Un total de 38 editores independientes catalanes, aunque no descartan que se sumen más, han hecho este martes un llamamiento para que los lectores compren libros en Sant Jordi, tantos como lo permita “el bolsillo”, a pesar de que este año no haya paradas en las calles por la pandemia de coronavirus.
De lo contrario, argumentan, este “ecosistema” peligra porque la epidemia ha interrumpido la actividad “en la época de la gran cosecha”.
“Faltan pocos días para Sant Jordi. Este año, más que nunca, os necesitamos. Si compráis libros, quizás no impediréis que la respuesta política a la epidemia mate muchos proyectos literarios, pero sí que limitaréis los estragos”, afirman en su manifiesto.
Asimismo, remarcan que ellos no poseen distribuidoras ni tienen “fuerza comercial para ofrecer tratos preferenciales a las librerías, como sí que han hecho los grupos Planeta y Penguin”. “La catástrofe anunciada no tiene otro cortafuegos que vosotros, lectores”.
Con el lema, “Desconfinemos los libros”, los editores insisten en que no se difiera la compra de ejemplares estos días y apelan a la responsabilidad de cada uno de los lectores en un momento “en el que no faltan sistemas concebidos para facilitar la compra de libros sin multiplicar movimientos”.
En este punto, sostienen que en internet “conviven las grandes tiendas en línea con librerías independientes preocupadas por el riesgo sanitario, plataformas colectivas como Libelista o Llibreries Obertas, e incluso paradas virtuales de Sant Jordi”.
“Visitadlas -invitan a sus lectores- y pensad qué sistema de compra queréis defender en tiempo de epidemia: esto es decisión y responsabilidad vuestra”.
Los editores se pronuncian en estos términos después de que la pasada semana los gremios de Editores y Libreros de Cataluña apoyaran que Sant Jordi sea una jornada “virtual” en las redes, mientras que un grupo de libreros consideró que apostar por una jornada así solo favorecerá a las grandes plataformas de comercio electrónico como Amazon y puede provocar que haya “millones” de pedidos circulando por “una Cataluña confinada”.
En declaraciones a Efe, la editora Maria Bohigas, de Club Editor, ha señalado que la situación es “excepcional” y ha lanzado un mensaje: “Sí que importa que tomemos conciencia de cómo favorecemos a un determinado comercio y no a otro”.
Sin embargo, también ha querido resaltar que en los últimos quince años se ha conseguido un “ecosistema cultural” que ha crecido gracias a la actividad literaria de estos editores y, aunque “frágil y delicado”, porque depende exclusivamente de los compradores de libros, han conseguido que lleguen “desde obras literarias autóctonas muy conseguidas a otras que eran inalcanzables de autores de otros países”.
“Si ahora -advierte Bohigas- estos lectores no se movilizan para comprar las obras que les proponemos, la destrucción será muy rápida y la construcción ha sido muy lenta. La única manera de defender una cultura catalana más amplia es conseguir que estas editoriales puedan sobrevivir. Nos estamos jugando la cultura común. Si es un Sant Jordi sin movilización lectora estos proyectos morirán y el ecosistema puede desaparecer en unos meses”.