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“La mano invisible”, el mundo laboral a debate en el primer filme de Macián
A David Macián le encantó “La mano invisible”, de Isaac Rosa, y decidió inspirarse en esta novela para rodar su primer largometraje que, con el mismo título, llegará a las salas en abril para “generar preguntas y crear debate”. No solo el mundo laboral se somete a examen, también el comportamiento humano.
Tras su paso por Sevilla y otros certámenes cinematográficos, “La mano invisible” se proyecta mañana en el 15 Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián, donde el realizador ha hablado hoy de este proyecto de larga gestación que no pudo acometer a la “manera tradicional” y acabó siendo una aventura en cooperativa y asamblearia, para la que ha contado con contribuciones de una veintena de empresas y más de un centenar de mecenas.
Macián ha recurrido a una sobria y eficaz puesta en escena para situar a sus personajes, una decena de trabajadores que realizan diferentes labores en un gran almacén ante la vista de un público que tiene la libertad de aplaudir o abuchear según le plazca.
Un carnicero, una modista, un mecánico, una teleoperadora, un informático y un camarero son algunos de los profesionales en paro que aceptan firmar un contrato para un trabajo que parece no tener sentido porque fundamentalmente consiste en deshacer lo que hacen, como un albañil que cada día derriba el muro que construye a lo largo de la jornada.
Josean Bengoetxea, Bárbara Santa-Cruz, José Luis Torrijo, Daniel Pérez Prada, Marina Salas, Esther Ortega, Elisabet Gelabert, Edu Ferrés, Bruto Pomeroy y Christen Joulin son los protagonistas de esta película coral, parte del “dream team” de secundarios del cine español.
Macián no quería precisamente caras muy famosas, sino actores que que encajaran, y encajan, en la apariencia que el público puede esperar de empleados que cosen sujetadores, limpian baños o montan y desmontan coches.
El realizador ha dicho que la escenografía fría y desnuda puede recordar a filmes como “Dogville”, de Lars von Trier, pero ha asegurado que no ha sido esa su referencia, sino la propia novela.
El guión lo firma también él junto a Daniel Cortázar. “La adaptación nos costó lo nuestro”, ha señalado Macián, a quien han propuesto más de una vez trasladarla al teatro, lo que no resultaría difícil, pero que no hará porque las tablas no son su “lengua”.
Si al director le fascinó la novela, Isaac Rosa también está encantado con la película, que ha apoyado desde el principio. Macián ha destacado que el escritor depositó una “confianza ciega” en él, pese a que su currículo hasta ese momento lo formaban únicamente cortometrajes, títulos como “Vivir del aire”, “Profesor Brofman” y “El increíble Trueno Escarlata”.
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