Este domingo 4 de marzo, los Oscar cumplen 90 ediciones. Mucho ha llovido desde que el 16 de mayo de 1929, la Academia del cine norteamericano premiase al dramón bélico -y proeza técnica- de William A. Wellman Alas, pero no exageraríamos si dijésemos que, desde entonces, siempre ha habido olvidadas en sus premios. Damnificadas del sistema de votación, de las normas de inscripción de la Academia o simplemente ignoradas. Este año no iba a ser menos y son muchas las películas que se van a quedar sin una sola estatuilla, pero que bien merecían figurar entre las candidatas.
Las normas para llegar a ser elegibles en las nominaciones cambian cada año, pero básicamente tienen que cumplir unos requisitos mínimos que este año exigían haber tenido un estreno en el condado de Los Ángeles antes del 31 de diciembre de 2017, proyectarse en 35 o 70 milímetros o en algún formato digital calificado y haberse mantenido en salas un mínimo de siete días consecutivos. De ahí que muchas películas que no llegaron a estrenarse en los cines californianos a tiempo, tampoco han podido siquiera competir.
Por eso, en este repaso de lo más destacado de la temporada faltan algunos títulos imprescindibles que no estaban en la carrera de los Oscar por no haber cumplido alguna de las normas. Es el caso de films de animación como Night is short, Walk on Girl, Lu over the wall o Tehran Taboo, de la francesa Jusqu'à la garde de Xavier Legrand, de las surcoreanas The day after o Sola en la playa de noche, de la argentinas Zama y Alanis, o de la británica En realidad, nunca estuviste aquí de Lynne Ramsay entre muchas otras. No están todas las que son, pero sí algunas de las mejores películas del año que se encontraban entre los 341 títulos elegibles para esta edición de los Oscar.
Z. La ciudad perdida
Z. La ciudad perdida
James Gray se puede considerar, por méritos propios, como uno de los realizadores más estimulantes del panorama cinematográfico norteamericano actual. Empezó investigando los límites de lo que teníamos a bien denominar neo noir dirigiendo tres películas de temática semejante en trece años, hasta que en el 2008 se revelase al mundo como un autor melodramático con Two Lovers, una de las mejores películas del siglo XXI, senda que continuaría con la bellísima El sueño de Ellis. Su última película, Z. La ciudad perdida, se nos mostraba como un ejercicio de clasicismo de lo más revelado, a la vez que drama paternofilial excelente.
Narra las peripecias del explorador británico Percy Fawcett (interpretado por un estupendo Charlie Hunman), en busca de una ciudad que, cuentan, estaba construida de oro. Se estrenó en España en abril del año pasado, y ahora está disponible en el mercado doméstico y en Movistar +.
All these sleepless nights
All these sleepless nights
Una cámara sigue a multitud de jóvenes de Varsovia. Pedazos de vida con clara voluntad de retrato generacional, quimera de realizadores jóvenes por excelencia, que en All these sleepless nights se pega sobre la piel del espectador y fluye de forma natural. Este relato semidocumental condensa un año y medio en la vida de una juventud con aspiraciones machacadas por una realidad precaria y sombría. Una juventud que necesita razones para hacer algo, voluntades, estímulos, ganas, sueños.
Michal Marczak ganó el premio a Mejor Director en Sundance con este film tan poético como suciamente realista. Luego pasó por el festival de Sevilla e incluso por La Casa Encendida el pasado verano. Pero sigue sin estreno comercial en nuestro país. Es, sin duda, uno de los mejores documentales del momento pero se ha quedado fuera de la carrera en su categoría. Si no lo va a ganar ella, apostamos por Caras y lugares, maravilloso film de Agnès Varda.
El sacrificio de un ciervo sagrado
El sacrificio de un ciervo sagrado
El año pasado, Lanthimos se fue de vacío con Langosta, una de las comedias negras más radicalmente originales de la década -sin exagerar-. Kenneth Lonergan le arrebató la estatuilla a mejor guion por el libreto de Manchester frente al mar. Este año, el realizador griego no goza ni tan siquiera de nominaciones pero su película es de todo menos irrelevante. Tan incómoda como fascinante, molesta como hipnótica, El sacrificio de un ciervo sagrado ha dividido por igual a crítica y público allá donde se ha estrenado. Thriller psicológico con tintes mitológicos y una puesta en escena exquisita que no deja indiferente ni al más pasota.
Steven es un cirujano de éxito a quien parece sonreírle la fortuna. Un día conoce a Martin, un chaval que perdió a su padre en un quirófano, y con quien traba una extraña amistad. Con el tiempo, Martin se inmiscuirá cada vez más en la vida de Steven hasta cambiarla por completo. Se hizo con el premio a Mejor Guión a su paso por Cannes, y con el premio de la crítica en Sitges. Se estrenó en diciembre en salas, pero muy pronto saldrá en el mercado doméstico.
Detroit
Detroit
Una de las ausencia más sonadas de estos Oscar: Kathryn Bigelow, la única mujer que ha ganado un Oscar a Mejor Dirección en toda la historia de los premios, dio un golpe en la mesa para tratar el tema del racismo con Detroit, un film en el que “expande su condición de narradora de la denominada guerra contra el terror y se postula como cronista de los Estados Unidos modernos”, escribía el crítico cinematográfico Ignasi Franch.
