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El cómico Louis C.K. actúa el 8M tras las acusaciones de acoso: “Es surrealista”

Javier Zurro

5 de marzo de 2022 22:00 h

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El próximo 8 de marzo, mientras las dos manifestaciones convocadas en Madrid recorran el centro de la ciudad, Louis C.K. saldrá al escenario del Teatro Nuevo Apolo. Le verán más de 1.100 personas, que habrán pagado 47 euros para ver al cómico en directo. La actuación, unos días después de su paso por Barcelona, coincide con el Día Internacional de la Mujer y supone el regreso del comediante a la capital tras las acusaciones de acoso sexual que él mismo reconoció hace cinco años. Un reportaje de The New York Times dio voz a cinco mujeres que le acusaron de haberlas propuesto que lo vieran o escucharan masturbarse

Louis C.K. tardó en reaccionar pero reconoció los hechos; aunque esgrimió que siempre preguntó antes. “Aprendí demasiado tarde que cuando tienes poder sobre otra persona, pedirle que mire tu pene no es preguntárselo. Es una situación difícil para ellas. El poder que tenía sobre esas mujeres es que me admiraban, y yo ejercía ese poder de manera irresponsable”, dijo en un comunicado. Cinco años después parece que el público le ha perdonado aunque, en redes sociales, pocos presumen de tener una entrada para sus espectáculos. No obstante, hay una pregunta que se lanza en los ámbitos privados: ¿Se puede ser feminista e ir a ver a Louis C.K. el 8M?

Un debate que no entiende solo de blancos y negros, sino que encuentra opiniones matizadas. Desde algunos espacios feministas tienen claro que no debería organizarse y que no se deberían comprar entradas para ver a un acosador, y hay también quienes se niegan a ver algo creado por Louis pero, en cambio, también hay quien considera que se puede condenar sus actos y, al mismo tiempo, disfrutar de su obra. Incluso hay quienes se enfrentan a su propia contradicción y se preguntan si es correcto ir a la manifestación y a la actuación con una hora de diferencia.

La guionista de Señoras del (h)ama y periodista Paloma Rando irá a verle y está segura de que la elección del día de la actuación es “completamente casual” ya que “está embarcado en una gira europea y es difícil conseguir encajar un calendario de ese tipo”; no cree “que haya por su parte ningún tipo de decisión 'adolescente' a ese respecto”. Le admira y también critica lo que hizo, porque “admirarle como cómico y condenar sus conductas personales no está reñido”. “Hay quien cree que contribuir económicamente a que deje de dedicarse a la comedia es un buen correctivo, como si no hubiese tenido pocos ya con el hecho de que sus series hayan dejado de estar disponibles en las plataformas que las contenían”, opina, sobre la retirada que HBO hizo de Louie en 2017, un veto que se mantiene hasta ahora. 

“Personalmente no creo que nada de lo que sus potenciales espectadores hagamos con él y su obra tiene el poder de conseguir que cambie su conducta, solo lo tiene su propia voluntad. Él se disculpó públicamente y pareció haber entendido lo nocivo de su comportamiento y cómo el hecho de admirarle pudo poner a las mujeres que le presenciaron masturbarse en una posición de inferioridad. Ahora, precisamente gracias a su contraejemplo, creo que se tiene mucho más claro que el talento artístico de alguien no es un parapeto bajo el que disculparle”, añade sobre su posicionamiento.

Rando entiende que haya “gente que no quiera ir a verle y que haya considerado que su comportamiento personal empaña su admiración al cómico”. “Yo puedo separarlos y creo que no se puede acusar a los que admiramos su comedia de estar haciendo la vista gorda con sus conductas personales, en las cuales sus espectadores no tenemos nada que ver, casi del mismo modo en el que, por poner un ejemplo popular, Kiko Rivera distinguió este verano en una publicación de Instagram el comportamiento dañino de su madre con el de su talento como cantante. ¿Cree Kiko Rivera que dejar a su madre sin conciertos la convertiría en mejor madre? No. ¿Cree que ir a verla implica disculpar sus malos actos con él? Tampoco. Si Kiko Rivera ha llegado a tal conclusión, los demás también podemos”. 

