El Ministerio de Cultura acaba de hacer público el informe con el que hace semanas rechazó la petición del Ayuntamiento de Elche que desea exponer la Dama íbera en su museo arqueológico para celebrar los 125 años de su hallazgo. “Su conservación y exhibición en una institución tan emblemática para la arqueología como el Museo Arqueológico Nacional (MAN), hace que esté en el lugar ideal para su exhibición, desaconsejándose la salida del mismo, ni siquiera de manera temporal”, aclara el escrito con firma del propio Museo Arqueológico Nacional, que podría asistir a la marcha temporal de su pieza icónica si la Comisión que acaba de constituir el Ministerio de Cultura da el visto bueno al viaje en los próximos días.
El argumento de peso en el que la dirección del MAN establece su opinión es que “la climatología de Madrid permite una buena conservación preventiva para piezas como la Dama de Elche”. Sin embargo, es el propio análisis el que descarta este aspecto al indicar que, desde la remodelación de 2014 del MAN, “la humedad relativa y la temperatura de la vitrina están monitorizadas mediante un sensor de la marca Sensonet, controlado con la aplicación Sensodat”. Es decir, la climatología madrileña no afecta a la pieza gracias a que se han extremado las medidas de conservación de la pieza. Entre ellas destaca la nueva vitrina que mantiene aislada la escultura del siglo V a.C.
No hay que olvidar que en La Alcudia la Universidad de Alicante mantiene un museo con piezas extraordinarias halladas en el mismo yacimiento donde apareció la famosa Dama, en agosto de 1897. En dicho museo, como en el de la ciudad, se guardan los equilibrios de temperatura y humedad establecidos para todos los museos.
A pesar de que tanto en el transporte como en su exhibición en 2006 la pieza permaneció aislada de las condiciones externas, el MAN insiste en indicar que “la estabilidad lograda podría verse alterada por cambios en las condiciones ambientales habituales. En especial el aumento significativo de la humedad relativa (en Elche es mayor que en Madrid, dada su proximidad al mar) facilitaría la movilización de las sales solubles en agua que sin duda contaminan la piedra”. Las condiciones que se pactan en los traslados de obra cedida entre los museos de todo el mundo ya estipulan extremar las medidas de conservación en sus movimientos.
Como ya publicó elDiario.es este lunes, la pieza se conserva “estable”. Lo confirman los técnicos del MAN y lo hicieron entre 2000 y 2006 los del Instituto de Patrimonio Cultural Español en varios informes, que no se oponían a la salida de la escultura con destino a Elche. Los geólogos del IPCE ya dejaron claro que había que “extremar las precauciones”. Desde el MAN recuperan este párrafo en el que aquellos recomendaban el máximo cuidado “para evitar oscilaciones en las condiciones higrométricas de exposición, almacenamiento o transporte de la obra, con objeto de evitar el desarrollo de ciclos de disolución-cristalización [de las sales] que generarían daños en la roca”.
La dirección del MAN también duda de la manipulación de la obra durante el proceso de embalaje, desembalaje y transporte. “Toda manipulación de una pieza supone un riesgo, aun cuando las operaciones sean efectuadas por personal especializado”, expone el Arqueológico madrileño.