Drama tenso ambientado durante los disturbios raciales que sacudieron la ciudad que da nombre al film en 1967. Cámara en mano, Bigelow recrea una redada policial que se complica en una escalada de violencia que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más sangrientas de los Estados Unidos. Se estrenó en septiembre y ahora se puede ver en Filmin.
120 pulsaciones por minuto
120 pulsaciones por minuto
El cine con voluntad de denuncia abiertamente político, crítico y comprometido, no suele triunfar ni por su tono cómico ni por su ánimo festivo. Suelen constituirse en torno a dramas que conecten con el espectador por su calado emocional y su ánimo moral. Sin embargo,120 pulsaciones por minuto rompe con tropos y dinámicas para ofrecer un panfleto de denuncia que -en última instancia- se lee como un maravilloso alegato vital. Proeza del realizador marroquí Robin Campillo.
120 pulsaciones por minuto narra la historia de Act Up, una organización que a principios de los años 90 concienció sobre el SIDA a la juventud parisina a base de activismo. Mejor película extranjera para el Círculo de Críticos de Nueva York, de los Ángeles y de Chicago, y trece nominaciones a los Premios César. Da igual: nada parece haber servido para convencer los académicos, que la han ignorado sobremanera. Por suerte, aún se puede ver en nuestros cines.
Okja
Okja
Resulta curioso que en tiempos en los que la fábula moderna goza -por fin- de prestigio entre los académicos, estos centren sus elogios en La forma del agua por su mensaje de la aceptación de la diferencia en la era Trump, pero olviden por completo lo que hizo hace unos meses esta cinta surcoreana. Su fábula sobre la industria cárnica y sus terribles prácticas resultaba tan emocionante como endiabladamente entretenida. Y, además, venía cargada de la prodigiosa mirada de otro creador de imágenes tan válido como el mexicano: Bong Joon-ho.
Okja nos contaba la historia de Mija (memorable An Seo Hyun), una niña que ha cuidado de un cerdo gigante durante diez años. Un día, una gran multinacional llamada Mirando Corporation le arrebatará a la criatura para someterla a experimentos, y vender su carne al mejor postor. La niña no se dará por vencida e irá tras su cerdo para liberarlo. Una maravillosa película que combina, como viene siendo habitual en el cine de Joon-ho, lo bello con lo brutal. Se puede ver en Netflix, aunque no se lleve estatuilla alguna.
Colossal
Colossal
Colossal no pudo presentar candidatura a los Goya, que bien que premiaron La Librería, un relato cómodo rodado en inglés, con actores británicos, sobre la campiña inglesa… por no tener suficiente capital español. Los Oscar también la han ignorado. Sin embargo resulta que estamos ante un fantástico retrato íntimo y a la vez generacional sobre el alcoholismo, el maltrato, el machismo, la crisis de los treinta y la madurez. La mejor y más internacional película de Nacho Vigalondo.
Gloria -Anne Hathaway- decide empezar una nueva vida en su ciudad natal, lejos de Nueva York. Una vez allí, y después de severas borracheras, se entera de que un lagarto gigante está destruyendo la ciudad de Seúl. Poco a poco, Gloria se va dando cuenta de que está conectada de forma extraña con estos acontecimientos, y con el lagarto en cuestión. Está disponible en formato doméstico y en Movistar +.
Thelma
Thelma
Otra fábula que se cuenta entre las mejores películas del año. Sinuosa demostración del poder de lo fantástico en el cine actual. Tercer film noruego de Joachim Trier, primo de Lars von Trier, y su más conseguido drama hasta la fecha. Thriller psicológico con toques sobrenaturales y una habilidad prodigiosa para el retrato de personajes y el manejo del misterio.
Thelma es una joven que intenta pasar desapercibida, ser normal, pero no puede. Es incapaz de controlar sus emociones y, cuando se ve desbordada, ocurren fenómenos extraños a su alrededor. Cuando inicie una relación sentimental con una compañera de clase, la cosa no irá a mejor. Ganó uno de los premios especiales del jurado en Sitges y se estrena el 23 de marzo en nuestros cines.
El Cairo confidencial
El Cairo confidencial
Aunque Suecia compite en la categoría de mejor película de habla no inglesa con la celebrada The Square, resulta que también ha ofrecido uno de los mejores thrillers del año. Negrísimo retrato de corrupción moral de los que no tiene piedad con el espectador acomodado pero tampoco con sus personajes. Fares Fares ofrece la mejor interpretación de su carrera, ahondando en el perfil que ya le conocimos en Los casos del departamento Q, y Tarik Saleh se confirma como un realizador personalísimo tras el éxito de culto de Metropia.
El Cairo confidencial sigue los pasos de Noredin, un detective que prefiere hacerse rico chantajeando que resolver casos. Al menos hasta que, investigando el asesinato de una mujer, se de cuenta del alcance de la corrupción en su entorno, que esta vez apunta a las altas esferas de El Cairo. Se hizo con el galardón de Mejor película internacional en el pasado Sundance y fue la gran triunfadora de la Seminci de Valladolid, ganando la Espiga de oro y los premios a Mejor director y Mejor guion. El 30 de marzo llega a nuestros cines.