De la admiración al rechazo

No obstante, hay posiciones radicalmente en contra. Desde la Federación de Mujeres Jóvenes tienen claro que la respuesta a si se puede ser feminista e ir a ver a Louis C.K. es negativa. “Ya no solamente por el hecho de ser feminista, sino por el hecho de ser persona. Es que has comprado una entrada para ver el espectáculo de una persona que ha acosado a mujeres. Aunque no seas feminista, que no lo comparto, si mínimamente eres persona no lo comprendo”, dice su presidenta Ada Salas. Salas habla de “rechazo”. No solo por el “hecho de que haya gente que le vaya a ver”. “Es una persona que no tiene una sentencia condenatoria, pero hay unos hechos y unas declaraciones de acoso sexual en su contra y son delitos graves. Personalmente supone un rechazo que haya personas que tengan interés en ver a este individuo por muy buen cómico que pueda ser, y si le añadimos que se enmarca en el 8M, que es un día de reivindicación y de dar visibilidad a la mujer, genera todavía más rechazo”. Por ello, pide que esto sirva para que el mundo “del espectáculo se plantee que cuando hay un caso como este no se compren entradas, y que por parte de las personas que administran este tipo de espectáculos no se cuente con ellos”.

Tampoco acudirá a ver a Louis C.K. Pilar de Francisco, cómica y guionista. “Me pone mal cuerpo”, reconoce. Cuando se enteró de que Louis venía a Madrid en una fecha tan importante pensó que era una broma. “Me metí en su web a comprobarlo y sí, era verdad. Pensé que era surrealista, y me puse a hacer chistes y escribí una noticia para El Mundo Today. Es que me recuerda a Maradona en el partido de la droga, esa es la situación”, asegura. Alguna vez ha vuelto a ver un vídeo suyo, pero le da “mal rollo”.

Que Louis C.K. actúe en Madrid el 8M me recuerda a Maradona en el partido de la droga

Más que como mujer, como cómica, De Francisco pasó de la admiración al rechazo. “Su comedia es increíble, ha creado un estilo propio. Sabía diseccionar las miserias del ser humano. Lo que pasa es que se descubrió que las miserias eran realidad, que no eran ficción, que las hacía en la vida real. Yo desde el #MeToo no pago por ver sus espectáculos, es algo visceral, me pone mal cuerpo. En este caso no soy capaz de separar artista y obra”, zanja sobre el debate.

Una de las cómicas que se ha mostrado más beligerante contra el machismo es Penny Jay, fundadora de Riot Comedy, quien asegura que le da “exactamente igual” que Louis C.K. venga a Madrid el 8M. “De corazón, es algo que no me importa para nada. Si lo ha hecho aposta es otra llamada de atención de un hombre hetero. Para mí, es el día de la mujer, es el día de salir a manifestarse, de ir con mis compañeras a celebrar. Nuestra atención debe estar puesta en nosotras y no en él”, asegura con contundencia y también subraya que “parece que es el único acosador de la comedia o del mundo del entretenimiento o el cine en EEUU o en España, y hay muchos más. Se les cede espacios, se les blanquea, y no pasa nada”. Cree que hay “un morbo interno” por ver qué hace, qué chistes dice, porque “es show y todo es espectáculo”, pero no “que ir a verle sea lo más blanqueador que se ha hecho en pro de acosadores”.

Como todas, coincide en que enterarse de las acusaciones de acoso fue “muy decepcionante”, y subraya de nuevo que su lucha “va focalizada en algo mucho más grande, que es el proteccionismo entre los hombres de la industria hagan lo que hagan”. “Parece que es raro decirlo por mi parte, pero los hombres son víctimas del propio sistema que les permite todo, que les vitorea, que les dice que es lícito. Hemos tenido que venir muchas mujeres para decir que no es lícito, que no somos un premio, que porque tú tengas fama no somos un extra más a tu cuenta bancaria, para mí es mucho más importante lo que digamos nosotras que lo que diga él”.

No se puede acusar a los que admiramos su comedia de estar haciendo la vista gorda con sus conductas personales, en las cuales no tenemos nada que ver

Enrique F. Aparicio dedicó su tesina a Louis C.K. El cómico, comunicador y creador del pódcast ¿Puedo hablar? junto a Perra de Satán, tiene clara la importancia de Louis para la comedia y la sitcom moderna. Admite que cuando se descubrieron sus actos y él lo reconoció, dejó de ver sus series. “No he visto ni la última temporada de Louie, me he negado a ver contenido después durante mucho tiempo. Y llega un momento en el que, si se manda gente a la cárcel para que se reintegre, ¿durante cuánto tiempo tengo que condenarle para volver a disfrutar de sus cosas o qué potestad tengo yo para decidir cuánto tiempo tiene que pasar?”. 

Hace hincapié en lo complejo del debate, en las contradicciones que supone, y entiende “a aquellas que no estén cómodas yendo y también a los que vayan”. Recuerda también la polémica de su compañera Perra de Satán por unos tuits racistas antiguos, y vuelve a destacar que “hay que dar el beneficio de construir, de mejorar y de aprender”. “Louis hizo unas cosas horribles pero, no creo que la cancelación sea única y para siempre y no puedas volver a trabajar en tu vida”.

