Corría el año 2000 y el mundo acababa de superar el temido efecto del mismo nombre, ese por el que los ordenadores y, en general, toda la electrónica dejaría de funcionar y vendría el apocalipsis. La saga Matrix otorgaba a algunos una nueva perspectiva vital y la Playstation 2 salía al mercado dispuesta a romperlo. Al mismo tiempo, no muy lejos de allí, un hombre alto y rubio al que Internet llamaría Technoviking bailaba en una calle de Berlín, en un festival típicamente berlinés llamado Fuckparade. Este fin de semana se ha presentado en La Casa Encendida el documental que cuenta parte de su historia. O, al menos, la versión del hombre que le descubrió.
Nadie parecía indicar que Technoviking se iba a convertir en un personaje para la posteridad en Internet. Podría decirse que Matthias Fritsch estaba en el lugar indicado en el momento adecuado. Con su cámara Panasonic NV DX 100 y con un gran ojo de pez en el objetivo, el artista alemán estaba grabando desde un coche, sin más intención que “documentar el propio festival”. Mientras lo hacía, su cámara fue testigo de un momento muy gracioso en el que participaban tres personas. Al principio, subió el vídeo a su web con el poco atractivo título de Kneecam no.1. Fue un año después, cuando lo subió a YouTube, que se hizo viral.
Tecnoviking se fue de madre, nadie lo pudo parar. Quince años después del “incidente” y siete de la “viralización”, Frisch se encuentra inmerso en una demanda interpuesta por los abogados del propio Technoviking. El forzudo alemán alega que Frisch se ha estado enriqueciendo a su costa, mientras que éste defiende que estaba grabando en un sitio público, duranbte un acto público, y que el contenido es suyo para difundirlo como le parezca conveniente. Matthias ganó unos 10.000 euros entre 2008 y 2009 con la publicidad de YouTube. Su historia fue presentada en el CCMad del fin de semana pasado en La Casa Encendida.
“Es importante diferenciar entre los vídeos que se han diseñado para ser virales frente a los que se han viralizado por casualidad”, dice Jaron Rowan, autor de Memes. Inteligencia idiota, política rara y folclore digital y colaborador de eldiario.es. Y es que la historia de Internet está llena de vídeos virales: algunos de forma intencionada y otros no tanto. “PSY con el Gangnam Style, claramente quería volverse viral; pero la historia de Technoviking la graba un artista con una cámara en la rodilla”, dice.
Por eso, siguiendo el consejo de Rowan, hemos hecho una pequeña -pequeñísima- recopilación de vídeos que han trascendido los confines de la red y se han vuelto virales en ella, diferenciando entre los que lo hicieron por mera casuística y los que fueron grabados justamente para eso: ganar clicks.
Los vídeos random
randomTechnoviking
Julio del año 2000. Un artista graba con una cámara sujeta a su rodilla la Fuckparade berlinesa. Una chica con el pelo azul baila. Un tipo le empuja y entra en plano un hombre con un aspecto mitad deidad nórdica, mitad matón de discoteca, que le manda por donde ha venido y, después de echar un trago de agua, comienza a bailar. Y baila y baila. Así durante cuatro minutos, hasta que llega un amigo y se lo lleva.
Nyan Cat
Un gato espacial cuyo cuerpo es una tarta de cereza cabalgando entre las estrellas y dejando un reguero arcoiris mientras suena una estridente melodía electrónica que repite el nombre del gato una y otra vez con un aire de 8 bits. Eso es Nyan Cat. Un fenómeno que se volvió viral en abril de 2011 y que supera los 130 millones de reproducciones en YouTube.
Ha trascendido hasta tal punto que hay vídeos de gente que se graba mientras ve el vídeo del Nyan Cat. También hay vídeos de gente que se graba viendo a otra gente que ve vídeos del Nyan Cat. La banda sonora se titula Nyanyanyanyanyanyanya! y, aunque dos meses después de ser subido el que decía ser el creador del GIF animado interpuso una demanda, fue restaurado poco después.
La caída de Edgar
El pobre Edgar se dio un buen baño por culpa de su primo Fernando. Porque la duda es la peor consejera, el vídeo comienza con dos chavales cruzando un arroyo a través de dos troncos. Cuando pasa el primero -Fernando-, no se le ocurre otra cosa que empezar a mover las maderas para poner nervioso a su primo. Y claro, entre que Edgar duda y que su primo es un graciosete, el primero termina cayendo al río. Para la posteridad quedará la frase “Ahh te bañaste” de la persona que graba. Casi 47 millones de reproducciones en YouTube lo avalan.
Los que fueron hechos para ser virales
Amo a Laura
Los Happiness. Un “temazo” que ha pasado a la historia en Internet y que fue viralizado en 2006 como parte de una campaña publicitaria de MTV España. Cuatro adolescentes con aire “pijo” cantan al amor, al matrimonio, a la castidad y a la familia. Se popularizó rápido, más cuando al final del vídeo aparece una asociación llamada Nuevo Renacer. Al final se destapó todo como una promoción de la cadena musical.
Gangnam Style
Quizá dentro de unos años este fenómeno popularizado por PSY se estudie en las escuelas. Mientras tanto, nos conformamos con el baile del surcoreano acompañado por la cantante Hyuna y su vídeo lleno de referencias a la cultura occidental, los videojuegos, el capitalismo, los coches caros y la fiesta. En diciembre de 2014 “rompió” el contador de YouTube al no estar preparado para mostrar los más de 2.000 millones de reproducciones. Desde noviembre de 2012 es el vídeo con más visitas en la historia de la web: ya lleva 2.500.000.000 (más de 2.500 millones).
Harlem Shake
El primer Harlem Shake lo firmó un bloguero llamado Filthy Frank en enero de 2013. Desde entonces, el fenómeno se viralizó y no era raro ver a tu amigo, a tu jefa o incluso a tu abuela apareciendo en YouTube protagonizando uno. Se grabaron flashmobs en las plazas de las ciudades, se realizaron miles de vídeos en casas, en fiestas, en el coche, en el gimnasio o en mitad de una boda. Cualquier excusa valía para protagonizar un Harlem Shake.