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OBITUARIO

Mario Tascón, el visionario que inventó el periódico en Internet en España

29 de septiembre de 2023 10:55 h

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“Llevo cinco años en esta facultad y llegué con muchísimas ilusiones. Todavía me quedaban algunas. Después de oírle, ya no tengo ninguna ilusión. Si el periódico del siglo XXI es como usted ha dicho no quiero hacer periódicos ni por supuesto leerlos”. Eso le dijo un estudiante de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid un día de invierno de 1992 a Mario Tascón, que daba una conferencia en su facultad sobre el periodismo y esa nueva tecnología naciente llamada Internet. 

Mario apenas tenía 30 años, dirigía el departamento de Infografía de El Mundo y les hablaba a los jóvenes del “periódico electrónico… un periódico que podrás ver y recibir en cualquier sitio”. Lo podrías recibir “enganchándote a una red que haya en los quioscos” o “por satélite”. “Puedo levantarme por la mañana y leer El Mundo en Nueva York. Pero El Mundo no como nos pasa cuando vamos en avión, que recibimos el del día anterior, o de días antes, sino recibirlo ese mismo día… Podrías hacer llegar ediciones continuas a cualquier punto del país y del planeta”, explicaba a los atónitos y escépticos estudiantes de periodismo. 

Una joven se levantó y le dijo que “un ordenador es un ordenador” y “una pantalla de ordenador no es un periódico”. 

Mario, tímido y muy educado, les pidió entonces a los estudiantes que recordaran “dentro de 20 años” al “tío aquel” que les había hablado del periódico electrónico. “Si esto fracasa, me inventaré otra cosa”, dijo.

Por supuesto, Mario tenía razón. Aun así, no dejó de inventarse “cosas” toda su vida.

El “experimento”

Aún era jefe de Infografía cuando se empezó a ocupar en El Mundo de la web, que fue pionera en España y que entonces se llamaba el-mundo.es (con ese guion en medio). 

La había empezado casi por casualidad como un experimento para dar información “en tiempo real” sobre las elecciones generales de 1996. Después de un mes de aquella prueba, consiguió que se quedaran los dos becarios que le habían ayudado de la Universidad de Navarra, Laura Ruiz de Galarreta y Roberto Rodríguez, y empezó a montar con Armando Ramos, el jefe de tecnología entonces, lo que sería la primera web exitosa de un periódico nacional en España. 

A Mario Tascón le gustaba decir que era “un servicio honrado” con “noticias actualizadas de las nueve de la mañana a las nueve de la noche”. También que aquello tenía el glamour de la cultura de garaje porque durante unas semanas les tocó trabajar en medio de unas obras en un sótano de la redacción y tuvo que comprar a los jóvenes unos mitones de lana. 

Poco a poco, aquel experimento se convirtió en algo mucho más importante. Aún había pocos usuarios de Internet en España, pero la web crecía en equipo y en importancia en la redacción de El Mundo, aunque fuera como símbolo de la modernidad de un periódico joven. En las elecciones generales de marzo de 2000, la edición digital envió a sus propios periodistas para cubrir la noche electoral. 

No fue con un 'post-it'

En junio de 2000, Mario estaba en la cúspide del éxito cuando lo fichó El País, con casi todo su equipo editorial y técnico, para intentar emular lo que había hecho El Mundo en Internet. Su marcha de un día para otro –contada de manera casi mítica y con algún bulo (no, no se fue dejando un “post-it”)– marcó la competencia feroz de aquellos años entre esas dos cabeceras y dio origen al desarrollo temprano del periodismo en Internet en España, con sus males y sus bienes. 

La marcha de Mario aún se relata con aire peliculero. También hubo una querella por “competencia desleal” que interpuso la empresa editora de El Mundo. En 2008, una sentencia acabó dando la razón al grupo Prisa y a Mario Tascón porque lo que se había llevado ya no eran “secretos”, sino herramientas de Internet, que para entonces ya estaban al alcance de cualquiera. 