Apuesta porque muchos tendrán “un conflicto esos días, ir a la manifestación, al bolo, o a los dos sitios”. “Me parecería muy simplista pensar que no es compatible una cosa con la otra y que ir a un sitio te deslegitima para ir a otro. Creo que su actuación el 8M es una casualidad que revela el tiempo en el que vivimos y para la que no hay una respuesta buena. Creo que el mundo es más compleja que tomar una decisión o no. Ya he tenido otras situaciones parecidas, como decidir si acudir a la fiesta gay Tanga o no, que se celebra en el Teatro Barceló, un sitio que días después permitía fiestas de Vox. Los conflictos existen, pero lo que no debemos hacer es poner a la responsabilidad en la gente que va o no a los sitios. El mundo no va a ser mejor porque yo vaya o no, pero los que tenemos conciencia feminista estamos enfrentados a decisiones así todos los días”, opina y vuelve a hacer hincapié en “lo complejo del debate”.

Otro que acudirá será el cómico Santi Alverú, colaborador de Zappeando y creador de los premios Yago. Piensa que “es evidente que es una casualidad” la coincidencia de la fecha, y también que “es compatible pensar que lo primero y lo más importante es el dolor de las víctimas, que ellas son a las que se les debe dar voz en primer lugar y herramientas para defender su integridad, con poder creer en la reinserción de una persona que ha admitido lo que ha hecho”. “Ninguna de las personas a las que admiramos hoy serán consideradas héroes dentro de cien años. Tenemos que ser capaces de, a la vez que renovamos comportamientos y referentes para construir un mundo feminista y progresista, integrar nuestro pasado en vez de eliminarlo. Si no, perderemos enseñanzas valiosas de aquellos que han cometido errores. Y Louis C.K. sigue teniendo valor en sus reflexiones”.

Alverú desliza otro punto importante, y es que Louis C.K. nunca ha sido cancelado: “Creo que se ha exagerado su cancelación, sigue trabajando y llenando estadios, y probablemente en unos años regrese a primera línea. Me preocupan otras cosas. Por ejemplo, cuando Louis C.K. regresó a los escenarios, muchos periodistas aquí y en EEUU, los mismos que meses antes se declaraban seguidores, se empeñaron en analizar sus nuevos chistes, incluso aquellos que estaban en periodo de prueba, para encontrar en ellos la confirmación de que estábamos ante un monstruo. Hay que explicar, una vez más, que los temas tratados en el humor no son reflejo de las opiniones del autor, sino una experimentación, una búsqueda. Igual que los autores de las novelas de policías no justifican los asesinatos, los humoristas no aplauden comportamientos o frivolizan sobre aquello de lo que hablan”.

No es incompatible ir a ver a Louis C.K. e ir a la manifestación del 8M

Al contrario del calentamiento que suele haber con espectáculos muy esperados, no hay muchas personas aireando sus entradas en redes sociales. Para Alverú eso responde a que “las redes sociales son asfixiantes”. “Solo mostramos una imagen perfecta de nuestra vida. Hay auténticos policías de lo correcto buscando fallos en los demás. En cualquier caso, sí he visto a gente hablar de que iría. No es Rigoberta Bandini, pero tampoco es un secreto que viene”. Enrique Aparicio bromea y dice que entiende “que haya gente que vaya con las gafas de sol y el periódico tapándose, porque es un tema muy delicado y complejo”. “Yo creo que este día 8 de marzo no es incompatible ir a ver a Louis C.K. e ir a la manifestación”, concluye.

Para Pilar de Francisco el debate en redes se ha llevado con “mucha naturalidad” y asegura que se ha reído mucho. “Tanto los que no vamos a ir como los que sí van hemos hecho chistes sobre el tema, posicionándonos. Me ha hecho gracia una compañera que decía que no se puede ser feminista, correcta y persona ejemplar las 24 horas del día, que hay que hacer pequeñas concesiones por la salud mental. La cultura de la cancelación es algo nuevo y está bien hablarlo. Yo hasta hace cuatro años no sabia lo que era el feminismo, y ahora nos estamos cuestionando cosas que hemos heredado, sobre la forma en que nos hemos educado en nuestra cultura y me parece sano el debate. Yo no estoy viendo agresividad, creo que se está usando el humor para reflexionar sobre el tema”, zanja. Penny Jay apunta más contundente sobre los motivos de este secretismo que ocurre porque “la gente es muy bienqueda” y que su feminismo se limita a Twitter o un “chistecito en su show, pero el feminismo son actos”.