El director de cine Carlos Vermut, autor de películas como Mantícora o Magical Girl, ha sido acusado por tres mujeres de “violencia sexual” en una investigación publicada por El País. Los actos abarcan un arco de ocho años, desde 2014 a 2022, y ellas, cuyos nombres han preferido guardar en el anonimato, pertenecían a la industria del cine o la cultura. Una era una estudiante, otra una empleada en una de sus producciones y la tercera una trabajadora del sector cultural. El cineasta ha hablado con el medio y ha asegurado “no haber sido consciente de haber ejercido violencia sexual contra ninguna mujer”. Este periódico ha intentado, sin éxito, hablar con el cineasta.
Ninguna de las mujeres denunció entonces los hechos supuestamente cometidos por Vermut ante la policía. Dos de ellas no lo hicieron por miedo a perder su empleo y la otra por temor a no lograr un trabajo, según indican en el reportaje. Las tres mujeres han firmado una declaración jurada de sus testimonios y presentado pruebas al respecto, indica el periódico.
El primer caso se remonta a 2014, y en él la primera de las mujeres explica que tras conocerle en un bar madrileño y besarse en el portal le invitó a subir a su casa. Dentro de la casa, él se lanzó encima de ella y comenzó a estrangularla. Ella le dio patadas y tras parar una primera vez “volvió a hacer lo mismo”. También recuerda que le pidió que se pusiera un preservativo, algo que el cineasta no hizo. Tras los acontecimientos, la mujer escribió a una amiga para contarle lo sucedido en una conversación confirmada por el mismo medio. Esa misma mañana se lo contó a otra amiga que le recomendó ir a la policía y al hospital, algo que finalmente no hizo. No denunció por miedo, ya que él “estaba relacionado” con su “entorno y círculo laboral”. Una relación que, posteriormente, se repitió de forma esporádica, siempre con “forcejeos y violencia en el sexo”, según su relato.
El segundo caso que reseña la información ocurrió dos años después. Se trata de una estudiante de 21 años a la que Carlos Vermut ofreció trabajo. Fue él quién contactó con ella para quedar, ofreciéndole su ayuda para entrar en la industria. A partir de su primer encuentro se produjo una serie de llamadas y mensajes hasta que él le propuso que fuera a su casa para analizar una de sus películas. Al terminarla, ella explica que él se abalanzó sobre ella sin su consentimiento y le quitó el sujetador, mientras ella se quedaba paralizada, una reacción que provocó el enfado del cineasta. Posteriormente recibió un mail de Vermut hablándole “como si no hubiese pasado nada”. Ella le respondió diciendo que no quería saber nada más de él.
El tercer caso ocurrió a partir de finales de 2019, donde esta mujer y Carlos Vermut tuvieron el primero de varios encuentros sexuales prolongados durante varios años “con una violencia” no consentida. “Nunca hubo una conversación previa o posterior respecto a los términos de esas relaciones”, asegura la mujer que describe prácticas físicas vejatorias y comentarios denigrantes que la hacían sentir “en desventaja e inferioridad”. También le ofreció un trabajo que nunca se llegó a consolidar. En su último encuentro, en 2022, Carlos Vermut impidió que saliera de casa para no dejarle solo, siempre según el relato de esta mujer, y a la mañana siguiente, fue él quien le mandó un mensaje comunicando el fin de su relación.
El cineasta se ha reunido en tres ocasiones con el periódico que publica las acusaciones y ha subrayado en sus entrevistas que ha “practicado sexo duro siempre de manera consentida”. “Creo que es muy importante el consentimiento. Otra cosa es que la persona en su casa después se sintiera mal y a lo mejor en el momento tuviese miedo a decirlo. Eso yo no lo puedo saber”, ha respondido el cineasta. Su caso es el primero del Me Too de la industria del cine español.
