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Suzi Quatro, la mujer que se apropió del rock duro: “A los 69 fui consciente de que había inspirado a otras mujeres. Y rompí a llorar”

La música de 74 años, Suzi Quatro, cantando y al bajo

Rafa Cervera

9 de octubre de 2024 22:33 h

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Nació en Detroit, pero el éxito le llegó desde Inglaterra, país en el que vive desde hace décadas. Suzi Quatro triunfó por medio de singles demoledores y eso le dio una exposición que iluminó a muchas adolescentes a la hora de decidirse a hacer música. El 12 de octubre actúa en Benidorm, donde forma parte del cartel del Iberia Festival 2024.

A los cinco años y medio, Susan Kay Quatro vio a Elvis en televisión y vivió una epifanía. Casi veinte años después, cuando Susan ya era Suzi Quatro, se encontraba de gira por Estados Unidos, promocionando un sencillo lanzado exclusivamente para ese mercado, una versión de una de las primeras canciones de Elvis. “Cuando paramos en Memphis, la gente de Elvis se puso en contacto con nosotros –explica la propia Suzi Quatro por videoconferencia– y me pasaron con él al teléfono. Me dijo que mi versión de All Shook Up era la mejor que había escuchado después de la suya y que le gustaría que fuese a Graceland para conocerme. Yo contesté que no, que estaba muy liada. No fue por miedo. Empezaba a tener éxito y Elvis era mi ídolo. Quería esperar a estar más asentada y no conocerlo con cara de boba”.

Durante la entrevista, Suzi Quatro desvela más historias y reflexiones que definen a una artista que se esfuerza por mantener los pies en la tierra. Una creadora que necesita separar a la persona del personaje. Una pionera que tardó cuarenta años en darse cuenta de que lo era. Y una mujer de carácter que te llama la atención cuando ve que en la pantalla de la videoconferencia su nombre está escrito con i griega. “Cada vez que veo ese error en un cartel, en la prensa, me vuelvo loca”, dice sobre el recurrente error de llamarla Suzy Quatro.

Su carrera en solitario comenzó a principios de los setenta. Su imagen era la de una mujer dura que tocaba el bajo e interpretaba temas que condensaban las mejores virtudes del pop y el rock en poderosas canciones como Can The Can, Devil Gate Drive o 48 Crash, temas creados por el arrollador tándem compuesto por Mike Chapman y Mickey Chinn. Los setenta fueron su década, pero Quatro se las apañó para sobrevivir a las modas y a los relevos generacionales.

Y aquí sigue, actuando y grabando para un público que no deja de reclamarla, aunque sus discos ya apenas tengan trascendencia. En unos días actuará en Benidorm, dentro del Iberia Festival, y después se embarcará en una minigira por Inglaterra para celebrar sus sesenta años de carrera. “La primera vez que me preguntaron cuando me iba a retirar fue a los 35. Cada vez que alguien me lo pregunta de nuevo me acuerdo de aquello y me río. Tengo 74 años y aquí estoy. En mi web hay una frase que dice que me retiraré cuando salga al escenario, menee el culo y la gente se quede en silencio. Bueno, en realidad creo que será cuando mi culo se menee él solito, sin mi ayuda”. Dice esto y se ríe, una de las tantas veces que lo hará a lo largo de la charla.

Actualmente, Quatro anda preparando el que será su próximo álbum. Como el anterior, estará producido por su hijo, L. R. Tuckey, responsable también de que el disco se esté convirtiendo en un regreso a sus raíces. Debutó a mediados de los años sesenta en su Detroit natal; la banda se llamaba Pleasure Seekers y tenía la particularidad de ser un grupo compuesto por instrumentistas femeninas cuando lo habitual era que las mujeres cantaran y los hombres tocaran. “Siempre me sentí extraña, como si no encontrara mi lugar en el mundo. Entonces vi a los Beatles en la televisión y pensé que yo también podía hacerlo. Me reuní con mi hermana y unas amigas. Yo había estudiado percusión y piano, pero me dieron el puesto de bajista. Debutamos en un club de Detroit tocando solamente tres canciones. Pero cuando me vi arriba del escenario, me dije a mí misma: estoy en casa”.

