Shia LaBeouf la monta en la Berlinale

Visiblemente desmejorado y con un diente de menos, Shia LaBeouf apareció el domingo en la rueda de prensa de Nymphomaniac (la película de Lars von Triers de la que es coprotagonista) para desaparecer diez minutos más tarde de la manera más abrupta y teatral, después de responder una única pregunta con un acertijo. Unas horas más tarde, LaBeouf apareció en la alfombra roja para la presentación de su propia película vestido con frac, pajarita y una bolsa de papel en la cabeza que ponía: “Ya no soy famoso”. Contra todo pronóstico, no es la primera vez.

Tres teorías sobre la rueda de prensa

“Cuando las gaviotas siguen al arrastrero es porque piensan que tirará sardinas al mar”, recitó LaBeouf lacónicamente, antes de levantarse y decir adiós. Su compañera de reparto, la modelo Stacy Martin, no pudo contener la risa. Quizás por los nervios, probablemente porque reconoció el homenaje a Eric Cantona, una escena que por cierto aparece en la película de Ken Loach que el festival emitió el día anterior, Buscando a Eric. La escena no sale hasta los títulos de crédito cuando, en una rueda de prensa, un periodista le pregunta por su suspensión en 1995 por pelearse con un fan.

El resto de los presentes, incluyendo a Christian Slater, Stellan Skarsgard, Uma Thurman y el productor Louise Vesth, quedaron sorprendidos durante unos segundos, pero reaccionaron a tiempo para dedicarle un pequeño aplauso antes de verle desaparecer. Slater dijo de broma: “Está claro que el guión está lleno de sardinas; es una sardina detrás de otra”.

Es justo recordar que le habían preguntado por las escenas de sexo, que son frecuentes y explícitas aunque, según el propio Skarsgard, no sirven para darse un calentón. Conociendo el contexto, es posible aventurar cualquier cosa, desde una pasión repetntina por la leyenda del fútbol hasta una apuesta con Lars von Triers, que no acudió a la rueda de prensa.

El danés, que llegó al Festival con una camiseta donde decía Persona non grata (título que le otorgó el año pasado el Festival de Cannes por decir que a veces se identificaba con Hitler), ha optado por un irónico voto de silencio y no hará declaraciones públicas.

También podría ser una performance más en su saga de plagios. El año pasado, LaBeouf fue acusado de plagiar a la leyenda del cómic Daniel Clowes en su corto HowardCantour.com. El actor se disculpó profusamente en Twitter, para ser acusado de nuevo de plagio: todas sus sentidas disculpas habían salido antes de la boca de actores como Alec Baldwin y Russell Crowe.

¿Crisis nerviosa o traumas infantiles?

Pero la teoría más extendida es que el actor está sufriendo una crisis nerviosa. Dos días antes de la rueda de prensa, LaBeouf intentó atacar a un fan que le sacó una foto en el hall del Ritz y un mes antes empezó una pelea en un bar, por la que se disculpó poco más tarde. Pero no fue allí donde perdió el diente. Parece ser que el actor se lo ha limado para Fury, la película de David Ayer sobre la IIGM que acaba de terminar de rodar.

La cadena de plagios provocó una carta de requerimiento del abogado de Clowes, a la que él respondió con un tuit diciendo que se retiraba de la vida pública por “ataques a su integridad artística”. Dos semanas después anunció que se unía al rodaje de la comedia musical Rock the Kasbah.

La última teoría viene de su compañero de reparto Bill Murray. “Shia LaBeouf, no sé. Es un nombre raro –explicó Murray con su tono habitual–. Esto es un problema... una cruz. Como en A Boy Named Sue. Probablemente le han pegado mucho.”