En El País se topó con una redacción más anquilosada y algo hostil, donde los servicios de Internet estaban separados del resto. Pero le dio la vuelta y ayudó a crear el primer gran equipo editorial. Abrió caminos para lo que luego construirían también otros. Entre 2000 y 2008, se encargó de las ediciones digitales de todo el grupo Prisa, revolucionó el diseño en Internet en los primeros pasos hacia las webs que conocemos hoy e intentó el primer experimento de pago. Entonces la suscripción online no funcionó por la escasa audiencia que aún había en Internet, pero fue un primer paso para lo que mucho más tarde sería el principal modelo de negocio del periodismo en Internet, que El País desplegaría con éxito en 2020. 

“Vivirlo es lo básico”

Como había prometido a aquellos estudiantes en 1992, cuando aquello no funcionó como esperaba, se lanzó a por un nuevo proyecto y montó el suyo propio, La información, donde hizo un experimento de producción automática de noticias cuando la inteligencia artificial quedaba muy lejos y lanzó proyectos visuales que no se habían visto en España.

“Tuve que reinventarme, volver a arrancar desde abajo. Me había olvidado de cómo se monta un blog. Si quieres hacer algo, tienes que saber hacerlo. El vivirlo es básico”, me contaba Mario en 2020 en una conversación para mi libro sobre la historia del periodismo en Internet en España, El periódico.

Pero, en cierto sentido y como a muchos pioneros creativos de la época, a Mario los medios se le habían quedado pequeños. Sus pasiones eran variadas y los medios, poco flexibles. Siempre estaba buscando ideas y tesoros, a menudo retazos de noticias en periódicos antiguos. A veces, un trozo de cielo; otras, el detalle de una moqueta. Siempre estaba en lo último.

“Cuando tú ibas, Mario ya había estado allí. Superdotado en varios ámbitos, divertido, profundamente culto, muy del Bierzo. Nunca decía que no a un café para aconsejarte, siempre dispuesto a ayudar en los momentos más complicados”, recordaba este viernes Adriano Morán, otro pionero creativo, fundador de las productoras 93Metros y La Máquina de luz y compañero de Mario en La información

En 2010, Mario fundó Prodigioso Volcán, un proyecto a medio camino entre la consultoría, el diseño y la innovación periodística que estaba siempre en constante reinvención produciendo podcast, concibiendo rediseños de webs, guías prácticas sobre el covid o información para los refugiados ucranianos. Empezó en una pequeña sede en Malasaña, un poco con el aire de garaje moderno que le gustaba, y lo convirtió en una empresa grande y llena de vertientes artísticas y comerciales, con más de 230 personas empleadas y proyectos repartidos por todo el mundo. Ahora estaba dándole vueltas a la inteligencia artificial y a cómo usarla de la mejor manera para el periodismo y más allá, por el derecho de entender, una de las nuevas obsesiones de Prodigioso. Sobre eso iba la última charla que dio en Buenos Aires.

Nunca dejó de enseñar y de compartir. Era maestro de la Fundación Gabo, dedicada a la excelencia del periodismo en español.

A Mario le interesaba mirar al futuro, innovar, pero también ayudar en casa. Igual que pensaba en los 90 en cómo Internet serviría a los pueblos aislados de su querida montaña leonesa donde era difícil que llegara la camioneta con los ejemplares del diario, ahora había aprovechado su fuerza para organizar un festival estival en San Emiliano y Riolago, Estar en Babia, para contar historias siguiendo la tradición del filandón local y reuniendo a cientos de personas en dos pequeños pueblos. 

Es difícil decir cuál era su último proyecto porque siempre había más. Uno de los últimos fue la creación de una librería en Ponferrada, El Libro Imposible. No era una librería más, sino un punto de encuentro. Hace unos días, montó una feria para intercambiar libros, la “feria del expurgo”. 

“¿Quién de vosotros no ha soñado con tener una librería y ser librero?”, dijo Mario unas horas antes de inaugurarla. “Nos encanta lo difícil”.

Mario Tascón nació el 16 de diciembre de 1962 en Ponferrada y murió el 28 de septiembre de 2023 en Buenos Aires.