Love of Lesbian: “Pedimos a la izquierda que sea más astuta y a la derecha que se retire”
Parece que el verano es la llamada de la selva para Love of Lesbian. Los festivales trufan la geografía española y no hay cartel que rechace tener el nombre de la banda en letras capitales. Pero los catalanes no han engendrado un disco para dar saltos y gritos entre la euforia estival. El poeta Halley es un canto muy suave y, a la vez, un bramido contra los que buscan encasillarles dentro de lo más vulgar del indie. No es que renieguen de un pasado que les proporcionó, a fin de cuentas, el estatus para poder contar con un mito viviente entre sus créditos y hacer temas de una longitud desorbitada. Pero necesitaban sentirse libres de la dictadura clown.
Hablamos con dos de ellos -Santi Balmes y Julian Saldarriaga- en pleno fervor de aniversarios de plazas y revolución política. Ambos admiten los riesgos de opinar en este país, donde la ideología puede acabar con una carrera musical. Aunque también valoran un compromiso necesario para alentar a las nuevas opciones a virar hacia las propuestas culturales.
¿Qué es la poesía para Love of Lesbian?
Santi Balmes: Poesía eres tú [se ríe]. No, la poesía es un parque de atracciones donde tienes palabras en lugar de juguetes. A partir de ahí puedes montar, desmontar y plantear las mismas emociones de manera simétrica pero que al final inspiran tu discurso narrativo. En el caso de nuestra banda, la poesía es el hilo troncal de todo. Pero yo creo que les debe pasar lo mismo a los ingenieros y arquitectos.
El tema Bajo el volcán está inspirado en Malcolm Lowry, ¿dónde confluye la música con la literatura?Bajo el volcán
Santi: Estuve en la península de Snæfellsnes -escenario del Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne- meses antes de escribir la canción. La verdad es que tiene mucho que ver con ese impacto de estar ante un referente tan natural y literario a la vez. Pero Bajo el volcán no deja de ser una coincidencia con el titulo de Malcolm Lowry, es más que nada una referencia a los desastres que pueden ocurrir en la vida. Esa lava que tienes dentro y que puede explotar hasta convertirte en una persona desagradable durante 10 segundos. Pero son esos 10 segundos los que te sirven para hacer una canción.
¿El poeta Halley es la excusa perfecta para volver a organizar un Love of Poetry?El poeta Halleyorganizar un Love of Poetry
Julian Saldarriaga: Por supuesto. De hecho el tema del poeta Halley nació de uno de los conciertos que hicimos con Pancho Varona en Love of Poetry. En una de estas, Pancho llegó a la Joy con un escrito que había preparado por si le daban las olimpiadas a Madrid. Jugaba con las palabras de un modo muy jocoso, casi infantil.
Tenia mucha poesía y mucha magia. A Santi se le quedó rebotando en la cabeza y al día siguiente vino como si se hubiera picado. “He escrito esto, y esto me ha dado pie a escribir más...”. Y el resultado fue el epílogo final de El poeta Halley recitado por Serrat.
¿Por qué Serrat?
Julían: Joan Manuel encarna el personaje a la perfección. Lo que entenderíamos como la fantasía del poeta Halley o el Halley Star. Hábil y diestro en las letras, hábil y diestro en las melodías, atrevido, vanguardista y que atraviesa generaciones.
¿Se quedó satisfecho con el resultado?
Santi: No nos atrevimos a preguntárselo. Teníamos miedo de que dijera: “Creo que es la basura mas infernal que he hecho en toda mi puñetera carrera”. Pero fue súper amable, muy afable. En dos tomas hizo todo recitado y estuvo espectacular. De alguna manera también ejercimos de melómanos. Y tampoco te quieres acercar a un mito demasiado, porque luego, si indagas, te puedes llevar sorpresas. No, pero yo creo que si vino es porque le gustó. Él no va a cualquier lado.
Julian: Sí, el texto le gustó. Nos dijo que lo veía un poquito largo, porque no sabía cómo eran las dimensiones del disco.
Santi: Pero lo corté, eh. Le envié la versión larga y luego la reduje. Creo que no le gustaba especialmente tu careto.
