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Entrevista | M-Clan

“Los festivales ya son más 'mainstream' que un concierto de Bustamante”

Mónica Zas Marcos

Llevar veinticinco años en la música y seguir sacando discos puede parecer la situación perfecta. Pero el camino siempre es peligroso y los gustos, como el vino, se refinan con los años. M-Clan ha querido evolucionar sin pasarse con el riesgo para no cerrarse frentes. El resultado es Delta, el nuevo disco de la banda de Carlos Tarque y Ricardo Ruíperez suena a cintas de casete de Grupos Americanos y a “música del diablo”, como dicen en su tema de apertura.

Aunque se consideran un grupo ajeno al círculo festivalero, presentarán el álbum en el Cultura Rock de Madrid el próximo día 28. M-Clan ha contado para este leve giro hacia el nuevo continente con un productor nativo que sabe lo que hace. Brad Jones apadrinó también a Quique González cuando el madrileño quiso beber de Nashville en Delantera Mítica.

Pero el conjunto murciano llevaba este sonido a ruta 66 de fábrica, así que el resultado de Delta solo podía ser el idóneo. Y así ha sido. Nos reunimos con el vocalista Carlos Tarque para hablar de estas pequeñas reinvenciones y de otros asuntos de carretera.

Sorprende el cambio de productor después de años junto a una figura clave en el rock español, Carlos Raya. ¿No habría sido posible este disco con él?

Hace años que tenemos el enfoque de rock sureño y música country folk en nuestros discos. Esta vez queríamos hacer algo acústico, menos eléctrico y recargado que los anteriores trabajos de M-Clan. Nuestro destino era Nashville [una de las capitales musicales del mundo]. Así que, por consejo de otros amigos, buscamos a este productor, Brad Jones, con la idea del disco ya definida.

Vuestro pasado recuerda a Rod Stewart, ¿a qué suena lo nuevo M-Clan?

Llevo escuchando música 37 años y la que más me gusta es la anglosajona, el rock de los años 50 y 60. Este nuevo disco queríamos orientarlo hacia los grandes grupos americanos de los 60 y 70: Los Eagles, Poco o Neil Young, podría decir.

Han calificado Delta como vuestro mejor trabajo, para lo que habéis tenido que dar un paso más. ¿Corrobora eso el trillado renovarse o morir?Deltarenovarse o morir

No tenemos una obsesión por innovar. Hay siempre una intención de hacer algo que no hemos hecho antes, pero sin dejarnos llevar por los gustos ajenos. De hecho, este disco conlleva cierto riesgo comercial. Pero hay que dejar atrás el fantasma de “los otros” para trabajar en cualquier obra. Pensar en los demás te esclaviza, y ya bastante lo estamos.

Lleváis haciendo discos dos décadas sin descanso y, sin embargo, lo que siempre suena es Carolina o Llamando a la Tierra. ¿Enorgullece o decepciona que no trascienda lo nuevo?CarolinaLlamando a la Tierra

De entrada sienta bien, porque son tan nuestras como los temas nuevos. Pero es cierto que los medios de comunicación funcionan porque saben lo que quieren sus oyentes. El rating de audiencia no deja de ser el principal cebo para los inversores de publicidad.

Es difícil que la gente preste atención a las cosas nuevas cuando ya tiene el oído educado. Escuchan lo que está dentro de su zona de confort y eso convierte el mercado en una pescadilla que se muerte la cola. En la radio quieren oír el rock de Hotel California, Carolina y Let's Go, de Los Ramones. Esa labor educativa la tienen que hacer, se supone, las emisoras públicas como Radio 3.

Ahora, incluso el rock ha sido relegado a emisoras especializadas. Si la radio forma, ¿estamos educando a la gente en la mediocridad?

Son empresas privadas, así que no tienen moralmente esa carga educacional. Venden basura igual que Burguer King o Zara vende la suya. Si quieres buscar algo más personal y exclusivo, tienes que ir por tu cuenta.

Para suplir esas carencias supuestamente están los festivales. ¿Crees que deberían abrir su cartel a algo más que los diez grupos de siempre?

Los festivales empiezan a ser más mainstream que un concierto de Bustamante. Vas a ver a Izal, Delorean, Supersubmarina, Love of Lesbian y Lori Meyers. Al final el espíritu indie no es tal porque son bandas que han entrado en un sistema muy establecido, que es de lo que huyen los indies.

Nosotros no somos carne de festival. No lo digo con desdén, pero no pertenecemos a ese círculo. A mí si me llaman y me pagan, voy a tocar. La música en directo siempre es positiva.

Hablando de la competitiva escena actual de grupos masculinos, ¿cómo se consigue mantener el interés después de tantos años?

Nuestra filosofía es como la de las viejas bandas, hacer participar a la gente. El rock es una cuestión de comunicación. Espero que demos cierto ejemplo a las bandas nuevas. No veo a los grupos longevos como una amenaza, todo lo contrario, más bien como un chute de energía. Yo dejo espacio a quien quiera venir detrás, pero nunca me voy a retirar.

Entonces, como dice vuestra canción, ¿todo lo que fue joven no muere hoy?como dice vuestra canción

Está muriendo una época, eso sí que es cierto. Escribí la canción inspirado por el tema All the young dudes, de Mott the Hopple, cuando falleció Bowie. Tuve una sensación nostálgica de que con él moría algo joven que siempre representó. Pero la verdad es que la canción habla de una relación que se marchita con el tiempo.

Precisamente ahora se habla mucho del mensaje de las canciones, ¿estás de acuerdo con denunciar el contenido ofensivo -racista o sexista- en la música?

Si te refieres a las letras de reggaeton a mí también me ofenden. Pero también entra en conflicto la famosa libertad de expresión. Es un tema muy delicado. Yo dejaría que todo el mundo dijera lo que quisiese y eso también pasa por 'me follo a esta tía contra la pared'. No estoy de acuerdo ni con esas composiciones ni con el machismo. Pero no hay un criterio para establecer lo que es ofensivo.

Cuando os sentáis a crear vuestros temas, ¿escribís siendo conscientes de lo que va a significar para los oyentes?

Lo primero que hay que hacer es escribir sobre lo que sientas. Hay gente que quiere ser un altavoz social y gente que no queremos, porque no se nos da bien o nos volcamos hacia otro tipo de arte. Nosotros vamos a lugares un poco más poéticos. Además, yo no hablo en mis canciones de cómo está el país porque me parece aburrido.

¿No te parece necesario que los músicos utilicen su altavoz social?

Hay gente que se quiere involucrar en política, pero no es mi caso. Tengo mi opinión (y está muy clara), pero no hago bandera públicamente de cosas que no tienen que ver con mi trabajo. Alguna vez lo he hecho y me han dado. Tampoco es por el miedo al qué dirán, es simplemente que mi trabajo es otro.

¿Y cuál es esa opinión?

Creo que en este país estamos estancados. Premiamos a gente que hace negocio con la política y la corrupción. Si el pueblo vuelve a elegir democráticamente a un partido que ha hecho eso, pues lo tengo que respetar, pero no estoy de acuerdo.

Por último, ¿crees que es legítimo el Nobel a Dylan?

A mí me parece bien. Supongo que quienes se lo han dado tienen el suficiente criterio y potestad para tomar esa decisión. También entiendo que haya cierto recelo por parte de los que piensan que este señor es un advenedizo y que no tendría que estar en la categoría de Literatura. Ahora, me parece cojonudo porque Dylan tiene una carga poética mucho más poderosa que muchos premios Nobel.

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