A lo largo de su vida, Suzi Quatro ha hecho cosas llevada únicamente por el instinto y la necesidad de hacerlas, para acabar descubriendo a posteriori que dichas decisiones fueron pioneras. En 2019 se estrenó Suzi Q, documental dirigido por Liam Firmager que narra su historia. Ella acudió al estreno y pidió verlo en el cine sentada entre el público. “Entonces vi que por allí estaban también Debbie Harry, Chrissie Hynde, Joan Jett, Donita Sparks, KT Tunstall. Todas ellas aparecían en la película y, prácticamente, en sus intervenciones todas venían a decir lo mismo: no habríamos hecho esto si Suzi Quatro no lo hubiese hecho antes. A los 69 años fui consciente de que, sin proponérmelo, había inspirado a otras mujeres. Y rompí a llorar”.

A continuación, Quatro apunta que cuando ella empezó a hacer música, no encontraba referentes femeninos. “Mi padre era músico de jazz y tocaba canciones de Billie Holiday, así que gracias a él descubrí sus discos y me enamoré de su voz. Después, cuando escuché a Janis Joplin cantando Piece Of My Heart pensé que yo también podía hacer algo así. Pero las figuras que me inspiraban era básicamente hombres como Otis Redding, Elvis, Dylan”.

¿Qué fue lo que aportó Suzi Quatro a otras mujeres que hicieron música después que ella? Entre otras cosas, ocupó un terreno que parecía acotado a los hombres. Se apropió de las claves del rock duro y, una vez adaptadas al pop, hizo de la combinación éxitos universales e imperecederos. Suzi Quatro era una jefa del rock & roll que cantaba y tocaba con la misma dureza que un hombre, pero sin dejar de ser una mujer. Sus canciones contagiaban energía y fueron una enseñanza para otras chicas. Joan Jett ha dicho en muchas ocasiones lo importante que fue Suzi Quatro para la creación de un grupo como las Runaways. El quinteto californiano tal vez sea el más claro exponente de esa influencia, que no se limita únicamente a lo musical, también tiene que ver con la imagen. En sus discos de éxito, en sus apariciones televisivas, en sus conciertos, Quatro aparecía enfundada en un mono de cuero cuya cremallera estaba siempre sugerentemente abierta. “¿Me apropié de una imagen y de un erotismo que hasta entonces eran patrimonio de los hombres? ¡Claro que sí! ¡Por supuesto! Pero una vez más he de decir que no fue de una manera consciente. Nunca me esforcé por parecer sexi. Solamente estaba siendo yo misma”.

La resistencia artística de Suzi Quatro tiene un secreto. Aunque se define como un animal de escenario, ha sabido diversificar sus necesidades creativas. Entre 1977 y 1979 tuvo un papel recurrente en una celebrada comedia de situación británica, Happy Days (en España, Viviendo a tope), donde interpretó a una bajista de rock, Leather Tuscadero. Los productores le propusieron protagonizar un spin off basado en su personaje, pero ella se negó aduciendo que no quería verse encasillada. Ha hecho teatro y radio; ha publicado también libros de poemas, una novela y una autobiografía, Unzipped (2007).

“He de expresarme como sea todo el tiempo, no hay quien me supere en eso. Necesito estar creando constantemente. Todo lo que he hecho forma parte de un todo. Soy una comunicadora, una entretenedora y una creadora. Y el día que no pueda ser ninguna de esas tres cosas será porque estaré a dos metros bajo tierra”. Por ahora, Suzi Quatro no parece que tenga intenciones de parar. El disco que prepara será un saludo a sus raíces en Detroit, y contendrá una versión de Kick Out The Jams de MC5 interpretado junto a su amigo Alice Cooper.

“Necesito estar delante del público. El talento es algo con lo que naces, algo que no se puede aprender de nadie porque nadie puede enseñarte a estar sobre un escenario. Eso jamás me abandonará y por eso, cuando salgo a tocar, nunca doy por sentado que le voy a gustar al público. Mi filosofía es que he de ganármelos cada noche. Así que salgo, miro a la audiencia y pienso: ¡Voy a ir a por vosotros!”, añade.

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