qué condiciones se dieron en España para que surgiera el fantaterror?

Les benefició mucho las dobles versiones, una para explotar en los cines españoles, y otra, más “atrevida” eróticamente, para la exportación. El Ministerio español lo conocía y se hizo el “ciego” ante la situación. 

¿Vivimos tiempos fantaterroríficos? ¿Por qué?

Las películas de género, especialmente, se han puesto “de moda”.

En Profilmes, además de muchos proyectos “góticos” había también otros que emulaban al “giallo” italiano. ¿Qué “tendencia” era su favorita y por qué?

Mis favoritas eran todas aquellas que aludían a los mitos “clásicos” como Drácula, el Hombre Lobo, el Yeti...

Burlar la censura se convirtió, para los productores y creadores que trabajaron durante la dictadura, todo un arte, del que también fue maestro Profilmes. Deje que recuerde una anécdota que me produce hilaridad: Berlanga intentó colarle La vaquilla a la censura en numerosas ocasiones, tan sólo cambiándole el título. Sólo pudo rodarla ya en democracia (1986). ¿Qué trucos empleaban ustedes?

Hacíamos dos versiones. Una se hacía para su explotación en los cines españoles, y otra, más “atrevida” eróticamente, para la exportación. El Ministerio español lo conocía y se hizo el “ciego” ante la situación. 

La productora Universal tuvo a Boris Karloff y a Bela Lugosi. La Hammer tenía a Christopher Lee y a Peter Cushing. Profilmes tenía en exclusividad a Paul Naschy. ¿Cómo era Paul Naschy?

Era un entusiasta de género. Y muy clásico y tradicional. Recuerdo que una vez rechazó una coproducción porque en el guión describía a Drácula durmiendo en una cama normal. Drácula, para Jacinto Molina, siempre dormía en un ataúd.

Para Profilmes, Paul Naschy llegó a escribir hasta ocho guiones. Uno (El espanto surge de la tumba, 1973) incluso lo escribió en día y medio. ¿Qué aprecia del trabajo como guionista de Paul Naschy?El espanto surge de la tumba

Tenía una fantasía y una gran facilidad para escribir los guiones.

 Dígame, ¿cuál era el método de trabajo de Profilmes?

Escogíamos un argumento  o un hecho de rabiosa actualidad y luego buscamos al guionista y al director apropiados.

¿Fue usted más un productor “a la americana”, estaba encima del director y del proyecto, o más “a la inglesa”, y dejaba más libertad?

Confiaba en el director y daba ideas que no me molestaba que fueran rechazadas.

¿Recuerda usted si el hecho de que los actores tuviesen que rodar en inglés, en una lengua que no conocían y que aprendían de memoria, causó algún inconveniente durante su distribución internacional (a pesar de que luego fuesen redoblados)?

Se aprendían de memoria el texto e interpretaban pensando en “castellano” la situación. Era un  poco difícil. Estamos hablando, naturalmente, de una época en que el inglés era desconocido por la mayoría de los actores españoles.

Paul Naschy se pasó media vida desmintiendo que el mayor éxito de taquilla de Profilmes, Exorcismo (1973), fuese un plagio. Sin embargo tienen bastantes puntos en común, empezando por un final muy parecido. Si no fue un plagio, ¿cómo lo definiría usted?Profilmes

La responsabilidad fue de la Productora. Estrenamos en España dos meses antes Exorcismo que El Exorcista.

En la década de 2000, veinte años después de la desaparición de Profilmes, la productora Filmax decide sacar Fantastic Factory, que pretendía ser su sucesora espiritual, pero con mayor presupuesto y mayores efectos especiales. Brian Yuzna dirigió casi todas aquellas películas. ¿Qué opinión le mereció el proyecto? ¿Cree usted que la etiqueta de “heredera espiritual” de Profilmes es adecuada?

No voy a opinar sobre un proyecto de amigos míos.

En un momento de su vida, Profilmes decidió abrazar un cierto tipo de cine más de arte-ensayo y minoritario. Me refiero a proyectos con Joseph Losey, Yves Montad o Manuel Gutiérrez Aragón. ¿Había un hartazgo del cine de género?

Fue una decisión de Muñoz Suay y mía. Pensábamos que el género no interesaba, y estábamos equivocados.

¿Por qué cree usted que “muere” Profilmes?

Porque lo decidió el Grupo MPI, del empresario Juan Palomeras. Yo abandoné el Grupo y pasé a firmar y producir con el Grupo Zeta.

Por último, ¿qué le asusta a usted, señor Pérez Giner?

Soy viejo, agnóstico y marxista. Me preocupa que los ricos sean cada vez más ricos y que los pobres no puedan llegar a final de mes.

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