“El maestro de Altamira” es un documental, pero no solo eso, es una de las tres partes de un gran proyecto cinematográfico para “redescubrir” la llamada Capilla Sixtina de Arte Rupestre y contar la historia del descubrimiento de una cueva y unas pinturas que asombraron al mundo hace 135 años.
El documental lo dirige José Luis López Linares (Madrid, 1955), coguionista del largometraje “Altamira” -con Antonio Banderas como protagonista a las órdenes de Hugh Hudson- y también autor de la tercera pata del proyecto: una visita virtual divulgativa en 3D, con guión del director del Museo Altamira, José Antonio Lasheras.
El rodaje del documental ha llevado a López Linares por distintas cuevas rupestres del mundo recabando información sobre la vida del hombre del Magdaleniense -que vivió hace 20.000 años- y sobre una forma de creación artística, las pinturas, que, a su juicio, convierten a Altamira “en el Museo del Prado de la Prehistoria”.
En una entrevista con Efe, López Linares explica que el rodaje ha hecho necesario utilizar la más moderna tecnología en iluminación -luces frías que no emiten calor para no dañar las pinturas- o cámaras de alta resolución gobernadas por control remoto para evitar la excesiva permanencia de personas en la cavidad.
Porque la producción ha tenido restricciones a la hora de grabar, con permisos para solo seis jornadas no consecutivas de rodaje en el interior -360 minutos al día para todo el equipo-.
“El mayor reto ha sido el tiempo, aunque también hemos tenido que ser muy cuidadosos con la temperatura”, reconoce el realizador, mientras sostiene una cámara fotográfica dotada de un sistema de flash especial para captar los momentos del “así se hizo” dentro de la cueva.
Este director y su equipo han sido, aún así, “privilegiados”, porque, a excepción de científicos y de las cinco personas que cada semana -desde hace diez meses- son elegidas por sorteo para ver Altamira, los realizadores del documental han sido en doce años las únicas personas que han podido contemplar los famosos bisontes de la Capilla Sixtina del arte rupestre, tapados a los ojos del público.
López Linares explica que todo el proyecto -documental, película y visita virtual- pretende ser una reivindicación de la figura del descubridor de Altamira, Marcelino Sanz de Sautuola, y precisa que nació tras la conversación que mantuvieron hace cuatro años él, el productor de este proyecto Alvaro Longoria, y el pintor Joaquín Vaquero Turcios.
Y la casualidad hizo que el proyecto tomase una nueva dimensión, ya que la directora de la empresa productora, Morena Films, es Lucrecia Botín, hija de Jaime Botín, sobrina de Emilio Botín y tataranieta del descubridor de Altamira.
“Para mi es un proyecto muy especial; es una historia que merecía la pena contarse porque contribuirá a un mejor conocimiento del descubridor, de las circunstancias en las que hizo el hallazgo y de la incomprensión que tuvo que sufrir, no olvidemos que murió sin saber si las pinturas eran auténticas”, explica a Efe Lucrecia Botín.
A su juicio, “Altamira tiene una importancia esencial en la Historia de la Humanidad”, por lo que el documental debe “recrear la sensación de estar en el interior de la cueva admirando una pinturas de enorme belleza”.
“Altamira es el paradigma de las pinturas. Hay una cosa que me ha quedado muy clara estos días y es que el arte no está sujeto a la evolución del hombre, solo hay que ver cómo se pintaba ya hace quince mil años”, explica casi al finalizar el rodaje su director.
Y añade que ahora su reto es ser capaz de reflejar la atmósfera del interior de una de las cuevas rupestres más famosas del mundo. Trasladar a un público que no podrán contemplar Altamira la “sensación” que da esa cavidad y sus pinturas, explica López Linares.
Álvaro Longoria habla sobre otra pata del proyecto, la película “Altamira”, que se sigue rodando en Cantabria, y que su productor prevé que se pueda estrenar a finales de 2015 tras su paso por festivales como el de Berlín o Cannes. Después de eso será, según Longoria, cuando se lleve a cabo la presentación del documental.
Sobre la visita virtual aún no hay planes concretos, pero su objetivo será mostrar de modo interactivo “la emoción de descubrir Altamira” y explicar la evolución de la cuevas desde hace 20.000 años, explica el productor.