Elías Portela puso rumbo hace 13 años hacia Reikiavik con una beca Erasmus. A priori no parecía que Islandia fuese el lugar más apetecible para un joven universitario. El país se encuentra cercano al Círculo Polar Ártico y apenas supera los 300.000 habitantes en una extensión mayor que la superficie de Portugal. Además, su capital es una zona rodeada de géiseres y representa un tercio del total de la población.
Pero el entonces estudiante gallego se quedó allí. En los últimos siete años, la tierra de hielo se ha convertido en su hogar y la compagina esporádicamente con Pontevedra, su tierra natal. Eso sí, lejos de enamorarse de la sociedad isleña, el motivo por el que sigue allí es “exclusivamente la lengua”. Sufre en otros aspectos porque según dice “aquí [Islandia] la comida es un lujo, y el transporte no funciona como en el resto de Escandinavia. Además en lo político me recuerda un poco a Galicia porque hay mucho caciquismo. También es muy fácil desaparecer, pero eso me gusta”.
Bajo el seudónimo de Knörr se abrió camino en la literatura nacional del país. Tanto es así que la entonces primera ministra Jóhanna Sigurðardóttir dijo que su obra Sjóarinn með Morgunhestana undir Kjólnum (El marinero con caballos matutinos bajo el vestido) era de sus favoritas. Su trabajo se extendió por todo el país gracias a la difusión de las redes sociales y a la aparición en una prestigiosa revista nacional.
Pronto una editorial le ofreció publicar. La primera edición de su obra se agotó y le valió para que la UK Poetry Society le mencionase como el compositor lírico más representativo de la cultura islandesa junto a Sjón, el compositor de Björk que fue Premio de Literatura Islandesa 2013.
Pero Portela siempre fue reticente a revelar su identidad porque, según dice, “por una parte me podían perjudicar los prejuicios negativos de quienes pensasen que un extranjero no tiene el mismo dominio del vocabulario que un islandés, por otra parte tampoco quería que fuesen condescendientes por el mero hecho de ser de fuera”. Asegura que allí “la gente piensa que todo aquel que es extranjero es tonto”.
Ahora ha sido galardonado con el primer premio del Certamen de Poesía Afundación por su obra Bazar de Traidores. El poeta habla sobre su libro premiado: “El poemario en sí está creando y rompiendo conceptos, y la actitud es bastante contundente. Algunos poemas son como una bofetada en la cara. Creo que entre página y página igual puede ser bueno tomarse una pausa”. La obra es “creacionista” y está inspirada en David Bowie: “Hay un elemento básico que guía el poemario, que es la canción Heathen, y es casi lo único del libro que tiene estructura lineal”
La cultura islandesa, en peligro
Durante los últimos meses, Portela ha vivido fundamentalmente de traducir textos. Esto le ha supuesto más de un quebradero de cabeza porque con el nuevo Gobierno del conservador Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, “la cultura va a ser considerada como un artículo de lujo” asegura. “Han utilizado la demagogia para hacer creer que la subvención a los artistas, un presupuesto realmente mínimo, es absurdo de mantener”.
Por eso, va a ser “prácticamente imposible” ser artista en Islandia. “Es una lástima porque nos encontramos en el mejor momento cultural desde la Edad Media. A los gobiernos de derechas les interesa que los jóvenes islandeses sean analfabetos funcionales, esto es, saben leer pero no entienden lo que leen, no tienen espíritu crítico”.
Su amor por la diversidad lingüística le ha llevado a estudiar Filología Románica. Ha escrito en islandés, gallego, español, inglés, latín y su intención es retomar el euskera para escribir también en esa lengua. No sabe a ciencia cierta cuántos idiomas habla, pero dice que por “paranoias del subconsciente” ha llegado a soñar “en islandés antiguo y en otras lenguas muertas”. Esa obsesión se plasma en su tesis en la que ahora anda centrado, trabajo que a grandes rasgos tratará sobre la lengua vieja de Islandia.
El idioma denostado
Nació y creció en un zona de diglosia donde dice haber tenido problemas en la escuela por no utilizar el gallego ortodoxo. En determinados ambientes “si hablas gallego te toman por algo menos que un borrego”. Por ello renuncia a la ciudadanía islandesa, porque tiene un “compromiso con su tierra”, Cangas do Morrazo (Pontevedra).
Defiende la riqueza lingüística y ataca: “En mi tierra realmente no se cuida el gallego. Se trata de una situación muy politizada. Es una lástima que haya cazurros que se cogen un autobús para ir a Galicia a insultar a un joven por hablar gallego, se podrían quedar jugando a la petanca”. De hecho, asegura que hay un “complejo creado” porque “el gran modelo del español es el gallego, que se hablaba en las Cortes bastante antes”.
Portela dice que el idioma en el que escribe depende de lo que quiere expresar y sobre qué temas quiere tratar. Por ejemplo, recientemente ha estado investigando y leyendo libros sobre exorcismo que están escritos en latín tardío. No obstante, el escritor ve complicado sacar alguna edición en España porque “allí necesitas conocer a gente para que te publiquen. Es algo que se puede extrapolar un poco a todos los ámbitos”.