Reacciones del sector
La Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) ha emitido un comunicado para mostrar su “apoyo a todas las mujeres que sufren acoso y que sientan que se vulneran sus derechos”. “Como mujeres profesionales nos preocupa especialmente el miedo de las víctimas a denunciar hechos ocurridos en el cine y el audiovisual. El acoso sexual es una manifestación del abuso de poder y, allá donde el poder está en manos mayoritariamente masculinas, ese acoso se dirige contra las mujeres y es una de las expresiones de la violencia contra ellas. Lamentablemente, el cine y el audiovisual español no constituyen una excepción a esta realidad y creemos que ha llegado la hora de decir BASTA”, dicen en su texto, emitido tras la publicación de la noticia sobre Carlos Vermut.
Además, la asociación ha anunciado que “para acabar con estas situaciones, e impulsar una lucha eficaz y activa contra el acoso en la industria audiovisual, se está trabajando en medidas como la creación de protocolos y la inclusión de cláusulas específicas contra el acoso sexual dentro de los contratos laborales”. “Además, desde CIMA somos conocedoras del miedo que en muchas ocasiones sufren las personas que pasan por estas situaciones. Por ello, queremos ser soporte y lugar de confianza para toda mujer que haya sufrido o esté sufriendo cualquier tipo de violencia sexual, acoso o abuso de poder dentro de la industria, poniendo a disposición nuestra asociación”, apuntan en el comunicado.
Por su parte, la Unión de Actores, en declaraciones a Europa Press, ha asegurado que “esperan que las denuncias sigan los cauces legales”. “Aunque muchas veces puedan ser ineficaces o no todo lo satisfactorias que deberían, son la única auténtica garantía para constatar hechos y así poder evitar que se produzcan en el futuro”, han opinado desde la Secretaría General del sindicato. Además, la entidad ha confirmado que, en los procesos abiertos que existen en la Unión de Actores y Actrices sobre este tipo de denuncias, “no hay ninguna persona denunciante sobre el caso de Vermut, concretamente”.
Además, han especificado que corresponde a las víctimas “hacer público o no su testimonio” y que desde la Unión tratan de que las denuncias estén basadas en “la empatía, discreción y el respecto a la víctima”, ya que entienden que al ser un sector caracterizado por la “intermitencia”, el miedo “sea más fuerte”.
Quien también ha reaccionado a la publicación de la información es el productor Enrique López Lavigne, que trabajó con él en Quién te cantará, que mediante un post en la red X (antes Twitter), ha calificado el artículo como “oscuro” y “salvaje”, y manifestado que “pone en solfa todo un sistema construido entorno a la ilusión por un mundo que no es real como el del Cine, donde nada o casi nada es lo que parece”. En una respuesta a la publicación ha añadido que “ignorar que ha salido publicado no solo no es bueno, sino que es darle la espalda a una realidad que se ha materializado de manera salvaje para todos los que vivimos en este mundo”. Poco después borraba la publicación que anteriormente había sido ya recogida por Europa Press.
También políticos, cineastas, actrices y actores del cine español han expresado su opinión en redes sociales. La exministra de Igualdad Irene Montero ha sido una de las primeras en mostrar su apoyo a las mujeres que han hablado. “Respeto, cuidados y apoyo para las mujeres que rompen el silencio y dicen #SeAcabó. No estáis solas”, ha dicho y recordado los servicios públicos para las víctimas de violencia sexual. La actriz Leonor Watling ha agradecido a las mujeres su valor y ha pedido que “ojalá sentir que tu gremio te va a cuidar (no castigar) por hablar”.
El productor Agustín Almodóvar, los cineastas Laura Hojman, Montxo Armendariz y Carlota Pereda; Eduardo Noriega o las actrices Vicky Luengo, Sara Sálamo o Susana Abaitua también han expresado su apoyo a las mujeres. También ha escrito en la misma red social Álex Lafuente, distribuidor de su último filme: “Difícil leer esto, por lo terrible de lo que cuenta y por las sorprendentes respuestas de Carlos. Todo mi apoyo a estas tres mujeres que han sufrido esta violencia y abusos”.