Piensen un momento en el punk como en la revolución francesa del pop e imaginen una plaza en la que una multitud de jóvenes cabreados zarandean públicamente a niñatos, melenudos ridículos y viejas glorias, y colocan sus cabezas a disposición de la guillotina. Hay que cortar por lo sano con el antiguo régimen. Entre las pocas estrellas que conservaron su pescuezo está Bowie, que tenía todas las papeletas por aristócrata, genio, ladrón y teatrero. Pero Bowie se encontraba en aquellos días, a mediados-finales de los 70s, en Berlín, que es lo mismo que decir que estaba en la Luna, experimentando con la electrónica y pariendo una fabulosa trilogía de discos, más interesado en la nueva sensibilidad sintética germana que en cualquier cosa con guitarras que llegara de EEUU. A la vez, producía los dos mejores trabajos que Iggy Pop haya grabado jamás.
Pasando rápido de atrás hacia adelante, Bowie aparece en la foto con los proto-punks y su huella es innegable en el post-punk. ¿Convierte eso a Bowie en un punk? ¿Hay diferencia entre los punks auténticos y lo punks que sólo se arreglan el pelo, como canta El Pardo en Somos todas? Mmm, ¿a quién beneficia el eterno debate sobre la autenticidad?
Los madrileños Alborotador Gomasio suenan como Álvaro Urquijo con exceso de distorsión, unos Secretos con ataques de rabia, soltando melodías y coros propios de Hombres G sobre un zumbido permanente que te llena la cabeza de electricidad. Su segundo disco, Los excesos de los niños, sale a la calle estos días bajo el amparo de Limbo Starr, desde donde subrayan que el nuevo álbum recoge “lo bueno de distintas tradiciones” y que el grupo recuerda “a Dinosaur Jr. y a Superchunk; también a Los Secretos y a Hombres G”. Y es cierto que Los excesos de los niños, grabado en Barcelona con Sergio Pérez de Svper, se balancea sin miedo entre el pop español de los ochenta y el indie de los noventa, dos mundos para nada irreconciliables. Lo mejor es preguntarles a ellos.
“Para nosotros no hay mucha diferencia entre grupos como Dinosaur Jr. o Superchunk y los Secretos u Hombres G, al fin al cabo hacen canciones con espíritu juvenil con guitarras eléctricas”, cuenta Marco Antonio Corrales, guitarra y voz, a eldiario.es. “Creo que el idioma hace milagros y que voces en cierto tono están bien vistas si son cantadas en inglés, pero son contempladas con sonrojo por algunos sectores si son cantadas en español. A nosotros nos encantan las guitarras enfurecidas y no tenemos prejuicios por cantarlas a la española, como hacían los grupos de los ochenta con la tradición anglosajona. Para nosotros hay una línea única entre las canciones de Parálisis Permanente, Los Secretos, Surfin Bichos o el Niño Gusano. Esa es nuestra tradición musical. La música de fuera es inspiradora, la de aquí nos hace entender lo que somos”.
Para Marco, el indie español de los noventa pecó “sintiéndose inferior con respecto al anglosajón y eso evitó que muchos grupos desarrollasen un discurso propio”. Y hablando de esto, hace unos días, en una entrevista con Radio 3, Alborotador Gomasio se definían como un grupo “populista” y con intención de salir del circuito indie. Según explica Marco, “se puede entender el pop de dos maneras: una para diferenciarte del resto y crear una especie de música para entendidos, que es lo que hacen una gran parte de grupos con pretensiones indies, la otra es formar parte de la música popular intentando hacer canciones tarareables más allá del estilo al que te adscribas”.
Una entrevista, aquella, en la que el grupo también describía Si te matas como “una canción que empieza como Seguridad Social y termina como Dinosaur Jr. ”Lo más interesante del indie primigenio era su militancia, luego esa militancia se convirtió en diletancia“, completa el guitarrista.