Julian: Normal.
Además de las dimensiones, hay mucha experimentación. Psiconautas, por ejemplo, no tiene estribillos. ¿Dónde queda el miedo?Psiconautas
Santi: Desaparece gracias a la seguridad como compositores y como banda. Pero no estamos descubriendo la sopa de ajo. Ese formato de canción larga era de lo más normal en los años 70. Lo que pasa es que el producto se ha encapsulado y nos lo han atribuido de manera errónea.
Ciertas personas tiene la concepción de que somos “el grupo que hace hits bailables y festivaleros”. Teníamos la sensación de que nos habían encasillado en un género como “la banda de los festivales”. A los que todo el mundo llama para animar el cotarro porque lo petan. Pero siempre hemos hecho discos expansivos o bastante poéticos, en el sentido de que van más allá de epatar con beats en los primeros segundos. También hemos trabajado mucho la atmósfera en las canciones de segunda y tercera escucha durante toda nuestra carrera.
Ahora, apostamos por algo con lo que nos sentimos más cómodos y que no nos exige estar en un estado de ánimo especialmente “clown”, por decirlo de alguna manera. Dentro de 10 años nos encontraremos más cómodos en este repertorio que en el otro.
¿Necesita el indie o esas 'bandas festivaleras' un chute de personalidad?indie
Julian: Una doble ración de personalidad no viene mal en cualquier tipo de trabajo. Nosotros no hemos hecho este movimiento para separarnos del estilo de ciertos grupos. Simplemente surgió como una necesidad imperiosa de seguir indagando.
Es decir, llega el momento en el que te plantas y te preguntas: “¿a quién le tengo que rendir cuentas?”. Y entonces haces menos concesiones de cara al público y a los festivales de verano. Estamos infinitamente agradecidos por todo lo que nos han enseñado, pero tu carrera no es solo eso. A pesar de ser una época en la que todos los discos se escuchan en cachitos y atomizados en una playlist, tú aún sigues con la idea quijotesca de hacer un disco completo.
Muchos artistas están pidiendo retirar sus canciones de campañas políticas. Les ocurrió algo similar con el PP de Castilla la Mancha, ¿cómo repercute esto en una carrera musical?ocurrió algo similar con el PP de Castilla la Mancha
Julian: Es que la política ha sufrido un cierto desprestigio. Y lo que debía ser bonito, como una relación intelectual entre un artista y un político, se ha convertido en algo que quieres separar. Como en el fútbol o la religión, en política eres A o eres B. Y nosotros no somos exclusivos. Creo que no aceptaríamos formar parte de una campaña, por muchas vinculaciones que tengamos con más sectores de la izquierda.
Santi: Además eso excluye a un ámbito de la población. Tampoco hay que caer en el error de pensar que toda la gente de izquierdas es buena. No es así. Está demostrado que no todos son puros y limpios. Es obvio que nosotros pertenecemos más a esa ideología por la política social y el mal trato que siempre ha dado la derecha al mundo de la cultura. Eso lo tenemos muy claro.
Pero la vinculación queda de alguna manera en las hemerotecas. Y, al final, se te acaba relacionando con ese político que seguramente dentro de unos años te decepcione. Y si tenemos que decepcionar, que sea porque no hemos sacado un buen disco. Otra cosa son las campañas sociales o benéficas, donde vamos a estar encantados de colaborar. Y tampoco nos cortamos a la hora de soltar nuestra postura en los directos. Pero, para qué engañarnos, sabe peor que el PP utilice nuestras canciones que si lo hace el ámbito de la izquierda.
Pero una cosa es el compromiso institucional y otro el político, ¿existe un tabú respecto al segundo en la industria?
Julian: Tiene un poco que ver con las conversaciones peliagudas que decíamos sobre el fútbol o la religión. Si eres del Barça, no puedes ser del Madrid. Si eres del PP, no puedes ser de IU. Y eso es muy excluyente. El músico tiene una fragilidad profesional que depende mucho de cómo vendan tus opiniones en un titular.
