Mientras la ciudad ucraniana de Leópolis va protegiendo su patrimonio ante el temor de ser destruido por los bombardeos rusos, en una sala de la sede de la Filarmónica de Lviv se trabaja contra reloj para digitalizar todas las partituras de compositores ucranianos para salvar la música de la guerra.
“Hemos lanzado una iniciativa en toda Ucrania que comenzó desde que empezaron a bombardear el país para digitalizar todas las partituras antiguas y preservar el trabajo de los compositores ucranianos, sobre todo del siglo XX”, afirma a Efe Ostap Manulyak, compositor y miembro de la Filarmónica de Lviv (Leópolis).
En la segunda planta del edificio de la filarmónica de principios del siglo XIX, en pleno centro de Leópolis, hay una pequeña habitación donde se apilan las partituras antiguas en cajas y en estanterías, con un solo ordenador donde se vigila la digitalización de esta música clásica.
“Digitalizar es un proceso difícil en el que se requiere contratar a gente, pero por las circunstancias de ahora son voluntarios los que lo hacen. Yo, como profesor de composición en la academia de música, estoy ayudando en esta transcripción”, afirma Manulyak.
A toda velocidad
En el argot musical, el trabajo de digitalizar que está realizando la filarmónica está siendo como si tocaran un movimiento “vivace” con muchos “crescendo”. Y es que ahora transcriben “tres veces más” de lo que digitalizaban antes de la guerra, iniciada el pasado 24 de febrero, dice Manulyak.
En una semana han logrado ponerse manos al teclado con al menos 16 compositores, señala Manulyak, que añade que como los músicos ya no tienen trabajo, algunos están acudiendo a la ayuda de este proceso.
Aunque subraya: “Los voluntarios también tienen otro tema prioritario, que es el de ayudar a los refugiados o a proteger los museos y el patrimonio”.
De hecho, el centro histórico de Leópolis, incluido como Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1998 por su tejido urbano y arquitectura, está siendo protegido a toda prisa ante los posibles ataques.
Pero el trabajo de transcribir las partituras se está haciendo más lento y Manulyak considera que tiene una “importancia vital” el hacerlo cuanto antes para no perder la música clásica, aunque es consciente de que puede tardar por la cantidad de obras en papel.
Además de preservar las obras en digital, este trabajo tiene otro objetivo: el de repartir las obras musicales de los compositores ucranianos a todas las orquestas que lo pidan, sobre todo en la Unión Europea (UE).
“Ahora estas partituras que se digitalicen estarán disponibles para conciertos ya que muchos artistas europeos quieren tocar música ucraniana, pero el problema es que mucha de esa música se produjo en la Unión Soviética y esas partituras no estaban en el extranjero”, sostiene Manulyak.
Difundir la música ucraniana
Compositores contemporáneos ucranianos como Myroslav Skoryk (1938-2020) o Yevhen Stankovic (1942) son los que más interés están teniendo por parte de las orquestas europeas, indica a Efe el director de la Filarmónica de Lviv, Volodymyr Syvokhip.
Sin embargo, “no hay muchas personas que estén disponibles para digitalizar cada día”, se lamenta de alguna manera el director, aunque entiende que estos voluntarios estén, en primer lugar, asistiendo a las personas más necesitadas.
De hecho, el edificio de la Filarmónica de Lviv se ha convertido en un refugio para las personas y, sobre todo, para los músicos de las ciudades que han sido arrasadas en el este y sureste de Ucrania, que han encontrado un lugar seguro en Leópolis, al ser una ciudad que se encuentra lejos del frente de batalla.
Lo que sí han detenido son las actuaciones en conjunto, aunque desde esta semana ya se empiezan a hacer pequeños conciertos en las calles de la ciudad organizados por la filarmónica.
“Es imposible pensar ahora en tocar, es un shock psicológico muy fuerte y no es una situación adecuada en la que se pueda hacer conciertos”, dice el director sin batuta desde la sala donde se digitalizan las partituras.
Remarca que el hecho de promocionar la cultura ucraniana también es para “recaudar dinero para ayuda humanitaria” a Ucrania como, por ejemplo, con los conciertos benéficos de la violinista alemana Anne Sophie Mutter o del director israelí Daniel Baremboim, apunta.
Asimismo, Syvokhip dice que no solo trabajan en difundir la música ucraniana hacia el resto del mundo, sino que también colaboran con orquestas europeas para darles trabajo temporal a aquellos músicos que huyen del país.
Hasta el momento, 15 mujeres músicos de la orquesta han salido del país por la invasión de alrededor de 200 que conforman el conjunto musical dado que los hombres no pueden salir de Ucrania al existir la posibilidad de que el Ejército les llame para unirse a las filas, indica el director.
“Nuestro objetivo ahora es resistir a la agresión rusa y sobrevivir gracias a la ayuda. Si lo logramos, tendremos la posibilidad de expandir nuestras colaboraciones culturales. En este momento lo que podemos hacer es compartir y digitalizar las partituras, y darles el permiso para que toquen estas piezas musicales si organizan conciertos”, concluye Syvokhip.