Sophie Turner: “Sería genial una relación lésbica entre Daenerys y Yara Greyjoy”

[Antes de empezar, advertimos que esta entrevista incluye varios spoilers de la última temporada de Juego de Tronos. No queremos arruinar la serie a nadie -para eso ya existe una app-, así que recomendamos los detrás de las cámaras durante la espera]

Las carabelas de Daenerys han puesto rumbo a Poniente, Cersei ha ocupado con una lágrima de cocodrilo el asiento que tanto ansiaba y Sansa ha sido la primera Stark de pura cepa en recuperar Invernalia. Así hemos dado la bienvenida al invierno en la temporada que ha mutado hasta convertirse en una de las ficciones más feministas de la pequeña pantalla. Atrás quedan las mujeres anuladas, esa orgía de desnudos integrales sin justificación y los reproches por mostrar la violencia sexual como romántica. Los personajes femeninos se han cocinado a fuego lento durante seis años y han dinamitado los Siete Reinos de golpe, cuando la serie consiguió firmar un divorcio de mutuo acuerdo con los libros de George R.R Martin.

El fenómeno bautizado como girl power ha escogido a la mayor de los Stark para ponerle cara a esta revolución. Sansa lo tenía todo para encabezar la quiniela de las muertes, pero ha sido una de las supervivientes más dignas de la última temporada. Empezó siendo una niña arrogante cuya única aspiración era ser la mujer florero de algún rubio Lannister y ha terminado salvando el pellejo del mismísimo rey del Norte. Pero la pelirroja ha tenido que pasar las doce pruebas de Hércules para hacernos olvidar sus inicios. Mientras que las otras mujeres Stark se iban haciendo un hueco en nuestro corazón, Arya con su Aguja y Catelyn indultando a Matarreyes, ella desesperaba a la audiencia con su vacuidad.

Hasta tal punto provocaba antipatía que no consiguió que los espectadores se solidarizasen con sus desdichas. “Se lo merece”, “es una traidora y una estúpida”, repetían en Twitter. La única que estaba condenada a entenderse con el personaje y a confiar en no morir con esa fama era Sophie Turner. La joven intérprete se ha dejado caer por Madrid para promocionar el último episodio de la serie y, de paso, callar a unos cuantos detractores “Llevaba mucho tiempo esperando a que mi personaje ganara la reputación que se merece”, admite con sinceridad.

Turner ha sufrido en propias carnes el ocaso de Sansa y las duras palabras de aquellos que querían que desapareciese de la serie. “Creo que la gente ve sus propios defectos en el personaje, y eso no les gusta. La mayoría hubiese actuado de la misma manera si fuesen una niña de 13 años”, reflexiona. En la veintena ha desarrollado un discurso feminista para su alter ego que nos recuerda a la Sansa más implacable de La batalla de los bastardos o The Door. “Puede que manipulase a todo el mundo como una niñata débil e inocente, cuando en realidad era una estrategia para mantenerse cerca de la acción sin salir perjudicada”.

Un 'girl power' gradual

Reconoce que el potencial de las mujeres protagonistas se tiene que descubrir poco a poco para que sea creíble, pero que quizá en su caso ha tardado más de lo que le gustaría. Durante este tiempo ha visto morir a su padre delante de sus propios ojos, le han abierto la garganta a su madre, se ha casado tres veces -con dos psicópatas y un enano- y ha sido un objeto intercambiable entre los reinos con varios episodios de huida desesperada. “Lo que no te mata te hace más fuerte, y es algo que se puede aplicar a todas las mujeres de la serie, todas han madurado de una forma impresionante”, dice mientras mira un cartel de sus compañeros.

El salto moral que se han atrevido a dar en la sexta temporada ha sido bien acogido por los medios y se ha convertido en su baza para los Emmy de este año, junto al cuidado milimétrico de los efectos especiales. Algunos, sin embargo, consideran que se han dejado en el tintero la precisión medieval para venderse a una estrategia de márketing televisivo. El argumento contrario al que esgrimían los críticos con el uso de un machismo exacerbado en esta representación feudal. “Por un lado intenta ser medio fantástico, con los dragones o los caminantes blancos, y por el otro implementa la misma ética retrógrada de las sociedades patriarcales”, resume la actriz.

Tampoco piensa que las escenas de sexo explícito, en muchas ocasiones violentas, o los roles maleables de las mujeres fuesen machistas. “Todas tenían una razón de ser en el argumento y cada una de esas escenas fueron necesarias para dar lugar a mujeres poderosas”, justifica.

Una defensa a la que se han sumado a coro el resto de intérpretes de la serie, desde Emilia Clarke hasta Lena Headey. Y todas ellas han tenido que afrontar una secuencia complicada de este tipo: Clarke en las primeras escenas de cama con Khal Drogo, Headey en el episodio más polémico de Juego de Tronos por el supuesto abuso de Jamie y la propia Turner cuando es violada por Ramsay Bolton frente a los ojos de Theon.

Rompiendo roles de género

“Las mujeres han conseguido romper esas fronteras y eso ha hecho que la temporada sea excepcional”, dice convencida. “Es una serie muy feminista”. Los sentimientos han quedado relegados a la estrategia militar y ya no hay cabida para el ideal romántico entre nuestras heroínas. “Daenerys decide abandonar el amor porque sería un impedimento para conseguir lo que de verdad quiere: el Trono de Hierro”, pone Turner como ejemplo. Además, con el personaje de Yara Greyjoy han hecho un guiño inédito a la diversidad sexual entre tanto burdel y alarde de deseo masculino. “Incluso puede que a Daenerys de verdad le guste Yara, por esa manera que tienen de mirarse, sería una relación lésbica maravillosa”, ríe confesando que le encantaría verlo.

Una opinión que comparte con la mayoría de los internautas, pero que terminaría por romper cualquier lazo con el libro original. “Es una adaptación, una especie de interpretación. No es como una Biblia”, dice Turner ante las críticas de los puristas de la obra. “En un principio dijeron que no querían spoilear a los lectores, pero creo que la serie puede terminar de una forma totalmente distinta a la que escriba R.R Martin”, termina diciendo.

Esta incertidumbre afecta a los propios actores, a quienes entregan únicamente su parte del guión dos semanas antes del rodaje. Sophie Turner promete que no tiene ni idea del destino de Sansa y apela a una anécdota de esta última temporada. “Al comenzar la quinta me dijeron que iba a vivir una historia de amor verdadro...y me encontré con Ramsay”, ríe a carcajadas. “Y tampoco me contaron hasta el último momento que yo iba a matarle”, ya que en una primera versión del libreto estaba escrito que lo haría Jon Snow.

Gracias a esta venganza servida en un plato frío como Invernalia, gracias a su sentencia de muerte, Sansa Stark se ha convertido en la Reina del Norte para muchos fans. “Sería una dirigente estupenda. Habrá que ver si Meñique consigue convencerla y si termina luchando contra Jon Snow por ese título”, sonríe, sabiendo que ya no hay techo de cristal que se interponga entre las herederas y sus tronos.