Madrid, 30 may (EFE).- Pasajeros del metro de Nueva York, pescadores de Ibiza, obreros en su jornada de trabajo o ciudadanos anónimos por la calle son los protagonistas de las fotografías de Louis Stettner, que desde el 1 de junio al 27 de agosto podrán verse en la Fundación Mapfre de Madrid.
La muestra, que forma parte de la sección oficial de PhotoEspaña, festival internacional de fotografía y artes visuales, es la mayor retrospectiva realizada hasta la fecha del fotógrafo neoyorquino y es la primera vez que puede verse en España su obra, una celebración de la belleza de lo cotidiano y de la dignidad de los menos favorecidos.
Formado en la escuela neoyorquina de la Photo League, Stettner (Nueva York, 1922-París, 2016) conoció en ella el trabajo de Weegee, Sid Grossman, Edward Weston o Lewis Hine, que le transmitieron la importancia de la fotografía como instrumento de cambio social.
Con 18 años se enroló en el Ejército como fotógrafo durante la Segunda Guerra Mundial, una experiencia que condicionó intensamente su concepción de la vida, reflejada en su obra, explican los organizadores de la exposición, comisariada por Sally Martin Katz.
En 1947 viajó a París, donde conoció a Brassaï, que se convirtió en su mentor. A partir de entonces permanecería a caballo entre las dos ciudades, lo que dota a su trabajo de elementos tanto de la estética de la fotografía callejera neoyorquina como del humanismo lírico de tradición francesa.
La exposición consta de más de 180 fotografías que recorren toda su trayectoria. Se incluyen algunas imágenes inéditas y parte de su obra en color, casi desconocida hasta ahora.
Sus lecturas de Platón, Karl Marx y sobre todo Walt Whitman fueron una de sus grandes influencias. En la década de los 50 trabajó para revistas como Life, Time, Fortune o Paris-Match, y comenzó a escribir sobre fotografía, algo que a partir de entonces hizo de forma periódica.
A finales de los años sesenta empezó a impartir clases en el Brooklyn College, dependiente de la Long Island University. Su compromiso político, que mantuvo activo durante toda su vida, le llevó a manifestarse contra la guerra de Vietnam y pasó cinco semanas tomando fotos en la Unión Soviética.
En 1990 volvió a Francia y comenzó a pintar y esculpir. En 2001 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia y en este periodo inició una de sus series en color, “Manhattan Pastoral”, que realizó durante sus veraneos en Nueva York, así como un proyecto con una cámara de gran formato en el macizo de los Alpilles, en la Provenza francesa.
El artista murió en París el 13 de octubre de 2016 tras el cierre de su exposición “Ici ailleurs”, en el Centro Pompidou.