“Pensad por qué Willy Toledo duerme en el calabozo y la extrema derecha campa a sus anchas”
Este miércoles por la noche, mientras los comercios y bares echaban el cierre y los viandantes rondaban la boca de metro de Lavapies para volver a casa, una masa de gente aguardaba a las puertas del Teatro del Barrio. Quedaban treinta minutos para medianoche y muchos de los asistentes a la vigilia se habían quedado fuera porque triplicaban el aforo de la sala.
Unas horas antes la Policía había detenido al actor Willy Toledo en las inmediaciones de su casa para, supuestamente, llevarle a declarar ante el juez. Una citación que, sin embargo, estaba programada para las diez de la mañana de hoy. Es decir, que Toledo ha pasado la noche en el calabozo.
La “vigilia” que había organizado el madrileño Teatro del Barrio junto al Movimiento Antirrepresivo, y a la que el actor tenía pensado asistir, no se canceló. Al contrario. La preocupación se sumó a la rabia previa que muchos sentían y que calificaron en el micro abierto como un ataque contra la libertad de expresión. El primero en abrir el acto fue el abogado defensor del actor, Endika Zulueta, que denunció en público la decisión policial de detener a su cliente 20 horas antes de la citación ante el juez.
“Lo que dice la ley de enjuiciamiento criminal es que la detención debe durar el mínimo tiempo posible lo imprescindible con un máximo de 72 horas. En el caso de Guillermo Toledo, hubiera bastado que le detuvieran a las nueve, pero han decidido privarle de libertad durante 20 horas”, afirmó Zuleta.
Además, el defensor contó que la Policía le había prohibido entrevistarse con Toledo en la comisaría. “Cuando me he presentado para entrevistarme con mi cliente, me ha sido impedida la entrevista. Por eso he llegado tarde aquí, para poder acceder, no a un derecho mío, sino a un derecho de él”, explicó.
En el documento que leyó el abogado antes de abandonar el teatro para prepararse la vista de hoy, manifestó que “el Código Penal no está para proteger los sentimientos religiosos, ni los individuales ni los colectivos. Nada hay más indeterminado, abierto, subjetivo e interpretable que un sentimiento. El Código Penal protege es libertad ideológica, y la libertad religiosa es una manifestación de la misma”.
En su opinión, “lo que está sucediendo es que se está usando el Código Penal, no para proteger una libertad, sino para castigar otra: se está criminalizando la libertad de expresión, y la libertad de pensamiento”. Cuando un estado democrático juzga a un ciudadano por lo que piensa y escribe en Internet, se convierte en “1984 de Orwell, en la policía del pensamiento”.
“Estamos con los derechos fundamentales y colectivos, defender estos derechos, defender hoy a Guillermo Toledo, es defendernos a todos y a todas”, concluyó.
Poco después, pasaba por el escenario el portavoz del Movimiento Antirrepresivo de Madrid y coorganizador del evento. “A la gente se le está preguntando en los tribunales si es antifascista, comunista o anarquista. Se la pregunta por sus ideas y sus sentimientos, por lo tanto no podemos rebajar esto simplemente a un problema de libertad de expresión cuando es algo mucho más grave: un problema de libertad idelógica”, comenzó Alejandro.
Declaró que no solo exigen “la absolución de Willy Toledo, sino también que los jueces paguen porque están haciendo que Willy Toledo duerma en un calabozo por expresarse”, pues “no se puede analizar como un caso aislado, porque Willy Toledo está en el calabozo por el mismo motivo por el que están todos y todas las presas políticas: por ser antifascista. Pensemos por qué Willy Toledo duerme esta noche en el calabozo y la extrema derecha campa a sus anchas”.
La portavoz imputada de la procesión del Coño Insumiso también asistió para devolverle el favor a Toledo, que en su día se pronunció en contra de la juez que abrió juicio oral contra tres de ellas por sacar a la calle una vagina gigante. “Willy no merece estar en el calabozo, ser criminalizado, estar ahí solito, nos duele mucho y creo que teníamos que estar aquí porque él está en la cárcel también por nosotras”, pronunció Antonia Ávalos.
“Es muy grave que a cualquier persona, por proferir una serie de manifestaciones absolutamente costumbristas, se le prive del bien más preciado que tiene cualquier ser humano que es la libertad individual. Pero es mucho más grave que se haga esto en la persona de un artista, de un actor, de un profesional cuya obligación es precisamente ejercer la libertad de expresión”, alegó el secretario general del PCE, Enrique de Santiago.
Por su parte, la escritora Lucía Etxebarría comenzó con una cita -“posiblemente”- atribuible a Voltaire. “Puedo no estar de acuerdo con lo que digas, pero daría la vida por defender tu derecho a decirlo. Yo puedo estar muchas veces en desacuerdo con Willy Toledo, pero creo que todos estamos obligados a defender su acto performativo de llevar esa decisión hasta las últimas consecuencias”, afirmó y aprovechó para reivindicar su derecho a “atacar a las instituciones”.