Residuos y precarios
De hecho, el inicio del grupo está en un colectivo unido por esa militancia musical: Marco y David Ripoll “Koldo”, junto a Daniel de la Peña, de Puzzles y Dragones, montaron en 2008 el programa de radio Aplasta tus Gafas de Pasta, que también operaba como blog y como sello discográfico. Y a partir de ahí comenzó a surgir una relación muy estrecha con grupos del entorno: Cómo Vivir en el Campo, Gúdar, Hazte Lapón, Raúl Querido. “Aquella idea primigenia implicaba cierta idea de comunidad underground, tocar todos con todos, remover la escena, mostrar que todos juntos podíamos funcionar mejor que atomizados. Queríamos proponer otra manera de hacer frente al elitismo del indie y el lema Aplasta tus Gafas de Pasta fue una idea-fuerza aglutinadora. Compartir grupos y mezclarnos continuamente es parte de esa filosofía, por eso nos entremezclamos continuamente”, cuenta Marco. El resultado: hay miembros del Alborotador Gomasio entre Cómo Vivir en el Campo, Puzzles y Dragones y Hazte Lapón, pero también en los hipnóticos y muy políticos El Pardo, en los primitivos Los Putos Frimans, en Las Desnortadas y en los oscuros y apabullantes Celica XX.
La última entrada del blog Aplasta tus gafas se titula “Por un POP anticapitalista” y en ella se afirmaba, entre otras cosas, que “decir no al capitalismo ya no es ser antisistema, ha pasado a ser una cuestión de extrema necesidad y de sentido común”. También que “la música en general no puede vivir al margen de su potencia transformadora; los que tenemos grupos formamos parte de un precariado que se enfrenta a una situación de vida o muerte”. Es complicado entrar en las letras de Alborotador Gomasio, donde hay espacio habitual para las bromas privadas y guiños a los conocidos, aunque canciones como Los residuos de la sociedad puedan leerse desde un punto de vista político y como descripción de una situación de descontento social.
“La visión de Los residuos de la sociedad encaja claramente con el momento actual, pero fue escrita en otro momento, aunque auguraba lo que se nos venía encima. Parece un canto al nihilismo, sin embargo intenta evidenciar la impotencia y el sinsentido de esa fantasía nihilista y destructiva que todos hemos sentido ante una situación de desesperación como la que vivimos. Estamos permitiendo que una gran parte de la población sean residuos y tarde o temprano esos residuos se alzarán contra todo y el odio y la violencia serán su única arma”, se lamenta Marco.
¿Política sí? “No solemos hacer política con las letras, si aparece, es más en forma filosófica o poética. Sí que hacemos política en nuestras vidas diarias y eso se debe notar, como otras tantas cosas, en el grupo y las letras. El trasfondo político siempre ha estado ahí, lo político nos ha interesado desde el principio no sólo teóricamente sino activamente en diferentes luchas. El término Alborotador no está utilizado en vano”, remata.
Con la regla en los nudillos
En pie, todos rectos. Los también madrileños Disciplina Atlántico comparten con Alborotador Gomasio más de un referente, que se mueven de nuevo entre el indie de finales de los ochenta y principios de los noventa (The Feelies, Mission of Burma, Sonic Youth, Built to Spill, Yo la tengo, Hüsker Dü) y el pop español, “desde los más obvios como Patrullero Mancuso, Gabinete Caligari, Beef o Parálisis Permanente hasta los menos, como Barricada o El último de la fila”, cuenta Ricar (voz y guitarra). Ricardo González arrancó Disciplina Atlántico en verano de 2013 junto a Arturo (batería, percusión y teclados). Después llegaron Jose (batería, percusión y teclados), Manel (bajo) y Mauri (guitarra y coros), que había puesto un anuncio buscando una banda en la que tocar en la revista Mondosonoro. Estas cosas a veces funcionan y hay química.
“Empezamos sin tener un objetivo claro. Lo importante era mejorar poco a poco e ir definiendo qué podía ser Disciplina Atlántico y cuál sería su sonido. No nos ajustamos a ninguna referencia preestablecida, no queríamos sonar a nada en especial, dejamos que nuestras influencias y formas de tocar se relacionen entre ellas sin preocuparnos del resultado final”, cuenta Mauri. Un año después, en verano de 2014, el grupo grababa su primera maqueta, #1, desde octubre disponible en su bandcamp. Es normal que estén orgullosos del sonido conseguido con la ayuda de Roberto Berlanga de Ornamento y Delito, cuatro temas en las que parece que estamos ante cuatro grupos diferentes, cuatro tonalidades distintas de negro que dejan con ganas de más. Tan psicodélico como accesible.