Todos hemos necesitado un mecenas, ya sea un ayuntamiento o concejalía de cultura, que estuviese vinculado a un partido político. Y muchas veces estos partidos han vetado conciertos. Como el caso de Soziedad Alcoholica, que ha estado vetada durante mucho tiempo por unas siglas y un color. Y creo que eso es muy peligroso para la supervivencia de un grupo. Así que entiendo que algunos quieran evitar ese tipo de temas.
Santi: No hay puertas giratorias. Nosotros no podemos fracasar en esto y nos van a colocar en otro lado. Si un político comete un error, ya le está esperando una gran empresa o el Parlamento Europeo (que es el cementerio de elefantes). ¿A nosotros quien nos recoge si hacemos una pifia de estas?
Por ejemplo, no entiendo que se armase tanto revuelo porque Russian Red dijera que era de derechas. Si fuese un país normal, lo podría decir tranquilamente y no pasaría absolutamente nada. Si no hubiera tanto revanchismo, tanto extremismo y tanta visceralidad. Es un país muy complicado a la hora de opinar. Como cuando se relaciona en algunos ámbitos “ser español” con ser fascista. O decir que estamos rotundamente a favor del referéndum de Cataluña, pero eso no quiere que vayamos a votar que sí.
Todos se malinterpreta. Existen unos resortes medievales siempre a punto para darte un hachazo. Así que tienes que ser muy prudente y no caer en el postureo ni en la demagogia.
Hace una semana se celebró el aniversario del 15M, ¿qué supuso a nivel personal y profesional?se celebró el aniversario del 15M
Julian: Cuando era joven trabaje en un ayuntamiento y salí muy rebotado de allí. Le di la espalda a todo y me giré hacia un nivel menos institucional y más de barrio. Y la sacudida del 15M me devolvió la emoción. Vi que la gente empezaba a entender lo que era una asamblea y el concepto de política de calle. Incluso vine a Madrid desde Barcelona para conocer lo que estaba ocurriendo. Ahora es todo mucho más complicado y el espíritu se ha ido diluyendo, pero la sacudida me ilusionó muchísimo
Santi: En lo referente a lo musical sacamos el tema que se llama Mal español, que daba nuestra particular visión del momento. Sobre todo en esa época, en la que nos quejábamos tanto del bipartidismo. “Vuelan las gaviotas y en cada pico va una rosa”. Supuso la ruptura de este sistema tan anquilosado y que perpetúa el poder de unos cuantos.
Julian: Si hace unos años llegas a plantear la posibilidad de que Ada Colau estuviese en el Ayuntamiento de Barcelona, posiblemente te habrían tachado de loco. Ni siquiera lo vieron venir los políticos cercanos a la cantera, a la clase emergente. Este electroshock ha sido muy beneficioso.
Santi: También creo que cogemos más cariño a personajes como Manuela Carmena y Ada Colau porque están tremendamente desprotegidos. Los medios de comunicación afines a los otros partidos están pendientes para convertir algo muy pequeño en una inmensa montaña. Así que, hasta que se demuestre lo contrario, hay que seguir defendiendo a estas opciones políticas.
Y a cambio de esta protección, ¿qué le piden a la nueva política?
Santi: Le rogaría a la izquierda que sea más astuta, que supere su asignatura pendiente y no confunda términos. No todo el que gana dinero es porque roba. Hay que apostar mucho por la iniciativa privada y no poner palos en las ruedas de los que quieren hacer cosas fructíferas. Eso es lo que le pediría. Porque a la derecha solo le pido que se aparte.
Julian: A todas las opciones les pido que dejen de ser egoístas y que asuman la responsabilidad del puesto público en el que están. A la izquierda se le puede reprochar ese exceso de autenticidad. Por supuesto, es una opción muy plural y hay que aceptarlo porque es su bandera. Pero esa pluralidad muchas veces no sirve más que para atomizar. Siempre encuentran puntos irreconciliables por los que fundar otro partidito. Y eso no es pensar en la gente, es pensar en ellos mismos.
¿Una canción para inspirarles?
Los dos: Manifiesto delirista es un canto lleno de optimismo. Qué suerte que haya gente que hace las cosas fáciles en vez de complicarlo todo. Porque no podemos estar disparando a todos lados de manera indiscriminada, tenemos que ser más astutos.