“Hay algo físico en la potencia y el ruido del grupo que es difícil de recoger en una grabación”, se lamenta Ricar, aunque para Mauri la maqueta representa el sonido de Disciplina Atlántico: “Somos un grupo de guitarras ruidosas, psicodélico, nos encanta el punk, el que se acerca a Wire y Magazine. Y aunque no queremos sonar como ellos, inconscientemente algo se cuela. Toda la grabación la hicimos en nuestro local, con los medios que pudimos. Lo que ha conseguido Roberto es que las canciones suenen plásticas, como esos discos de rock que hacía Bowie en Berlín a finales de los setenta”.
Y de la grabación casera a las oficinas de Limbo Starr, que los ha fichado para un 7“. Junto a Alborotador Gomasio y Ornamento y Delito, Disciplina Atlántico estará tocando el próximo sábado en la sala Siroco, dentro de la programación de lo que han llamado Una noche de ruido de estrellas y que promete alguna conjunción de astros. Teniendo en cuenta que el grupo ensaya dos veces por semana porque ”todos tenemos nuestros trabajos y una vida al margen de la música“, como recuerda Mauri, además de tener que dividir su tiempo con otros proyectos musicales, como Ornamento y Delito o Fiesta secreta, la visión del grupo de la industria musical es realista y saben qué pueden esperar y qué no a estas alturas.
“Vivimos en 2015 y la industria musical ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Todos nosotros rondamos la treintena y tenemos una vida de verdad que se sostiene independientemente de la música, por lo que somos conscientes de que a estas alturas no vamos a perseguir sueños que probablemente chocarían con nuestra visión de la música y nos obligarían a hacer cosas que no nos apetece hacer”, cuenta Manel. “Tenemos claro que si no vamos a vivir de esto no tenemos por qué hacer cosas que no queremos, y eso es lo que nos diferencia de la escena indie americana de los 90. En este sentido es en el que coincidimos con sellos independientes como Limbo Starr: se pueden hacer cosas grandes sin necesidad de perder la esencia”.
Angustia preadulta
De nuevo, lo quieran sus autores o no, canciones como Las radiaciones del móvil, repleta de superstición casera cotidiana, se presta a interpretaciones. ¿Política sí? “Tenemos intereses políticos”, dice Ricar, “pero en principio estos no están entre las prioridades de los textos que hemos compuestos, que son más bien intimistas”. Para Mauri, “si te fijas en la letra de Las Radiaciones del móvil podrás ver que la política es importante para nosotros, pero que hay cosas que están por encima de ella [Pero a lo que más miedo le tengo es a ti, repite la canción]. La situación político-económica actual nos lleva a que nuestras realidades sean las que son (un mercado laboral en una situación deplorable, desapego político, problemas de acceso a una vivienda, somos una generación a la que le faltan las herramientas para poder tener un proyecto de futuro claro). Estas circunstancias son importantes, pero al final lo que importa son las relaciones personales. Nuestras canciones hablan de la angustia preadulta. De ese miedo a hacerse mayor tan de nuestros días”.
Según Manel, “una banda puede ser política sin necesidad de que las letras hablen de política. Las relaciones entre los miembros del grupo y su relación con el público, la imagen que transmitimos a toda la gente que viene a los conciertos, la manera de hacer las cosas, las prioridades o las pequeñas elecciones que determinan qué camino vamos a tomar son mucho más políticas que cualquier letra. Escribir una canción contra el gobierno lo puede hacer todo el mundo. Rechazar el Premio Nacional de Música ya es más difícil. Por ejemplo, ¿alguien se creía a The International Noise Conspiracy?”.
Para 2015, Disciplina Atlántico pretende grabar “algo más largo en verano, así que queremos componer bastantes temas hasta entonces para poder hacer una buena selección”, avanza Ricar. Alborotador Gomasio se prepara, por su parte, para “organizarnos con otros grupos para crear una red de apoyo mutuo y tocar con Hombres G”, entre otras prioridades.